FINAL FANTASY VII RESURRECTION

CAPITULO 11.2 BIENVENIDO A CASA, CLOUD

Pasaban las horas y el chico no despertaba a pesar de los cuidados de Karol, que tras haber curado sus heridas había tratado de bajarle la fiebre con paños húmedos de agua fría.

Ya se había hecho de noche, eran más de las 9 y Reno comía una ración de comida china que había comprado en el pueblo, había aprovechado aquel largo rato que había estado parado para hacerse con unas cuantas provisiones y algo de cena más jugoso que las típicas latas que estaban consumiendo en los dias posteriores. El chico disfrutaba de sus fideos mientras la joven continuaba preocupada, sin rendirse, aplicándole paños en la frente a Cloud (el cual ya habían vestido entre ambos aunque el pelirrojo colaboró muy a regañadientes).

Reno- Oye, déjalo ya... Vente aquí y cena conmigo.... Llevas toda la tarde haciendo de enfermera de ese capullo y no ha servido para nada... descansa un poco, ¿no?

La joven suspiró, estaba agotada especialmente de ánimos, se estaba involucrando mucho en recuperar a aquel chico y el ver que todos sus esfuerzos por que éste mejorara eran en vano la hacían sentirse rendida.

Karol- Tienes razón... - Concluyó mientras se tumbaba con gesto preocupado al lado del pelirrojo, que seguía comiendo fideos sin talento, como si aquella guerra no fuera consigo.- No voy a arreglar nada ya, tenemos que llevarlo a un médico....

Reno- Sí, eso está muy bien... pero no hay hospitales por esta zona... el más cercano se encuentra en el Sector 8 de Midgar... -Dijo en tono despreocupado mientras continuaba tragando- Si quieres que nos paseemos por allí con este medio muerto a rastras, de acuerdo, pero que sepas que es el Sector más vigilado ya que es el que da acceso al Edificio Shinra, encontraremos Soldados a cada dos pasos, ¿en serio quieres que nos expongamos a eso? - Interrogó a la chica levantando una ceja

Karol- Bueno.... tal como lo cuentas.... suena peligroso....

Reno- Ten - Dijo interrumpiéndola, tratando de sacarla de aquel denso tema y alcanzándole una ración de fideos chinos que sacó de la bolsa- Simplemente tienes que apretar la base del vaso y se calienta en 3 minutos, se ve que tiene unos productos dentro que hacen una reacción química cuando se mezclan, mola, ¿eh? he pillado varios para el camino... Esto está mejor que las latas de judías esas...

Karol- Gracias pero no tengo mucha hambre....

Reno- Ah no?... Pues da igual, ahora me toca hacer a mí de madre y decirte que, señorita, tienes que comer.... - Dijo con cierto retintín, acordándose de como se puso ella en plan madre la noche anterior que él solo quería descansar. - Mañana no se sabe qué demonios estaremos haciendo, aprovecha ahora que estamos tranquilos... Además, éstos fideos están que te pasas....

Finalmente la joven acabó cediendo y tras terminarse la cena bastante desmotivada, se quedó dormida. Minutos después y tras haberse terminado su segunda ración, a Reno también acabó por entrarle el sueño y éste se quedó dormido junto a la chica.

Eran ya altas horas de la noche cuando de repente, algo hizo que Karol saliera de su sueño sobresaltada.

La joven miró a su alrededor, la estancia estaba ligeramente iluminada por la luz de las farolas que se colaban por las ventanas, todo parecía normal, pero había algo allí que la alteraba. A su lado, Reno estaba tumbado, dormido muy relajado, abrazado a ella cual garrapata; a sus pies, Elio descansaba y roncaba como si de un humano se tratara. Alzó la mirada por encima de la cabeza del pelirrojo, ahí estaba Cloud, tumbado boca arriba, en la cama de al lado, en la misma posición que antes, todavía inconsciente.

Todo parecía normal, quizá había tenido una pesadilla y no había sido consciente de ello, pero su corazón latía deprisa y una sensación de alerta la invadían. De nuevo comprobó la habitación, no había nada extraño, dándose cuenta de que todo habría sido fruto de un sueño, trató de relajarse y de volver a quedarse dormida. De pronto, unos minutos más tarde, cuando ya estaba comenzando a tranquilizarse, la puerta de la habitación se abrió sola, lentamente, produciendo un chirrido y de nuevo la joven pudo percibir aquella fragancia de flores.