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Como es de esperar, los héroes ganan una vez más.  Lo descubres al día siguiente en las noticias de la tele. Hydra se desarma con la misma facilidad que hizo la invasión Chitauri, o eso es lo que creen todos.

Tú siendo una de ellos.

Sin embargo, los vengadores empiezan a alejarse después de ese fatídico episodio. Nadie lo sabe aún.

Nueva York sigue siendo igual de brillante y viva aún tras desastres demoledores y alienígenas  intentando conquistar el mundo. La noche puede parecer eterna, pero el sol siempre amanece a todos por igual.

Y como tantas otras veces, te encaminas al trabajo por las afanosas calles de la ciudad que nunca duerme. Aunque hoy, por hacer algo distinto, optas por tomar un camino diferente de lo habitual.

Tienes algo de tiempo, así que eso no será un problema.

De vez en cuando te llevas uno que otro empujón, la gente tiene prisa y no se molesta en disculparse.  Te has acostumbrado a ello después de un tiempo. Todos lo hacen viviendo en nueva York.

A lo que de repente, como por cosa del destino, lo ves a él.

Iron Man en todo su esplendor sin el casco puesto, con su tan característico traje de superhéroe saliendo de una tienda de Donuts.

No puedes evitar querer acercarte más para así echarle un mejor vistazo. Él se para a charlar con un crío y las demás personas empiezan a aglutinarse a su alrededor como imanes. Así de magnético es el millonario Anthony Stark. 

Y así de hermoso también.

Pero hay tanta gente que eso te hace parar en seco.  Una parte de ti quiere ir allí y agradecerle por haberte salvado la vida aquel día, pero, seguramente él ya esté cansado de gente que se lo diga a menudo, por eso te quitas la idea de la cabeza con la misma facilidad que viene.

Aunque, para tu sorpresa, él mira en tu dirección por unos instantes. El corazón te sale por la boca.

—Iron Man me está mirando, — y es algo mágico.  Más aún cuando empieza a alejarse de la multitud y se encamina a donde estás tú.— Oh dios mío. ¿Se acuerda él de mí?— No puedes evitar hablar bajito, con algo de nerviosismo al ver como se te va acercando poco a poco.

Por un momento, te olvidas que debes mandar oxigeno a tus pulmones para así seguir existiendo. Sin embargo, la emoción dura lo mismo que un suspiro.

Te das cuenta no mucho después que Anthony Stark sigue andando sin inmutarse de su entorno, y de ti menos aún.

Eres tú quien gira la cabeza para verlo irse, y presenciar como él se detiene  frente a un coche tan negro como la noche misma. La ventanilla del vehículo baja, y dentro hay una mujer hermosa con  un largo pelo rubio cerezo.

Es a ella a quien Tony mira, no a ti.

Nunca lo ha sido.

Con dificultad  vuelves a ponerte en marcha para ir a trabajar, pero ya no es lo mismo ¿Cierto?

No es que Tony Stark no se acuerde de ti.

Para él, tú ni siquiera existes.




Loving Iron Man (Iron Man x Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora