Medicina

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—¡Taehyung, no seas mal perdedor! —Jungkook rió, sosteniendo entre sus manos un puñado de cartas.

—¡Te dije que me dejaras esa! No me estás dejando ganar... —se cruzó de brazos, mirando cómo el menor tomaba su turno y levantaba otro par de cartas.

—¡Es otro par! ¡estoy ganando!

—Sí, ajá, como sea. —recargó su espalda en el sillón.

Ambos estaban en el suelo, con el juego de cartas en su medio.

—No te enojes, el segundo lugar no es tan malo, no lo conozco, pero no debe ser tan malo. —se burló de Taehyung, sin poder evitar reírse de él. 

—Deja de burlarte de mí, gato, ve a cenar, ya es hora de dormir. —se levantó, y se desapareció por el pasillo hasta el baño.

—¿Tan pronto...?

El menor comenzó a juntar el juego de memoria que le había comprado Taehyung en el supermercado, después de haberle insistido todo un día que por favor se lo comprara, después de haber fingido estar enojado durante una hora y al final terminar convenciéndolo. 

—Mañana es lunes, Jungkook. 

El nombrado dejó las cartas en el sillón y caminó hasta la cocina, en donde buscó qué comer. Ya estaba acostumbrado a la rutina, pero aún así le gustaban las ocasiones en las que convencía a Taehyung de romperla. Además, no quería dormir, no tenía sueño.

Jungkook había empezado a comer unas galletas cuando cayó en cuenta de las palabras de Taehyung. Mañana sería lunes, y estaba por empezar un mes más de su medicina, y casi lo olvida. Dejó las galletas y salió corriendo hacia la habitación en busca del frasco, se regresó de la misma forma, un poco alterado; ahora sabía la razón de que no tuviera sueño.

—Jungkook, ¿mañana me acompañarás a...? —el peliazul había dejado de hablar cuando se asomó por la pared de la cocina y miró al menor sirviéndose la medicina en un pequeño botecito de medición, frunció el ceño, porque la cantidad que había servido era mucho mayor a la que Namjoon le había dicho que tomara— Oye tú, ¿qué haces? Es mucha...

El aludido se había volteado rápidamente al escuchar la voz de Taehyung, asustado.

—Es que no me siento muy bien. —dijo, alejándose un poco.

—Pero te hará daño, dame eso... —el híbrido se empinó la medicina que se había servido  rápidamente, antes de que el mayor lo alcanzara y le arrebatara el frasco y lo poco que le había quedado— ¡Jungkook, te dije que no!

—¡Tae, dame mi medicina! —el peliazul alzó sus manos para que el menor no alcanzara el frasco, alejándose poco a poco. Jungkook casi se desmaya— Ta-Taehyung, dame mi medicina, me duele todo, ya veo borroso, hace... calor...

—No seas ridículo. Ya tomaste mucha, si te da algo en el estómago no es mi culpa... —había arrojado al lavadero el botecito de medición, pero Jungkook seguía intentando arrebatarle el frasco de las manos— ¡Dije que no!

—¡Dame mi medicina o me muero! —exclamó. De un salto alcanzó la mano del peliazul que tenía el frasco, pero el mayor forcejeó para no que no se lo quitara— ¡Taehyung!

—¡No te la daré, alejate!

Entre forcejeos, el frasco casi termina en las manos de Jungkook, pero sin que ambos pudieran evitarlo, terminó hecho pedazos en el suelo.

—¡Mi medicina! ¡Taehyung, me voy a morir! —había empezado a ver pasar su vida frente a sus ojos, así como la medicina destendida en el suelo.

—¡Ahh, Jungkook! —tomó un trapo y comenzó a juntar los pedazos de vidrio marrón y el líquido pegajoso que se había caído por todo el suelo.

—¡¿Ahora qué hago?! Está pasando, ya me siento mal, creo que me voy a desmayar... —tomó de su vaso de leche y empezó a tomar aire como si hubiese corrido mucho e intentara recuperarse— ¡Llama a Namjoon, dile que traiga más!

—¡Jungkook, son las once de la noche, deja de ser tan dramático y vete a dormir! —había terminado de limpiar el suelo y ahora lavaba sus manos.

Jungkook soltó un quejido y se acercó a Taehyung para recargar su frente en su espalda.

—No podré dormir, moriré a tu lado y llevarás la culpa el resto de tus días... 

—No sentiré culpa por un gato exagerado como tú. Termina tu leche y vete a dormir. 

—¡Tae! —el menor salió corriendo fuera de la cocina para encerrarse en el baño.

Taehyung suspiró. Y a los quince minutos después, los mismos que el híbrido tenía encerrado, decidió que ya era hora de intervenir.

—Jungkook, sal del baño ahora mismo. —estaba cruzado de brazos frente al baño, esperando a que saliera.

—No.

—Jungkook, sal ya, no hagas que me enoje.

—No quiero.

Taehyung suspiró.

—Mañana temprano le mandaré un mensaje a Namjoon para que te compre más, no te pongas así... —habló, intentando convencerlo.

No obtuvo respuesta, pero podía escucharlo moverse.

—¿Me puedes abrazar...?

El mayor rodó los ojos y suspiró nuevamente.

—Sí, sí, te voy a abrazar.

Jungkook salió del baño y abrazó a Taehyung como comúnmente lo hacía, enredando sus brazos alrededor de su torzo y ocultando su rostro en su pecho. El peliazul le correspondió el gesto, acariciando su espalda. El menor inhaló. Esa ocasión, su olor le gustó más. 

—Lo siento, Tae... —se disculpó, avergonzado de su actitud tan infantil, pero estaba muy alterado y no pudo evitarlo.

—Ya, está bien. Vamos a dormir. —contestó, moviendo las orejas del híbrido.

Jungkook asintió, aunque en realidad nada en él estaba bien esa noche. 









GATO MALO. ➸taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora