Capitulo 11

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Margoth Collins.

— Ya no se que hacer.

Comentando a mi amigo, de el lío de ésa cita que tenía ir con Boris, o Richard. Es incómodo pero prácticamente me siento un poco confundida ¿Porque ahora? Porque ahora quieren invitarme a salir o me dedican atención cuando ya mis pensamientos son otros, mis ideas son otras, mis metas son otras y incluso mis sentimientos. Pienso qué caigo en agonía en enamorarme de alguien como Richard, pero me resultaba que podría ser interesante éso, pero si es una broma no quiero ser parte del chiste. Me confundo mi respiración se corta, es inevitable sentirme de ese modo.
Me levanté de la sala para tomar un vaso y servirme agua, ya que en estar en charla motivacional con Lucas me mantiene inquieta. Estaba un rato en su casa hablando y contando cada cosa que me había pasado.

— No lo sé, deberías salir con mi primo.

—¿De verdad?— lo mire confundida

— Si, además Richard es un poco extraño.

— Lo será, pero él tiene algo qué me inquieta.

— Umm — me observo detenidamente, como si ocultara unas palabras más— Considero que te estás enamorando de él— cruzando sus brazos y sin mostrar el desagradó de su mirada.

— No me gusta, además solo qué tenemos un trato de por medio.

El silencio fue incómodo, algo cambiaba demasiado en la facciones de Lucas con inquietud no comprendía porque defender tanto su familia, como por la obligación.

— ¿Que trato?— resaltó tanto su desconcierto, que me mantenía incómoda aunque hoy se veía mejor con un poco de actitud.

— No puedo decirte, en cualquier momento enterarás.

— Soy tu mejor amigo, y de verías confiarme las cosas— se encontró enojado con cada palabra que pronunció, ya no lo conocía como antes.

Pero tenía razón, pero no quería complicar  adsolutamente nada solo deseaba un momento de paz.

— Lo sé pero no es el momento, créeme lo entenderás, pero ya tengo que irme te quiero— me acerque para darle un beso en su mejilla, y salir de allí.

Mi padre pretendía tenerme encerrada, pero solo deseaba mucho poder hacer todas esas cosas que deseó, qué el tiempo y los días duren hasta el punto de quedar vacía, quedar hecha polvo. A veces pretendemos ser felices, y otros robando la felicidad ajena yo solo quería vivir al máximo y sabía que haciendo la misma rutina no sería igual pero poco a poco iré soltando cada una de mis piezas y se unirán en un gran cofre que tendrán recordando por el resto de sus vidas.

— Necesito vivir— pronuncié para mí.

Y eso lo empezaría hacer ahorita mismo, tome mi celular y marque a Alice dando  por suerte, qué por fin contestó.

— Hola nena, ¿Cómo estás?

— Haré una locura si no vienes— bromeé con un tono tan asustado que yo lo creería.

— ¿Que sucede? ¿Dónde estás?

— Necesito que traigas dinero y te espero en 15 minutos en el centro comercial.— colgué el teléfono y me aproximé rápidamente a mi destino.

_______

Estaba sentada esperando a Alice hasta que por fin llegó, su cara de pocos amigos era lo bastante graciosa que le sonreí porque sabía que iba a insultarme.

— ¿Que ocurre?— pregunto

— Nada, solo quería verte— la analicé y estaba extraña pero no dije nada.

— Había otras formas, en vez de asustarme así— dijo cortante.

— Puede ser, pero como ahora no tienes tiempo porque que sales con Will.

— Disculpame, tienes razón me estoy comportando como una mala amiga— hizo un puchero y se acercó a abrazarme, lo acepto la extrañe mucho aunque sea un poco mensa, me terminó de soltar y alzó una ceja buscando verdadera respuesta— A ver señorita Collins ¿Que haremos?

— Pues señorita Alice, vamos a tatuarnos.

— ¿Qué?

— Sí, quiero comenzar mi nueva rebeldía.

— Vaya me sorprendes, adelante— me tomo del brazo y nos dirigimos a el establecimiento de tatuajes.

Siempre quise tener un tatuaje pero mi padre era muy dramático y no me dejaba por la leucemia, estaba vez haré lo contrario y si haré un tatuaje en toda mi espalda, bueno tampoco es para tanto será algo bonito y se verá muy bien. Entramos y una chica nos atendió, era un poco mayor que nosotras pero debo admitir que tenía un tatuaje en su brazo muy bien, era de varias flores y además su cabello con trenzas era bonito. Ella nos miro extraño, pero no préstamos atención y continuamos, con nuestra operación.
Estaba sentada y la chica estaba tomando mi brazo, en la cual quedó mirando fijamente por varios hematomas que se reflejaban ahí donde sé detuvo.

—¿Estás enferma, o tu misma te lo hiciste?

— Estoy enferma, pero quiero un tatuaje— dije irónicamente

— No seas graciosa conmigo, no te haré el tatuaje— se levantó pero no podía dejar que eso pasara y la detuve.

— Por favor necesito el tatuaje— suplique tristemente.

— ¿Porque te lo quieres hacer si podría perjudicar más tu salud?

— Porque estoy ya lo bastante perjudicada, y en cualquier momento voy a morirme y deseo de verdad el tatuaje— mire hacia otro lado, y me iba a ir cuando la chica me detuvo.

— Está bien, por cierto me llamo Rebecca— sonrió amablemente.

— Margoth.— le devolví la sonrisa.

— ¿Que vas a hacerte?

— Una caja de Froot loops.

— ¿De verdad?— comento incrédula

— Sí— mire decidida.

Tatuaje de Mi caja de cereal favorita ahí vamos y sí creen que estoy loca..

Puedo decir que tienen razón.

Dame 24 Días.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora