Cuando Jungkook abrió sus ojos, el sol le incomodaba mucho más que otras mañanas, tenía calor y sentía algo extraño en su cuerpo. Se percató inmediatamente del aroma de Taehyung entre las sábanas, y entonces, recordó lo que había pasado anoche.
La sangre se le subió repentinamente al rostro por la vergüenza que lo atacó, se levantó de un salto de la cama y miró a su alrededor. Se encontró con que Taehyung estaba de pie a la orilla de la cama, mirándolo con los brazos cruzados. Entonces todo dentro de Jungkook tembló.
Rápidamente se sintió invadido por un sentimiento de miedo mucho más fuerte, algo como su vergüenza y su temor mezclados, provocándole una amarga sensación al momento de que sus ojos se cruzaron. Incapaz de reaccionar de otra forma, lo único que pudo hacer fue levantarse y correr fuera de la habitación hasta el baño para encerrarse. La única solución que había encontrado era huir.
El mayor intentó alcanzarlo, pero cuando lo hizo, ya tenía la puerta del baño estampada en la cara.
—¡Jungkook! Sal de ahí. —intentó abrir la puerta, pero el otro le había puesto seguro.
—¡No, Taehyung! ¡Lo siento, lo siento, lo siento!
El menor se había refugiado en el suelo, lo más alejado de la puerta, sintiendo su pulso acelerado. Estaba asustado. No podía dejar de pensar en lo que hizo, en la manera que echó a perder todo. Además, no se suponía que Taehyung estuviera en casa a la mañana, se supone que debería estar en su trabajo, se supone también que él debería estar con el de cabellos azules, y se suponía que no volvería a arruinar las cosas con él.
—Jungkook, está bien...
Taehyung medía sus palabras, porque con el paso del tiempo había aprendido a cómo obtener algo del híbrido. Pero esa ocasión no era parecida a las demás.
—¡L-Lo lamento...! ¡no sé qué p-pasó conmigo!
Jungkook estaba limpiando sus lágrimas. Sentía que de todos los problemas que le había causado al peliazul, ese era el peor, y que no había duda alguna de que él lo echaría de su lado. Estaba seguro de eso, esta vez sí lo haría, y le dolía porque no quería irse, ni que Taehyung lo odiara.
Él pensaba que cualquier persona se desharía de un gato sucio y grosero, que resultara una amenaza. Así se sentía, un gato malo, y los gatos malos son abandonados.
—Jungkook, abre la puerta por favor... —insistió.
Sonaba calmado, y el menor no podía sentir ningún rastro de enojo, lo cual lo hizo detener su llanto para escuchar curioso.
—¿No estás enojado? —preguntó.
Taehyung había escuchado sus sollozos a través de la puerta, e irremediablemente sintió el deseo de consolarlo. Si algo había cambiado en él, era el hecho de que el ese chico había encontrado la manera de tocar su corazón, o por lo menos de tentarlo un poco, y los efectos solo daban resultado si se trataba de Jungkook.
—No. —respondió sincero.
Estaba seguro de que el híbrido pensaba que lo echaría de su casa porque se había enojado por su comportamiento; era lo que siempre pensaba, y la verdad era que él no sería capaz de correrlo, o de devolverlo, ya no. Otra verdad era que lo que pasó anoche, de ninguna manera lo molestó.
—¿No vas a echarme? —se levantó del suelo para recargarse en la puerta y escuchar cualquier reacción de parte del mayor.
—No, Jungkook. No estoy enojado, no te haré nada, por favor abre la puerta...
Taehyung estaba intentando dar lo mejor de sí para hacerlo sentir mejor. No por nada había pasado su madrugada leyendo todas las revistas de gatos, y además buscado información en internet para saber qué hacer, y aunque no había encontrado respuestas claras, había sacado conclusiones por su cuenta.
Jungkook se mantuvo callado durante un rato, analizando las palabras del peliazul, sintiendo la confianza con la que le hablaba.
—¿Puedes abrazarme...? —tenía su mano puesta en el pomo de la puerta, listo para salir y ser recibido por los brazos de Taehyung.
—Lo haré. —respondió.
El híbrido entonces no necesitó de más para salir del baño y dejarse envolver por los brazos tibios de Taehyung. Cerró sus ojos con fuerza y repitió constantemente "lo siento" con voz entrecortada, su rostro estaba rojo de vergüenza y de calor, y no quería levantar la mirada para encontrarse con la mirada del mayor.
—Ya, no te disculpes Jungkook, está bien. —había comenzado a acariciar las orejas del nombrado.
—No sé qué pasó, yo... no sé por qué...
—Ya, deja de lamentarte, lo que pasó fue normal.
Jungkook suspiró sobre el pecho de Taehyung. El veterinario había dicho lo mismo, que todo lo que pasaría, todo lo que sentiría, sería normal; pero para él no podía ser normal si se sentía tan sensible, con miedo a equivocarse, a hacer algo mal.
—Pero...
—¿Te gustó? —el mayor había dejado de lado las orejas del híbrido para tomar su cabeza y levantarla, haciendo que lo mirara— ¿lo que hicimos anoche te gustó?
Jungkook talló sus ojos frente a él, frunció sus labios y se sintió muy avergonzado, porque no había otra respuesta para esa pregunta, la sabía. Pero decirla mirándolo a los ojos le aceleraba el corazón, porque claro que le había gustado, porque él le gustaba, porque se había percatado de que cualquier cosa que hiciera o viniera de Taehyung le gustaba, y eso era demasiado vergonzoso.
—Sí... —soltó, dejando caer unas lágrimas porque estaba sintiendo muchas cosas dentro de su pecho, y podía saber que no eran por su condición actual, era algo más, algo que solo provocaba aquel chico de cabellos azules— ¡Sí me gustó Taehyung, tú me gustas mucho!
Y Taehyung tuvo que abrazarlo para dejar que este siguiera llorando en su pecho, porque no podía dejar de hacerlo. Sonrió divertido, porque nadie podía ser tan tierno como Jungkook, y porque nadie jamás había llorado por gustar de él.
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GATO MALO. ➸taekook
Hayran Kurgu❝ 100% demon made in hell ❞ ⓘ cr: @daeguyz; tengo su permiso para realizar esta a̷d̷a̷p̷t̷a̷c̷i̷ó̷n̷ ̷♡ ⓘ prohibida la copia, hay cambios creados por mí para que los personajes encajen en esta versión.