CAPITULO 10.3 Y DECIR CADA MAÑANA QUE SOY LIBRE COMO EL VIENTO

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Tras lo que había ocurrido con los helicópteros de Elena y haber comprobado que efectivamente los cuerpos de los jóvenes fugitivos no se encontraban entre los de sus Soldados, la joven Turco se vió desbordada, aquello había llegado demasiado lejos, tenía que acabar contándoselo a Tseng. Sin duda aquel hombre no iba a tardar nada en descubrir que aquel dispositivo llevaba demasiado tiempo parado en el mismo lugar, sospecharía que ocurría algo raro.

La joven rubia contactó con su jefe y le informó de las novedades que esta vez sí valían la pena ser oídas. Tseng, al enterarse de aquello se sorprendió, ¿por qué demonios se habían apresurado tanto a atacarlos? No le dejó claro que la intención era cazarlos cuando estos estuvieran sobrevolando el mar? Aquella Elena a veces se dejaba llevar demasiado por sus impulsos y la acababa cagando.

Por desgracia su gran plan se había ido por el retrete, ahora no tenían ni idea de dónde se encontraban éstos, tenían que volver a seguir patrullando sin la menor sospecha de adónde habían decidido irse a esconder.

Tseng- Está bien...- Dijo en un tono sereno pero que se notaba que estaba muy cansado, el tipo no pegaba ojo desde que había empezado toda la operación- Deberemos retomar el plan como al principio, seguid patrullando la zona, esperemos que no les haya dado tiempo a alejarse demasiado, recuperaré algunos de mis helicópteros para que Midgar no se quede sin vigilancia.... Mantenme informado si descubres algo... Si averiguo algun detalle que pueda servirte de ayuda te lo haré saber.... En cuanto esté más recuperado devuelve a Rude a su anterior misión... Por ahora mantenlo bajo tu supervisión....

Elena- Está bien jefe.... -Dijo mostrándose apenada, no había nada en el mundo que le doliera más que decepcionar a Tseng.

Tseng permaneció en su oficina, con los brazos sobre la cabeza, mostrándose agotado. Necesitaba descansar pero aquello era un descontrol, alguien tenía que estar a los mandos. Se levantó de su asiento y se dirigió al sofá que había en la sala y siempre solía estar ocupado por Reno. Se tumbó un rato con la esperanza de poder relajarse aunque fuera unos minutos mientras no sonara algun aviso en el ordenador o le llamaran por telefono. Aquel sofá era realmente cómodo, no le extrañaba que aquel pelirrojo lo primero que hiciera al llegar a la oficina fuera tirarse corriendo sobre él, como si alguien se lo fuera a quitar.

Trató de dejar la mente en blanco por un momento para poder desconectar, pero era imposible, estaba absorbido por todo lo que estaba pasando, de pronto, le vino la imagen de aquellos tipos ensotanados que habían tomado Corel y Elena le había mostrado en una fotografía. Aquello... ¡no podía ser! Él sí que los había visto antes y no en un buen momento... Se acordó que hace más de un año, cuando estaba persiguiendo a Cloud y a su grupo, se encontró con algunos de estos personajes extraños que vestían de negro... Comenzaron a aparecer misteriosamente cruzándose en el camino que Cloud seguía, parecían ir tras sus pasos, querían algo de él.... ¿Era esto lo que estaba ocurriendo ahora? ... Aquellos tipos comenzaron a actuar extraño cuando Sephiroth conspiraba para destruir el mundo, antes de ello, siempre habían estado vagando por el mundo como almas en pena, sin causar problemas a la población, ¿Qué ocurría ahora? ¿Por qué de nuevo parecían haber despertado? ¿Por qué esa obsesión por seguir los pasos de aquel ex-Soldado? Todo aquello le mosqueó... Durante este último año habían estado tranquilos.... ¿Que estaba ocurriendo ahora para que de nuevo hubieran despertado?....

Reno y Karol ya hacía rato que estaban durmiendo, de nuevo en una de esas posturas que vista desde fuera parecía super incómoda, todo retorcidos para estar lo más agarrados posible.

Cloud, tumbado, observaba el cielo. No pensaba en nada, pero de pronto se acordó de Aeris y en lo bonito que sería que ella estuviera allí junto a él, hablándole, así no tendría que hacerse cargo él solo de aquellos dos, no se sentiría tan apartado. Recordaba como la joven al principio siempre se le acercaba y le preguntaba cosas, le insistía para que él hablara, ésto le resultaba molesto, pero por una parte valoraba que alguien se interesara por él. ¿No estaba haciendo lo mismo esa nueva chica? A esta no la iba a dejar que se le arrimara tanto... No podía volver a encariñarse de nadie, al fín y al cabo, eso es algo que no se puede controlar, ocurre y punto por muy fuerte e independiente que seas, como alguien te toque la fibra sensible estás perdido, que se lo preguntaran a Reno sino... ¿Y qué demonios hacía esa muchacha que parecía tan inocente con él? A caso no estaría al tanto de todas las cosas horribles que había hecho? O las aceptaba simplemente?.... Ojalá alguien lo aceptara algún día a él... con todos sus defectos y devilidades... pero quién iba a hacerlo? Si no era capaz de conseguirlo ni él mismo...

FINAL FANTASY VII RESURRECTIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora