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La alarma es la que te da los buenos días. Suerte que dejaste el móvil cargando en la habitación anoche antes de irte a duchar.

—OUahh...—El bostezo que te sale es uno largo y placentero. Como si hubieras dormido como un bebé.

Cosa que lo has hecho. Después de todo, Tony ha estado...

—Conmigo. —Das la vuelta para descubrir que en verdad no. Estás sola ahora. Como tampoco entiendes como diantres terminaste en la cama. Pero eso no te preocupa en lo más mínimo. Estás en las nubes, y no hay nada en el mundo entero que te baje de allí.

Hoy no.

Así que con pereza, coges el móvil y desconectas la alarma. Te alegras de darte cuenta de que hay un nuevo mensaje de Tony esperándote:

<<He tenido que irme, empezaste a babearme.>>

—¡Qué cruel! Yo no babeo. —sonríes llena de picardía. —Bueno, puede que un poco. —Tiras el móvil a la cama y te encaminas al lavabo a vestirte.

No es bueno que llegues tarde hoy, cuando encima tienes horas que recuperar. Además, dependes del trabajo para comer y tener un techo a donde vivir. Y no te sale a cuenta enfadar al encargado estos días.

♣♣♣

—¡La caja está vacía! —Uno de los meseros grita, pero Josiah está muy lejos para escuchar y los demás están ocupados. Así que no te queda otra que tomar el puesto. No es uno de tus sitios favoritos, pero no estás en la posición de quejarte.

Es una suerte que haya pocos clientes esperando. Dos como mucho. Una mujer con ropa de Jogging, y detrás un hombre más bien peculiar.

"¿Algún héroe? ¿O cosplay?"  Indagas mentalmente mientras apuntas el pedido de la mujer que tienes en frente de ti. La desconocida escoge un mejunje de frutas con granola por encima que hay en el menú del bar.

Es de lejos el peor de los batidos que hay en el menú, pero, a ti, no te pagan para ser honesta con la clientela.

Te pagan para trabajar con el pico cerrado y la sonrisa puesta en el rostro. Y esto es lo que ofreces: Una risa acompañada de un soso "¡Que lo disfrutes!"

Entonces la mujer paga y se da la vuelta para irse.

Una cliente menos.

—Buenos días, ¿En qué puedo ayudarte? —La risa sosa no se deshace de tu rostro mientras encaras al tipo con capa. Él es alto, pálido y lleva la barba bien hecha. Además, tiene pinta de ser adinerado, y que no encaja para nada con este lugar.

—Café, por favor.

—¿Cómo quieres el café? —Le preguntas.

Entonces, el tipo extraño frunce el ceño y muestra una expresión de cansancio. Como si el mundo le pesara más de lo que él está dispuesto a aguantar.

—Café largo, por favor. —La voz de él es aterciopelada. Y por momentos, hasta lacrimosa.

—Serán dos dólares con cincuenta.— Tú mantienes la risa firme en el rostro, mientras espere a que él te pague. Observas también como él alcanza la cartera y alza la mano para darte el dinero. Como cortesía, tú le enseñas la palma de la mano abierta, y él ubica un billete de veinte dólares en el centro.

La yema de los dedos de él rozan tu piel.

Entonces ocurre algo raro. Él te mira detenidamente a los ojos mientras se aleja. La forma como él te observa no parece normal.

Como si estuviera viendo un fantasma.

—¿Ocurre algo señor...?

—Stephen Vincent Strange. Pero llámame Strange. —Se presenta con formalidad sin dejar de mirarte a los ojos. Como si de alguna forma hubiese perdido algo allí.

—¿Se encuentra usted bien, señor Strange? —Preguntas por educación. Ya que después de todo, tú no le conoces.

—Sí, perdona. Estoy bien. —Él se rasca la frente con nerviosismo antes de volver a mirarte.— ¿Sabes de una cosa? Ya no me apetece el café. Quédese con el dinero.

—Pero señor

Él no espera a que tu le digas nada. Strange simplemente se da la vuelta con la capa fluctuando detrás de él. Y, antes de irse del todo, él se voltea para dignarte una última mirada. Pero de esa vez, él sonríe.

Strange te llama por tu nombre, y eso es desconcertante. Ya que en ningún momento te has presentado a él, ¿Entonces cómo...?

—Ha sido un placer conocerte.— Él añade amigablemente y desaparece en un pestañeo no mucho después. Como si nunca hubiera estado allí.

"Así que era un héroe después de todo."

Y no solo tú llegas a esta misma conclusión. El bar entero piensa exactamente lo mismo.

Por desgracia, la presencia de Strange no significaba algo bueno. Pero tú, tristemente, no tenías forma de saber el porqué.

El mundo tampoco estaba preparado para lo que vendría dentro de muy poco.

El chasquido.

Loving Iron Man (Iron Man x Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora