-No debería haber sacado este tema. -Dijo Brad refiriéndose al tema de John y Matt.
-Ya lo sabes cariño. Nos vamos a tener que mudar si John sale de cárcel, pero para entonces Alba ya será mayor y sabrá defenderse sola.
-Él nos prometió guerra. Que si saldría de la cárcel volvería entrar al momento por matarnos. No quiero que le pase nada a Alba. -Dijo Brad muy preocupado.
-Eh, cariño, mírame. -Le dije y él alzó la cabeza. -Nada malo nos va a ocurrir. Nos mudaremos a un lugar donde no nos podrá encontrar. A lo mejor se muere ahí dentro y no tenemos que hacerlo. Así que quiero que te concentres en tu discurso. -Le besé.
-Te quiero. Te quiero mucho. -Dijo Brad mientras me daba un abrazo.
-Estás muy sentimental hoy.
-Estoy sentimental y amoroso y tengo ganas de llorar, de reír de saltar.
-Se llaman nervios. No pasa nada amor, a todo el mundo le pasa. -Reí.
-No he pensado nada de mi discurso ¿Que se supone que tengo que decir?. -Me preguntó mientras yo sacaba la chaqueta del armario.
-Eres un privilegiado por salir a hablar.
-No, privilegiado no, cariño. He sido el segundo que mejor notas ha sacado de la universidad. -Dijo Brad con una media sonrisa.
-Lo que sea. -Rodé los ojos. -Supongo que tienes que hablar de tu experiencia en la vida, en los estudios y luego dar las gracias a alguien. -Dije y le pasé la chaqueta.
Él se la puso. Y se miró al espejo.
-Supongo que es eso. Estoy nervioso. -Empezó a dar vueltas por la habitación.
-Brad, si vuelves a dar una sola vuelta por la habitación voy a dar yo el discurso. -Le grité y él se paró en medio de la habitación.
-Vale, vale, ya paro. Ves a arreglarte que queda media hora. Yo voy dejar todo bien. Te espero en el salón. -Me dio un beso y salió de la hábitacion.
Durante esos treinta minutos aproveché para pintarme un poco y acabar de preparar mi pelo.
Y así fue. 30 minutos más tarde estaba preparada y arreglada para ir a la graduación de mi prometido.
Bajé las escaleras y vi a las dos personas más importantes de mi vida.
Mi prometido me dió la mano y lo acompañó con beso en la mejilla.Cogí a mi hija en brazos y le dí un gran abrazo.
-Mami, quiero pintalabios. -Dijo apuntando a mis labios pintados de rojo.
-No, de rojo no, pero rosa si. -Le dije y ella hizo pucheros.
-Vale, pero me los pintas eh. -Dijo cómo una pequeña advertencia. Brad rió por lo bajo.
-Deberíamos irnos. -Bajé a mi hija y ella salió corriendo hacia la puerta.
-Estás preciosa. -Dijo Brad mientras pasaba una mano por mi cintura.
-Tu también amor.
Salimos de casa y fuimos hacia el coche.
Alba estaba intentando abrir la puerta del coche pero no llegaba.
-Mamá, no llego. -Dijo intentándolo una vez más.
-Es culpa de tu padre. -Dije mientras abría la puerta. -A mi me gustaba el antiguo coche.
-¿Pretendías que fuese a la universidad con un coche que no cabía?. -Dijo Brad mientras nos metíamos en el coche.
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Siempre nos quedará el amanecer
Novela JuvenilÉramos personas diferentes, pero ¿Qué es un puzle con dos piezas iguales?