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Cierto era que lo ocurrido en el bosque había supuesto que Serena despertara un cierto temor hacia los cazadores, pero también hacía aquella criatura que la había atacado. Por qué, aunque era parte de la manada de Derek, la morena sabía que había hechos que ni a él, siendo su novio y su Alfa, debía de saber.
—¿Ocurrió algo anoche?— Preguntó Scott mientras su hermana terminaba de prepararse.
—No, estuve bien.— Le tranquilizó Serena mientras guardaba varias cosas en su mochila.
—¿Segura? Sabes que si ocurre algo puedes contármelo.— Le recordó haciendo que la morena sonriera.
—¿Ocurre algo?— Preguntó Melissa entrando en la habitación de su hija.
—No.— Respondieron al unísono para luego Scott salir de la habitación.
—Necesito que luego vayas al hospital.— Dijo Melissa mirando a su hija haciendo que Serena sonriera frustrada.
—¿Pruebas o encerrona?— Preguntó la adolescente encarnando una ceja.
—Ve, por favor.— La pidió Melissa haciendo que Serena suspirase cediendo. —¿Dónde estuviste anoche?— Ante la pregunta de su madre, la expresión de Serena cambió. —Escuche como entrabas por la ventana. ¿Está todo bien?— Melissa miró a su hija confundida, dándose cuenta de que sus dos hijos ya no tenían la confianza que tenían en ella como habían tenido semanas atrás.
—Sí, y siento haber llegado tarde.— Se disculpó Serena pensando en que las escusas se la estaban terminando.
—No pasa nada, pero ten cuidado. ¿Seguro que todo está bien? Sabes que puedes contarme lo que sea.— Serena sonrió al ver la preocupación de su madre, pero, aunque quisiera contarla todo lo que había pasado en los últimos meses, sabía que eso no iba a ser posible y, únicamente, por el hecho de que debía de protegerla.
—Sí, mamá. No te preocupes.— Insistió Serena intentando mostrar que no ocurría nada.
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Aunque era cierto que tenía las mismas clases que su hermano, había algunas que Serena siempre se había saltado, como gimnasia. Y que aquella clase fuera escalar un rocodromo ayudaba a mantener aquella falta de asistencia.
—Siento el disparo de anoche.— Se disculpó Edward sentándose a la lado de Serena, la cual estaba estirando.
—¿Enserio? Casi muero.— Puntualizó mientras soltaba una falsa sonrisa.
—Conseguiste huir.— Puntualizó.
—Sí, por qué Derek me sacó de ahí. Y casi nos cazais.— Afirmó haciendo que Edward soltara un bufido al escuchar que el Alfa había intervenido.
