----TU CASTIGO, JONES----
Entro a mi casa, todos los de limpieza se me quedan viendo, Irma recorre con la mirada mi atuendo; una chamarra ancha, mi pelo desordenado y con unas pantuflas como zapatos.
Pensaba que la desaparición de Claudia fue un invento de mis padres para alejarme de ella o para que no volviera a contactarla por lo que me lo tome como una broma y no, todo este tiempo no fue una broma. <<Nada fue una maldita broma>>. Yo follaba en un elevador mientras ella estaba secuestrada.
Mis noches, tardes y mañanas no son las mejores después de enterarme que Claudia fue secuestrada y la culpa me invade a cada rato pensando en que yo era el objetivo pero ella fue vendida y me duele saber que no volveré a escuchar sus risas, su acento en diferentes idiomas, sus putos consejos que me hacían mejor persona. <<Ella no está aquí y es tu culpa>>, mi maldita conciencia me habla a cada rato para reprocharme la culpa.
Subo las escaleras donde varias veces estuve con ella, las lágrimas brotan de mis ojos ante los recuerdos. El perro me sigue detrás de mí ansioso por comer el helado que tengo en la mano.
Llego a mi cuarto que está hecho un asco, desde la puerta veo las sabanas en el piso, las almohadas manchadas de maquillaje, fotos quemadas en el piso, mis pinturas destrozadas, floreros rotos por toda la habitación entre otras cosas que igual están rotas.
Como lo mencione antes, no es fácil lidiar con el secuestro de Claudia, agarro un cuadro donde está mi madre abrazada de Mila y lo arrojo a la pared, el perro se asusta y termina refugiándose debajo de la cama. Encuentro los zapatos que ella dejaba cada que tenía baile y de la desesperación los tiro al espejo que termina rompiéndose.
Juego mi pelo como una loca dentro de la oscuridad de mi cuarto deseando que ella entre por la puerta, abra las ventanas y me insulte cosas bonitas para sacarme de esta depresión. Las luces se mantiene apagadas, la luz no filtra por ningún lado y solo me escondo en un rincón para llorar que no está conmigo con canciones más putas deprimentes que me recuerdan a ella y como la masoquista que soy compro cosas que le gustaban para llorar sobre ellas mientras como helado de chocolate con altos niveles de azúcar.
El perro se me acerca y se recuesta a un lado de mí con la cabeza sobre mis piernas. No me resisto a no tocarlo pero él no me trae el consuelo que necesito solo calma las ganas de matarme ahogada en la tina como la primera vez.
—Señorita Aitana-habla la chica de la limpieza.
Intento pararme pero mi cuerpo no me lo permite.
—No quiero nada-arrojo una foto de Claudia a la puerta provocando que la chica se asuste y salga corriendo.
—¡Aitana, ya basta! Es inaceptable este comportamiento tuyo-entra Irma al cuarto.
—Deja de joderme Irma-enciendo un cigarro.
—Escúchame primero, Aitana-doy una calada larga a mi cigarro.
—No tengo nada que escuchar solo salte de mi cuarto y déjame deprimirme en paz-suelto el humo de mi boca.
—¡Deja ese cigarro!-se acerca a mi y me arrebata el cigarro.
—Me vale verga-agarro la botella de tequila que tengo a mi lado y la tomo dejando que recorra todo mi cuerpo.
—Aitana Adán va a estar aquí en unos momentos y no te puede ver así-intenta levantarme del piso pero me niego a hacerlo.
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GÉMINIS II (EN EDICIÓN)
RomanceLa creímos muerta pero la verdad es que ella está viva y quiere su vida de regreso pero para eso se enfrentará a nuevos problemas que la conducen lentamente a un nuevo secuestro. Un lado desconocido. Conoceremos más del pasado de Aitana Jones, la b...