Como en los viejos tiempos.

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-Dime que no, porfavor -Le dije entre lloros-

-No, no está embaraza -Me dijo llorando aún más- No voy a ser padre Brooke

-No sabes lo feliz que me hace -Dije sonriendo- No es que no quiera que tengas hijos, lo que no quiero es que lo tengas sin quererlo.

-¿Sabes? No sabia que se podía sufrir tanto en una semana -Dijo levantándose. 

-Me alegro muchísimo por ti. Ya sabes para otra vez. -Dije y enseguida le di un abrazo. 

-No me importa nada ahora mismo. Solo quiero disfrutar hoy y olvidarme de todo. ¿Me ayudas?

-Sería un placer -Le dije con una sonrisa-

Nos volvimos a abrazar otra vez y fuimos directos a la fiesta.

Cuando llegamos se lo contamos inmediatamente a los chicos y todos empezamos a saltar y a bailar más.

No es que no quisiera que Tris tuviera un hijo ahora si no que no con Madison. Se supone que un hijo es para quererle toda la vida y amar o tenerle un cierto aprecio a la mujer que te ha dado lo mejor de tu vida, o eso decía mi madre. La verdad es que si yo tuviera un hijo ahora mismo no se que sería de mi. Abandonar mis estudios seria doloroso, aunque odie estudiar, creo que la cultura siempre viene bien.

La fiesta estaba bastante animada. Estuve hablando con un amigo de Brad, Matt.

Matt era amigo de Brad desde que eran pequeños y siempre habían sido del equipo del colegio. Matt era muy estudioso y aunque no lo creíais, Brad también.

 Él no solía decir sus notas porque para el, parecer un "empollón" le traía problemas. No es malo ser un empollón o que se te de bien lo estudios. Matt era todo lo contrario a Brad. El era más normal, por así decirlo con las chicas. No solía salir con ellas, y si salia, era porque le gustaba muchos. Muchas chicas se habían peleado por ser la novia de Matt, y es normal.

Matt era el típico rubio, fuerte y ojos azules. El chico con quien toda chica soñaba. El Ken. Leila había intentado salir con el, pero el es mucho mejor que ella y le dijo que no. Yo siempre he dicho que la pandilla de Brad era como ángeles caídos del cielo. Son todos perfectos y a cada cual mejor. Siempre que salía con ellos todas las chicas me miraban con envidia. Me han tratado bastante bien. Así que hablar con Matt, era hablar como con un hermano.

Estamos pasando un rato divertido, la música está fuerte y la gente estaba empezando a estar ebria.

Tris me chilló.

-Te quiero -Me dijo con un grito-

-¿Qué? -Le grité un poco más-

-Que te quiero -Me gritó aún más fuerte-

-¿Qué? -Le dije mucho más fuerte-

Se acercó más a mi y me dijo

-Que te quiero -Y me dio un beso-

Tardé en reaccionar, pero para entonces, yo ya estaba siguiéndole el beso. A veces veía a Tris como algo más que amigos, pero nunca supe si ese sentimiento era mutuo o porque echaba de menos a Brad.

-Yo también te quiero -Le dije sin pensarlo-

Nos quedamos mirándonos un poco más. No sabia que me estaba pasando. El beso me gustó, pero nunca diría esas palabras, pero sin embargo las dije y lo bueno es que no me arrepiento de haberlo dicho. Ahora los momentos de confusión vuelven a mi.

La noche acabo a las 3. Tenía que estar en casa ya. Me quería despedir de Brad pero no lo vi por ningún lado. Supongo que se habrá ido o habrá bebido más de la cuenta y estará con alguna. Espero que la opción sea la primera.

Siempre nos quedará el amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora