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Serena entró corriendo en su casa y subió las escaleras, para después encerrarse en su habitación y dirigirse al baño para poder mojarse la cara, sintiendo como el dolor de cabeza iba en aumento haciendo que quisiera gritar con todas sus fuerzas. Pero ella sabía que con ese acto nada se solucionaría, menos aún que conseguiría calmar algo que luchaba por tener el control al mismo tiempo que quería que ella le perdiera.
Al alzar la cabeza, Serena percibió la presencia de Stiles y la de Scott, pero sobretodo la furia de Scott haciendo que la chica saliera de su habitación y se acercara a la habitación de su hermano, el cual estaba atado al radiador con unas esposas.
—Serena dile que me suelte.— La pidió mostrando unos ojos de cachorro a los que Serena le costó decir «no».
—Lo siento, Scotty, pero eres peligroso.— Murmuró saliendo de la habitación y encontrándose a Stiles sentado en el pasillo con una expresión de enfado. —Sea lo que sea que Scott haya dicho debes de ser consciente de que no lo dice su verdadero ser. Él está bajo el influjo de la luna llena.— Le recordó Serena a Stiles haciendo que el humano la mirase con una expresión de pocos amigos.
—¡Serena por favor! No me hagas esto, no seas un monstruo conmigo.— Pidió Scott mientras reía. —Bueno, en realidad sí eres un monstruo, una asesina que va a terminar matandonos a todos. Eres una abominación.— Afirmó Scott haciendo que Stiles agarrara de la mano a Serena intentando hacerla creer que aquello no era verdad, pero la morena solo reaccionó poniéndose de pies y encerrándose en su habitación ignorando como Scott conseguía liberarse.
La mestiza se sentó en el suelo de su habitación mientras intentaba pensar en otra cosa que no fuera en lo que había dicho su hermano, pero en realidad él tenía razón. Ella era una asesina y era un monstruo, y por consiguiente era una abominación.
De nuevo el dolor de cabeza volvió, y Serena comenzó a llorar, pero no solo por ello, sino por el dolor que tenía por todo su cuerpo al mismo tiempo que sentía como su collar ardía y, sin pensarlo, se le arrancó del cuello lanzándolo contra la pared al mismo tiempo que el dolor desaparecía, siendo sustituido por una mirada asesina por parte de la adolescente junto a una macabra y seductora sonrisa llena de maldad y de hambre.
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—Sera mejor que descanses.— Le aconsejo Derek a Scott una vez después de que esté le hubiera prometido ayudarle a él y a Willa a matar al Alfa.
—Debo de hablar con mi hermana, le dije algo que no debía.— Explicó dirigiéndose a su habitación para después entrar y encontrarla vacía.
—Mierda.— Dijeron al unísono Derek y Willa mientras Scott se acercaba a donde Serena había estado sentada viendo las escamas que se habían desprendido de ella.
