----Bienvenida Lucia----
Aitana Jones
—¡Madre! Bienvenida —bajo las escaleras.
—De saber que Mila dejó a mis nietos contigo hubiera llegado días antes —Paula entra evitando mi mirada y deja sus cosas al mayordomo mientras mi padre niega con la cabeza.
Ruedo los ojos. —Bienvenida madre —repito con un tono sarcástico—. Atiendan a la señora Jones —le pido a los asistentes de la casa que se mantienen parados como estatuas ante la presencia de los invitados.
No se toma la molestia de sentarse; se la pasa caminando por toda la casa recorriendo con la mirada. Los nervios hacen que mueva los pies captando su atención.
<<Odio el sentimiento de querer perfección cuando está ella>>
—¿Pasa algo, Aitana? —me mira detenidamente.
Mi padre deja su móvil e igual me mira.
—No pasa nada —ambos se acomodan en los sofás de la primera sala.
—Aitana este lugar huele raro —miro a Adán que baja con una camisa apretada y el pelo arreglado. Con su loción cara de Hugo Boss.
—La leche de Zuley se derramó —Brashia aparece atrás de Ruben que amablemente se acerca y saluda a mi madre de beso y luego a mi padre con un apretón de manos.
Ruben es aceptado por mis padres desde la primera vez que se los presenté. Recuerdo que siempre fue un guardaespaldas, pero sus jefes no eran los indicados, así que, solamente cerré el contracto y de paso gané un amigo que parece más un hermano.
—¿Qué hace ese idiota? —susurra Adán.
—Me cuida —camino hasta donde está Ruben.
—Darling —rodea mi cintura con su mano sin llegar a incomodarme.
—Aitana, me apetece ver a mis nietos —dice Paula con elegancia mientras sostiene la mano de mi padre.
—Están dormidos —cruzo los brazos.
—No hay problema. Indícame el camino a su recamara —le entregan la bebida que sacude en su mano.
—¿Por qué no tomas, hija? —pregunta mi padre tratando de crear un ambiente más sano.
—Por motivos de salud —mi madre mira mi vientre sin disimular—. No mamá, no estoy preñada, solo tengo una cita médica dentro de unos días.
—Ruben el perro de Aitana parece que está herido —entra Adán obligando a Ruben a soltarme de la cintura para atender el llamado.
—Voy contigo —camino unos pasos, pero Adán me detiene.
—No te atrevas a ir —Adán me gira.
—Es mejor, hija. No se sabe cuántos hombres armados puede haber afuera —mi padre sujeta la copa de vino en su mano.
Mi madre mira con firmeza a Adán que se aleja para buscar un vaso con un escoces. El ambiente en silencio deja mucha tensión y parece que nadie querer por miedo a que se arme una guerra.
—Señorita Aitana, los mellizo ya despertaron —avisa la niñera. Mi madre se levanta rápidamente con cierta emoción en su rostro.
—Lleve a mi madre al cuarto de los mellizos —ordeno. La mujer lleva a mi madre y mi padre al cuarto de los mellizos mientras que le dice su estado de salud.
Los bebés comienzan a llorar cuando mi madre entra sonando sus tacones. En realidad los llantos comienzan a hacer eco en todo mi cuerpo.
—Bestia, estás muy pálida —dice Adán sosteniendo mi cuerpo.
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GÉMINIS II (EN EDICIÓN)
RomanceLa creímos muerta pero la verdad es que ella está viva y quiere su vida de regreso pero para eso se enfrentará a nuevos problemas que la conducen lentamente a un nuevo secuestro. Un lado desconocido. Conoceremos más del pasado de Aitana Jones, la b...