Ya te extraño

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Taehyung estaba buscando entre su ropa colgada en el clóset el suéter más grueso que tuviera, porque su jefa lo había llamado justo después de que él se había puesto su pijama, pidiéndole que se reunieran en el restaurante que quedaba a un lado del supermercado donde trabajaba.

—Pero hoy es sábado... —Jungkook lo miraba estando envuelto desde la cama con demasiadas cobijas, además de un suéter grande, guantes y un gorro.

Sí, hacía mucho frío, pero Taehyung había pensado que estaba exagerando, aunque al final le dio igual. 

—Ya lo sé, solo me dijo que quiere platicar de algo importante que me beneficiará, o algo así.

El peliazul estaba ahora abrochando las cintas de sus tenis, deseando que se tratara de un aumento o un ascenso a Rey de todos, eso sería bueno. 

—¿Qué crees que sea?

—Ojalá una mansión en Miami, no lo sé, esa señora está llena de sorpresas... —soltó un largo suspiro una vez que se puso de pie, totalmente vestido. Miró al híbrido perdido entre las cobijas y sonrió— Hablo en serio, está llena.

—No seas grosero... —Jungkook había evitado reír, fracasando en el intento porque Taehyung había extendido sus manos a sus lados y dado pasos lentos, fingiendo ser su jefa— Es muy amable con nosotros, y tú te burlas de ella.

—Ya, ya, lo siento, soy muy mala persona —caminó hasta la cama y se dejó caer sobre las cobijas, rodeando al híbrido entre sus brazos y dejando sus rostros cerca—. No sé cuánto tarde, pero no me enojaré si te quedas dormido.

—No, voy a esperarte, quiero dormir contigo. Miraré televisión. —dijo con una sonrisa.

Sus planes antes de que la jefa de Taehyung marcara era pasar el resto de la tarde mirando películas, ya que el fin de semana era el único tiempo que tenían totalmente para ellos dos solos, a pesar de vivir juntos.

Retomaron sus días, y Jungkook acompañaba a Taehyung al supermercado; ahí no resultaba ético ni cómodo para los clientes que estuvieran besándose o demasiado juntos. Cuando llegaban a casa estaban cansados, y algunas veces recibían a Jimin o a Namjoon; tampoco era como si pudiesen hacer mucho frente a ellos, en especial con Jimin que decía que los grabaría y enviaría la evidencia a Seokjin acerca de que Taehyung pervertía a su bebé.

Aprovechaban sus mañanas y sobre todo sus noches; Taehyung podía notar que Jungkook tenía una pequeña obsesión con abrazarlo durante toda la noche, y despertar mirándolo muy temprano. La respuesta era la misma: "me gusta mucho verte dormir, Tae". El peliazul descartó los posibles pensamientos psicópatas, porque no le molestaba para nada que su chico lo viera dormir si lo despertaba con besos dulces. 

Ahora, los días de descanso en verdad los cuidaban. Alguna vez fueron al parque, Jungkook conoció otros lugares dónde comer, y estaba feliz de que Taehyung en todo momento lo sostuviera de la mano, aún cuando algunas personas los miraban extraño, aún cuando él alcanzaba a escuchar palabras que Taehyung no; comentarios prejuiciosos que los juzgaban. Comentarios que al final del día se atrevía a contar al mayor, porque entonces era consolado entre sus brazos. 

—¿Puedes llamarme si algo pasa? —el híbrido habló.

Taehyung frunció el ceño.

—¿Qué podría pasar? No seas dramático.

La verdad era que como ahora la mayor parte del tiempo, por no decir siempre, lo pasaba con Taehyung, le preocupaba un poco que cambiara eso. Aún cuando era solo un momento, estaba siempre presente ese miedo de alejarse de él. Las malas experiencias te enseñan a estar alerta, y Jungkook no quería seguir siendo abandonado, mucho menos por Taehyung, ya no podría soportarlo.

—Bueno, pero... igual puedes llamarme, para cualquier cosa. —insistió encogiéndose de hombros.

Taehyung asintió; miró cómo el gorro de color gris cubría la cabeza del otro hasta la mitad de su frente, y sonrió, porque era suyo. Recargó su frente en la de él y se permitió acariciar sus mejillas después de haber cerrado sus ojos. No era el mejor en ser romántico, aún estaba aprendiendo, pero su esfuerzo valía mucho para Jungkook.

—Vuelvo en un rato —el susurro del peliazul acarició los labios del menor, este lo miraba atento porque no había cerrado sus ojos como él, le gustaba demasiado como para perdérselo—. No me extrañes mucho.

Taehyung luego lo miró con una sonrisa y se separó un poco para examinar su expresión. Jungkook había recorrido la mirada hasta sus labios, tuvo que sonreír, y dejar un beso tronado en su frente para levantarse de la cama y caminar hasta la puerta.

—Ya te extraño... —el híbrido se quejó, envolviéndose más entre las cobijas, escuchando cómo la risa de su novio llenaba la habitación, y sobre todo, ignorando el desánimo que le provocó el hecho de que no lo hubiese besado en los labios.

Él esperaba un beso en los labios. 

Cuando su mente terminó de trabajar, se percató de que ya era tarde como para pedirle a Taehyung que regresara y le diera un beso en los labios, porque ya había salido por la puerta del departamento.












GATO MALO. ➸taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora