La mano de Jungkook

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—¡Jin! ¡Taehyung y yo somos novios!

—¡No Jungkook, te dije que no le... ugh! —se sentó en el sillón, cubriendo su cabeza y negando; sabía que no debía haberle prestado su celular, ahora todo se saldría de control.

El menor rió, se levantó del sillón con el celular en la oreja, y empezó a caminar hacia la habitación.

—Te lo contaré todo...

Jungkook desapareció dentro de la habitación, y Taehyung tuvo que levantarse, porque alguien estaba tocando su puerta. Y su suerte no podía ser tan buena como para que no se tratara de Jimin. Tenía que ser él; sus desgracias vienen acompañadas de su presencia, como buen amigo.

—¡¿Cómo que Jungkook y tú son novios?! —el peliazul rodó los ojos después de que Jimin entró con grandes pasos a su sala, con sus manos en su pecho, mirándolo sorprendido— ¿Por qué no me habías dicho? ¿desde cuándo? Yo debía ser el primero en saber eso, maldito traidor...

—Jimin, cállate el culo. —Taehyung se cruzó de brazos, negando.

Listo, ahora tenía un loco más al que explicarle las cosas.

—En realidad, yo debía ser el primero en saberlo. —Namjoon entró también por la puerta, asustando a Taehyung, que justo ahora podía llegar a tener algún ataque cardíaco.

—¡Esto no está saliendo como lo planeé! —azotó la puerta y miró a Jimin y a Namjoon.

—¿Y qué planeabas? ¿hacer una cena con todos para decirnos? Mierda, estoy tan emocionado... Esperen, creo que... mi corazón... —Jimin dramatizó un poco, colgándose del brazo de Namjoon y tocando su pecho como si no pudiese respirar, o le costara trabajo el hacerlo.

—No seas idiota, enano. —el peliazul se quejó.

—Bueno, ese hubiese sido un buen plan, así hubiese sido una buena forma de pedir la mano de Jungkook. —Namjoon sonrió, mirando la expresión que Taehyung había puesto en su rostro, y escuchando cómo la risa de Jimin llenaba el lugar.

—¿La mano de Jungkook...? Ustedes están exagerando un poco las cosas...

—La mano, la cola, la oreja, ¡lo que sea! Puedes tomarlo completo, TaeTae. —Jimin sonreía feliz.

Taehyung soltó un quejido y se recostó en el sillón, ignorando a Namjoon que se sentó en el de frente a él y a Jimin que se había dejado caer a su lado para seguir molestándolo.

—No estés tan agobiado, TaeTae. La verdad es que yo quería desde un principio esto, estoy satisfecho porque ahora Jungkook y tú están enamorados y yo quedo como el buen amigo que hizo tu vida menos miserable.

Jimin recibió un golpe en la nuca por parte de Taehyung, que había gruñido.

—Yo no puedo decir que esto me haga feliz, porque después de todo aún sigo pensando que eres medio idiota y eso, pero conozco muy bien a Jungkook, y mientras él esté feliz yo también lo estaré. —agregó Namjoon.

—Qué mierda, ustedes suenan como suegros, ya dejenlo.

Taehyung podría admitir que todo ese acontecimiento lo estaba avergonzando, y que todo fue más fácil solo con Jungkook en su habitación, pero no lo haría porque él es tan reacio a ese tipo de confesiones, mucho más cuando no había congruencia con sus acciones; porque él había dicho en un principio que no quería a Jungkook con él, frecuentemente que era un gato malo y feo, más sin embargo, ahora resultaba ser que sentía algo más serio que un simple cariño por el gato, resultaba ser que lo había hecho suyo y que ahora era su novio, tan simple, de la noche a la mañana.

Además, no le gustaba tanta atención, no le gustaba que comentaran acerca de sus decisiones, acerca de él, aún cuando se tratara de personas cercanas; siempre fue partidista de mantener sus asuntos privados para sí mismo. Ahora, sabía que Jungkook estaba involucrado, y todo era diferente, y por ello debía lidiarlo.

—Entonces tendrás tres suegros, porque aún falta saber qué dirá Seokjin. —Jimin habló, sacando al peliazul de sus pensamientos.

—Dijo que hará su tesis de cómo matarme.

—Probablemente también saque un libro de recetas para cocinarte, o algo así. —Namjoon bromeó, disfrutando un poco del sufrimiento de Taehyung, porque sabía en realidad que Seokjin podía ser un poco duro en algunas cosas, pero antes que eso era comprensible y prudente, sobre todo si de Jungkook se trataba.

—¿Crees que me corte los huevos?

—Oh, y también el pene. —Jimin se burló, escuchando el bufido de su amigo.

Al menos ya había afrontado una parte del celo de Jungkook, y la falta de esos no le resultaría tan agobiante, hasta cierto punto sarcásticamente hablando.

—Oye Taehyung... —Namjoon habló, lográndose que el mencionado volteara a verlo— No te preocupes, mientras Jungkook esté bien, nada estará mal.

Taehyung no contestó, se limitó a empujar a Jimin para sentarse bien.

—Ni con tus huevos ni con tu pene, tú solo dale mucho amor a Jungkook porque se lo prometí, ¿de acuerdo, TaeTae?

—Ahg, ya dejen de molestarme. —se cruzó de brazos rodando los ojos.

Eso no tenían que decírselo para que lo hiciera, y él tampoco tenía que decirlo para hacerlo.

—Taehyung, ¿y cómo es que se hicieron novios? Cuéntame todo por favor.

—A ti no te interesa, dejame en paz, cachetón.

—¡Soy tu mejor amigo, me interesa!

—Oye tú, ve y haz algo de desayunar.

—Ajá TaeTae, atiende a tus visitas.

Taehyung no sabía porqué permitía que esos dos invadieran su espacio cómo y cuando quisieran, pero ahora sentía un poco más relajado su interior. No tenía que darle explicaciones a nadie, ni estar inseguro de nada, mientras Jungkook estuviera feliz a su lado.













GATO MALO. ➸taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora