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Capítulo 3. 🥃

Lo que el rey quiera

Trae el infierno consigo y, sin embargo, besa como un ángel. -Marco Valerio.

CUARENTA DÍAS DESPUÉS DEL COMA

Gianna

Lo miro vestirse con cuidado, con un pantalón de chándal y una camiseta sencilla. Despacio, se sienta en uno de los sillones y coloca un par de medias segundo por un par zapatos. Insistí en ayudarle a vestirse, pero se negó y dijo que podía hacerlo solo, a pesar de las múltiples muecas de dolor que ha hecho.

Después de casi un mes y medio, hoy por fin el doctor ha dicho que esta todo bien con él, la mayor parte de sus heridas han sanado en su totalidad y en cuanto a los recuerdos, pues ya sabe mucho más de lo que recordaba cuando despertó. Y según palabras de Alessandro, él se siente bien, se siente como antes.

Me preocupa, tanto su estado físico como mental. No parece estar mal, pero sus miradas hacia mí, parece que me dicen que todo está mal con lo que ha pasado, que quizá odio todos los sucesos, pero se muestra fuerte.

—Mamá planeó algo para la noche buena —me mira— me lo dijo hace unas horas.

—Lo sé —sonrío desde mi posición—. Hice unas cuantas compras esta mañana.

Solo me dedica una bella sonrisa y se incorpora con cuidado del sofá. Despacio camina hasta donde yo estoy y me toma de la cintura. Me mira como siempre lo ha hecho, con esa ternura, como si fuera la mujer más bella del mundo. Con amor.

Joder. En definitiva, no puedo ver una vida sin él.

—Te amo —besa con delicadeza mis labios—. Y estoy muy feliz de que esta sea nuestra primera navidad juntos.

—Yo también, amor —me apego más a su cuerpo— yo también estoy feliz por eso...

No hablo más ya que el sonido de mi teléfono da aviso a una llamada. Busco rápidamente el aparato en mi cartera para ver el nombre de Pietro

—Pietro —pongo en altavoz

—Señora, el señor Marino intento escapar, lo encontramos en la habitación de su hermana.

—Mierda. Ya voy enseguida Pietro

Joder, no puede estar quieto cuando claramente le dije que yo lo iba a proteger. Cuelgo la llamada. Durante el último mes no ha dado molestias. No se me ha informado de ningún incidente. Solo ha dicho muchas veces que ha querido verme, pero como es obvio yo estaba pendiente de mi esposo.

—Le diré a Gustavo que te deje en casa y yo...

—Ni lo pienses, yo voy a matar a ese hijo de perra... —parece tan decidido.

—Alessandro...

—No lo digas, mira lo que nos pasó porque no me dejaste matarlo. Él me va a pagar, por su culpa terminé en esta puta cama... —señala

—Quizá fue tu padre, sé que pudo ser él, pero... —no sé por qué intento convencerlo de algo en lo que se ha segado como verdadero

—Te recuerdo yo a ti que ese hijo de puta está en alianza con el bastardo de mi padre. Mató a dos de mis hombres y dejó paralítico a uno. Voy a deshacerme de él y esta vez no me te vas a interponer.