Amor

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Jungkook logró con dificultad, entre golpes y empujones, subir el cuerpo inmóvil de Taehyung a la cama. No sabía cómo alguien tan delgado podía pesar tanto. Debía ser el peso de su alma obscura, sí, eso debía ser. 

Usó la sábana destendida que había en la cama para cubrir al chico de cabellos azules, pues lo único que tenía era un bóxer y unos calcetines. Estaba haciendo un poco de frío y no quería que se enfermara o algo así por su culpa; si es que estaba vivo y no muerto.

Salió de la habitación hacia la cocina en busca de agua para tener cerca para cuando Taehyung despertara. Jimin le había dicho dónde estaba todo cuando lo trajo en la tarde, mientras el mayor no estaba. Así que ya conocía el lugar y no era tan tonto como para no saber cómo servir un vaso de agua. 

Fue hasta la sala recordando que tenía una pequeña maleta que Jimin le había conseguido, donde guardó un par de prendas especiales para él, además de otras cosas que Namjoon le dio para su higiene y comodidad. Sacó de una caja un paquete de galletas y regresó a la cocina por el vaso de agua, para dirigirse a la habitación de Taehyung.

Estaba muy feliz de que por fin, después de mucho tiempo, tuviera compañía. No era una familia como había imaginado muchas veces, pero estaba muy feliz de que ahora pudiera estar con alguien de nueva cuenta, así que no podía quejarse.

Jungkook era el gato de un amigo de Namjoon que había dejado de poder cuidarlo porque tenía que cambiarse de ciudad debido a su último año por cursar en la universidad, o algo así había entendido él, quien había dejado de ver a su dueño Seokjin durante mucho tiempo para ser cuidado por Namjoon.

Vivía solo en la casa de Seokjin, siendo atendido y visitado por Namjoon.

No daba muchos problemas, era un gato bien educado e independiente, pero eso no significaba que no extrañara a su dueño, porque lo tenía hecho un gato mimado y consentido a su manera, y con Namjoon no tenía la confianza suficiente como para abrazarlo en todo momento y pedirle que lo acariciara de la nada.

Esa tarde, mientras perdía su abundante tiempo como gato solitario viendo caricaturas (una que le gustaba mucho en la que un gato perseguía a un ratón elocuentemente), Namjoon llegó acompañado de un chico que dijo ser su primo y llamarse Jimin, y entonces le dijeron que tendría un nuevo hogar. 

Al principio no entendió, aún estaba contando los días para que Seokjin terminara de estudiar y regresara por él, aunque sabía que faltaba demasiado tiempo. Pero se limitó a confiar en Namjoon y su primo, que lo miraba con una tierna sonrisa.

Le dijeron que Seokjin estaba consciente de lo que querían hacer y que estaba dispuesto a aceptar su decisión de buscar una nueva persona con la que estar. Jungkook estaba inseguro, porque ya no quería estar solo, no le gustaba estarlo, él quería estar con alguien a quien darle amor como el gatito dulce que es, pero tampoco le gustaba mucho la idea de dejar a su dueño, lo quería mucho como para hacerlo tan fácilmente. 

Amaba demasiado a Seokjin porque había sido la única persona que se había acercado a ver la jaula del gatito negro, sucio y gordito en el refugio de animales. Había sido el único que se había acercado a acariciarlo entre los barrotes, y había sido el único que lo había preferido por sobre los demás gatitos mucho más bonitos que él. Era su héroe y le tenía un gran aprecio.

Su inseguridad se fue lentamente cuando Jimin le habló de Kim Taehyung.

—Es el chico más lindo y amable que podrás conocer en tu vida, te dará mucho amor y estará muy feliz de recibirte —le había dicho con la sonrisa más bonita de su repertorio de convencimiento—. Y aunque a veces es un poco gruñón, al final es muy buena persona.

Jungkook había aceptado escuchar un poco más acerca de lo que Namjoon y Jimin le proponían. Y entonces, había quedado encantado al ver las fotos que el último mencionado le había mostrado en su celular, presentándole a Taehyung.

—Es muy lindo... —comentó.

Se había quedado mirando a la pantalla del celular al chico peliazul durante cinco minutos seguidos, analizando cada parte de su rostro. Se encontró sintiéndose avergonzado de llegar a pensar que era muy atractivo porque Seokjin, Namjoon, sus amigos, e incluso Jimin que lo acababa de conocer, también lo eran, pero no igual como el de cabellos azules en la pantalla llamado Kim Taehyung.

—¡Sí que lo es! —concordó Jimin con una sonrisa en sus labios, feliz de estarse saliendo con la suya. 

—Es un tonto. —había murmurado Namjoon.

—Pero Nam... ¿Estás seguro de que Jin no se molestará de que cambie de dueño?

No quería dejarlo y sentirse culpable, pero tampoco quería seguir pasando sus días solito. 

Una vez Seokjin, antes de irse, le había planteado la idea de que si deseaba irse, si deseaba que lo llevara al refugio de nuevo para que lo pusieran en adopción, estaría totalmente de acuerdo y respetaría su decisión. Pero Jungkook se había negado totalmente diciendo con ganas que él se quedaría en casa y lo esperaría todo el tiempo que fuera posible. No quería volver al lugar donde nadie tenía una familia y donde nadie se acercaba a verlo, no quería pasar eso de nuevo.

Jungkook solo quería alguien a quién darle su amor. 














GATO MALO. ➸taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora