Melocotón

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—Haremos algo, gritarás pepino si te duele, guanábana si quieres que pare, y melocotón si te gusta mucho, ¿lo tienes? De acuerdo.

Taehyung evitó reír, no era muy maduro de su parte seguir burlándose de Jungkook cuando estaban a punto de tener sexo. 

—¿Q-Qué...?

El menor estaba intentando tomar todo el aire que le fuera posible adquirir; ahora ni siquiera podía recordar su nombre y Taehyung lo quería hacer decir frutas extrañas.

El peliazul sonrió de lado deleitado por la vista, porque Jungkook abierto de piernas, sonrojado y sudado, se miraba muy bonito. 

—O solo grita mi nombre. —contestó, y bajó su mano dejando de atender la erección del chico para internar sus caricias en un sitio más íntimo.

El tacto hizo a Jungkook jadear y removerse en el sillón, cubrió su rostro con sus manos porque mirar a los ojos a Taehyung mientras lo acariciaba con sus dedos en ese lugar lo avergonzaba, pero no quería que se detuviera, porque era una nueva sensación que lo estaba haciendo sentir increíblemente bien. 

—Tae... —cerró sus ojos con fuerza cuando uno de los dedos del mayor hizo presión contra su entrada.

Lo que estaban haciendo era aún mejor que lo que habían hecho la noche anterior. 

Su llamado buscaba pedirle aún más al peliazul de lo que le estaba dando, pero no sabía de qué manera pedirlo sin sentirse tan alterado. Su pene estaba doliéndole mucho y necesitaba que él lo tocara de nuevo. Lo que hizo fue levantar su cola temblorosa y acercarla a su virilidad, y entonces soltó un largo alarido de placer, porque estaba acariciando su miembro con su cola al mismo tiempo que Taehyung había metido su dedo lentamente en su cuerpo.

—Vas a manchar tu colita, gato malo. —comentó el mayor y retiró la cola del híbrido sin perder el tortuosamente lento ritmo que había empezado a tomar con su dedo dentro de él. 

Lo estaba apretando mucho, justo como lo había imaginado en el baño, después de que Jungkook se había quedado dormido y lo había dejado en problemas. 

—¡Melón, melón, melón...!

Jungkook no recordaba la fruta que debía gritar, pero necesitaba que él supiera que estaba gustándole mucho todo lo que estaba haciendo en su cuerpo.

El peliazul soltó una risa al escucharlo y quitó sus brazos para poder verle el rostro completamente. "Desastroso", pensó Jungkook que seguramente se vería, pero para Taehyung no era nada menos que una nueva y perfecta imagen. 

El mayor se inclinó y acomodó el cuerpo del híbrido a su disposición. Dejó un camino de besos por su cuerpo hasta llegar a su cadera, se dedicó a dejar besos húmedos en la pelvis sin perder el movimiento de sus dedos y unas caricias que estaba dejando con su otra mano en uno de sus muslos. Levantó la mirada un momento para cerciorarse del estado del chico.

—Jungkook. —lo llamó con voz grave, sin moverse ni un poco; su aliento había rozado con la sensible piel del miembro del menor, y este, perdido en la sensación se atrevió a bajar la mirada.

Una vez que se aseguró de que sus ojos estuvieran pegados a los de él, tomó la erección de este con la mano que no estaba dilatándolo, sonrió, y llevó la punta goteante del miembro a sus labios, acariciándolo sin moverse un poco.

Jungkook gimió, tuvo que dejar de mirar a Taehyung a los ojos, porque ver sus labios siendo rozados por la punta de su pene lo hizo arquear su espalda, no solamente por la sensación que la causó, era más porque se trataba de Kim Taehyung haciéndole eso.

GATO MALO. ➸taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora