Capitulo 25.

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Día 24.
Capitulo final.

Richard Parker.

Eran las 3:00 de la madrugada, cuando mi teléfono empezó a sonar me desperté de inmediato y mí preocupación se sentía totalmente quebrada..
¿Será que ya era el día?

Y al ver quién se trataba mis sospechas eran ciertas, era su papá.

— Hola Richard— se escuchaba su voz destrozada, tragué saliva y seguí esperando— Lo siento mucho la verdad pero sé nos fué, Nuestra pequeña se nos fué.— esa pronunciación de aquellas palabras me destrozó el alma.

— Voy para allá.— dije, cuándo colgue.

Me quedé viendo el teléfono y no pude evitarlo al ver nuestra foto de ayer, mi valentía se derrumbó, mis lágrimas salían desenfrenadas y me daba enojó, en sentir que ella no estará aquí conmigo en qué su dulce piel no tocaría mi cuerpo estuvimos destinados pero cuando el alma ya no está dispuesta a tener su otra mitad, se va alejando va desapareciendo todo lo bueno que podría haber quedado en tí nos unimos en una especie de promesa que nunca llega.
Y que se convierte en ¿Promesas rotas? Claramente. Nos quedamos en un balde estancados sin solución. Pero llega tu luz por un instante amas, crees, y creces. Cómo persona amas infinitamente y vuelves a considerar que vale la pena enamorarse o creer que todo será distinto.
Así era esa chica, me emocionaba la idea de tenerla pero por todo lo que había pasado y perdido. Ella se iría como el viento y no es porque ella hubiese querido es que ya era un hecho, estaba destinado. Perdemos tanto tiempo, en querer a alguien que a veces nos olvidamos de querernos y aguantar cuando pierdes el amor de tu vida, si la perdí, perdí.

Estaba terminando de llegar a la casa cuando ya se encontraban varias personas afuera algunos llorando, otro lamentándose como pueden ser tan hipócritas si nunca estuvieron en todo lo que sentía Margoth. Tome un paso firmé y me fijé en su padre, que estaba junto a su hermana. Sus miradas se fijaron en mí y como si era difícil de evitarlo, el señor sé mostró con su rostro desgastado.

— Lo siento mucho— me acerque y le di varias palmadas en su espalda.

— Lo siento igual jóven, sabía lo mucho que mi hija estaba enamorada de tí— mi rostro cambio y lo ví fijamente apreté las manos aguantando mi rabia.

— Puedo ir a verla— pregunté evitando su confesión, el aceptó y señaló hacia el cuarto de arriba.

Subí poco a poco, y el me dejó a mitad de las escaleras y cuando entre a esa habitación ya no pude aguantar verla tan frágil, era tarde para arrepentirse y me senté allí a admirar su belleza incluso si no se encontraba maquillada era hermosa, pero lo único que lamento fué qué nunca pude salvar al amor de mi vida.

—  A dónde sea conmigo, no era así Collins— comenté— Pero sabías que no quería en esta manera.

Tome su mano, ya estaba totalmente fría y supe que mis deseos eran en vano qué ella había quedado allí, me la había robado y que esos ojos no podía volverlos a ver.

— Joder ya te extraño.

Negué varias veces, y de verdad que tenían razón en decir qué como duele que te rompan el corazón y más cuando es la persona que tenías visualizada en tu larga vida sabía que dolía, pero nunca quise creer que de esta manera verla tan angelical, y cuando me alteró por un momento cuando los celos me invadieron. Ese amor que quería tanto pero no fue nuestro momento de amarnos, hubo una tercera persona que la odiare por el resto de mi vida llamada "Leucemia" si. Me arrebato a la sarcástica y dulce niña de ojos ámbar. Quitando cada cosa recuerdo de mí, arrebatando cada beso sin importar las muchas promesas. No le importó y me la quitó. Me quito su sonrisa, su mirada, y dulces palabras. Solo me dejó el último suspiro, su última mirada, y la única promesa que nunca quise suena tonto porque se que tengo que aprender a no molestarte, pero eso de encontrar alguien como tú es difícil " Que aceptará" pero como carajos lo haría. Me enamoré de ti, entre medio de mis varias lágrimas alguien tocó mi hombro voltee inmediatamente era Morgan su rostro lucía igual al mío, pero su dolor me imagino que fue porque no compartió mucho con ella.

— Duele cierto.

— Ni te imaginas, me enamoré de ella— confesé si dejar de admirarla como la obra que era.

— Se qué no es el momento, pero quería entregarte algo que ella me pidió.— se alejó de la puerta, y en minutos después me estiró varios sobres yo quedé fijado en ellos— Son 24 cartas para tí, que cuando Margoth no estuviera te las diera.— asentí y pocos minutos después salió.

(*).

  No quería ir al cementerio y menos recordarla allí, llena de tierra no era lo mío simplemente pensaría en ella y sus momentos felices todo lo que vivimos en tan poco tiempo y me encontraba recorriendo la carretera y sonreír por la vez que me dijo ebria que iría conmigo a dónde sea me hizo muy bien. Mis motivos para que ella "Descansará en paz" eran otros, había llegado a nuestro lugar y saludé al señor que me ayudó la primera vez ...

— Hiciste lo que te pedí.— pregunté tomando la foto y una bolsa.

— Si señor, está eso listo.

Asentí y continúe en ver todos esos girasoles. Invadir mi visión, y por dónde pegaba más el sol se encontraba un pequeño hueco hay coloqué el girasol con una cinta roja y una pequeña foto amarrada a la cinta, iba a sentarme a leer las cartas.

— Se me olvidaba— me detuve y volvió mi vista hacia él pequeño homenaje que le tenía, cuándo le coloque una pequeña bolsa de Froot loops a su lado— Tus favoritos.

Seguí, y me senté a concentrarme en qué sin importar nada ella permanecería como el girasol más hermoso de este jardín.

Dame 24 Días.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora