-Brad, enserio, estoy bien -Le dije mientras me ponía la mano en la cabeza-
-No, no estas bien -Me dijo mientras miraba su mano fijamente-
Desde hace un tiempo me encontraba un poco mal. Tenia mareos, vómitos, dolor de cabeza y jaqueca.
No había ido a clase desde hacía ya una semana. Y Brad me ha acompañado durante toda la semana.
No me encontraba bien, más concretamente desde año nuevo, y es que no se puede salir a la calle en pleno invierno con jerséis escoltados.
Todo está más o menos más normal, en cuento a las cartas. Solo recibimos una, y decía...
Creía que se iba a ir, pero no. ¿Los billetes falsos? Vaya tontería ¿A quien se le habrá ocurrido? Os deseo todo lo "mejor" en este año nuevo, lo vamos a pasar en grande.
Y ahí es cuando supe que la persona que había mandado los billetes era el de la carta.
Nada, y aquí llevamos, más de dos semanas sin recibir ninguna carta. Por una parte me siento mejor, pero por otra no puedo parar de pensar en cual será la próxima y cuando.
Ahora mismo, estoy con Brad, pero en cuanto el se vaya yo me quedaré con mi padre y no es que piense que mi padre es indefenso, pero Brad está mucho más capacitado si alguien entrara o algo.
Cada vez que pienso me duele más la cabeza. Me duele todo el cuerpo, desde la cabeza hasta la punta de los pies. Si ahora me levanto, seguramente me caiga.
-Brad, por favor... -Le dije intentando que me quitara la mano-
-No, por favor ni nada, no deberías haber salido de casa en año nuevo.
-¿Lo dices enserio? -Reí-
-No, pero no tan destapada -Se sentó a mi lado-
-Te gusta que esté destapada -Arquee las cejas-
-En la intimidad -Me dijo- Y da gracias a que ahora mismo estas mala -Se puso en pie y se dirigió a la puerta-
-No te vayas -Le dije e inmediatamente volvió sus talones hacia mi cama-
-Cariño, tengo que hacer necesidades -Me dijo y supe lo que contestar-
-Ya, pero yo te necesito, tu eres mi necesidad -Le dije y se sentó en la cama, a mi lado-
-Voy a venir a vivir aquí -Me miró-
-Mi padre no te dejaría, es más, no te atreverías a cruzar por esa puerta.
-Cierto -Reímos-
-¿Sabes? Quiero chocolate -Le miré-
-JAJAJAJA. ¿Que habéis hecho con mi chica? -Miró al cielo- Por fin, una novia que le guste el chocolate.
-¿A Leila no le gustaba el chocolate? -Pregunté-
-1. Leila era un folleteo vario 2. No le gustaba el chocolate porque dice que va ha engordar hasta parecer una morsa.
-¿Folleteo vario? Deja de ver las mierdas que hacen en la televisión -Le pegué-
-Deberías ver esos programas, son entretenidos -Me dijo mientras me acariciaba el pelo-
-CALLA -Chillé-
Silencio...
-¿Acabas de reconocer que Leila no fue tu novia? -Pregunté-
-Si, bueno, en realidad no se lo que eramos. Éramos dos chicos que queríamos mantener nuestras reputaciones y tener sexo así que decidimos "salir".
ESTÁS LEYENDO
Siempre nos quedará el amanecer
Novela JuvenilÉramos personas diferentes, pero ¿Qué es un puzle con dos piezas iguales?