Saber que el chico que has estado enamorada desde hace tiempo te compró el vestido más caro que te has probado en la vida jugandose la vida es una de las peores cosas que os podrían pasar.
Y además sabiendo que os gustabais los dos. Pero el se fue para proteger a su familia, para protegerme a mi.
Sin duda no sabia como actuar, no sabia que decir, no sabia nada. ¿Si el no se hubiera ido, hubiera sido su novia?. Son cosas que ya no se pueden saber, pero que siempre van a estar presentes.
Nunca me había imaginado que el chico guapo, sexy, afectuoso y romántico, como es el, se iba a fijar en mi y menos comprarme cosas.
El amor es un sentimiento horrible y a la vez magnífico. Magnífico cuando dura, horrible cuando se acaba.
Estoy muy insegura con todo lo que está pasando. ¿Cómo voy a poder mirar a los ojos a Brad sabiendo que ha puesto en peligro su vida por mi?.
-Brad -Le dije-
-Dime -Me dijo él-
-¿Te puedo preguntar una cosa?
-Claro.
-¿Por qué haces todo esto por mi?.
-Ahora mismo, todo lo hago porque eres una persona muy importante para mi. Porque lo seguirás siendo siempre, me da igual que estés con Tris o con el papa. Tu has sido la única que has podido cambiarme y lo has hecho. Estoy muy agradecido por todo lo que me has hecho cambiar. Sin ti esto no sería lo mismo.
Y seguidamente lo abracé, no aguantaba más sin un abrazo suyo.
-Estoy muy orgullosa de ti -Le dije mientras le consolaba-
-No te vayas de mi vida -Me dijo entre sollozos-
-Nunca lo haré, pequeño.
Pasamos un buen rato juntos, con Cat. Yo respeto a Tris, y no voy ha hacer nada con Brad. Ahora tengo que dejar de pensar como una niña pequeña y centrarme en mi novio. A lo mejor en otro momento me hubiera dejado guiar por mi cabeza.
Ya eran las 8 de la tarde, y Brad se ofreció a llevarme, pero me negué. No quiero que Tris se enfade, aunque se que se va a enfadar de todos modos.
Llegué a casa y abrí la puerta. Y allí estaba Tris, sentado en el sillón.
-¿Qué haces aquí? -Le dije pareciendo lo más cariñosa posible-
-Nada, esperando a que vinieras de casa de Brad.
-¿Qué... Como sabes eso? -Le dije-
-Buena, pregunta
-Respondeme -Le dije-
-Lo he supuesto, esta mañana te pasaba algo, y has estado toda la tarde fuera de casa...
-Podría haber estado con Megan o Leire...
-Me las acabo de encontrar en el centro.
-Vale... Lo siento... No lo podía remediar, tenia que ir a hablar con el.
-No se porque vas a hablar con el, ya sabes como es, nunca va a cambiar.
-Tris, te estoy pidiendo disculpas.
-Es la casa de tu ex. ¿Cómo reaccionarias si yo me fuera a casa de Madison a hablar con ella?
-Si te digo la verdad, reaccionaria mal, pero lo aceptaría. Además no me puedes comparar lo que hizo Madison con lo que hizo Brad.
-No lo puedo comparar. Es verdad. Pero no puedo ser comprensible. No con una persona que ha hecho tanto daño a mi chica preferida.
Me fui a darle un abrazo. No soporto estar peleada con él.
-Lo siento ¿vale? Te lo tenia que haber contado. Pero temía a que tu reacción fuese peor que está.
-No te voy a dejar ni por todo el oro del mundo. Eres muy importante para mi. Te quiero, pero me tienes que contar esas cosas. No me gusta que me escondas temas con Brad.
Hay temas que prefiero esconder, como quien me compro el vestido o la verdadera razón de por qué se fue.
Tris se quedó a dormir aquí con el consentimiento de mi padre. Y pensaréis ¿Por qué todavía no lo habéis echo? Por que no lo hemos pensado. Vaya idiotez. O tal vez porque el no es con quien quiero perderla o ¿tal vez si?.
Sobre ese tema hablé con mi madre antes de morir. Preferiría hablarlo con mi madre que me entendería antes que con mi padre. Mi padre en esos temas es muy sensible. ¿Sensible? Sí. Un día sacó tema y casi se pone a llorar porque el piensa que su niña tiene que seguir siendo una niña, pero papa, ya no tengo esa edad.
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Siempre nos quedará el amanecer
Ficção AdolescenteÉramos personas diferentes, pero ¿Qué es un puzle con dos piezas iguales?