Tranquilidad
Ya perdí la cuenta de cuantos besos quiero darte. -Anónimo.
TREINTA Y CINCO DÍAS DESPUÉS DEL COMA
Alessandro
Estoy bastante interesado en ver las pocas fotos que tengo con ella, porque me gusta, me gusta lo hermoso que nos vemos juntos, lo felices que somos en esas fotos. Y cada vez me gusta poder recordar los pequeños detalles esos días, pero a pesar de eso, a veces siento un vacío, siento como si en realidad no lo viví o como si fuera un vago recuerdo. Es extraño.
—Odio toda esta situación, estar así —me quejo a la vez que la miro.
—No te presiones. Has mejorado bastante en un mes, pronto saldrás de aquí y...
—Estoy desesperado —me vuelvo quejo— se siente un vacío en mi mente. Recuerdo todo, pero como si fuera algo que pasó hace mucho, incluso en otra vida. Lo que recuerdo con claridad es a Fabrizio...
Y por supuesto lo que me dijo antes de que yo saliera sin rumbo en el auto. Creo que es algo que jamás voy a olvidar.
—Concéntrate en lo bueno, ya habrá tiempo para acabar con él. Ahora, quiero hablar de algo importante —su sonrisa se borra, ahora parece juzgarme.
—¿Todo en orden?
—¿Por qué diste la orden de que no te reanimaran si caías en esta situación? ¿Y por qué le dejarías a un hijo que ni siquiera sabrías que tendrías?
Joder, ¿qué demonios le voy a decir? En un mes, ella y mi madre me han ayudado mucho en esto de la memoria. Recuerdo el día que vine a esta misma clínica a obligarles a todos a que firmen un papel que decía que deben dejarme morir si mi situación se complicaba. Recuerdo el día que hablé con mi abogado y decirle que si yo moría todo quedaría a Enzo o a un hijo que ni siquiera sabría que tendría. Incluso le dije a Leonardo que se lo dijera a Gianna cuando las cosas se pongan peor.
Ya puedo imaginar que Gianna se puso como loca al saber que no me reanimarían, lo que me sorprende. Para ese momento ella no estaba enterada de las cosas. Si tanto quería quitarme lo que es mío debió dejarme morir.
Quizá la bebé le hizo cambiar de opinión o en realidad si me amo como lo dice.
—No lo sé —levanto los hombros, y le miento—. En realidad, no sé por qué lo hice.
—Tuve que sacar un arma y amenazar a los doctores para que hagan latir tu corazón una vez más —me siento orgulloso de solo imaginar esa escena.
—Gianna...
—Te rendiste rápido —una lágrima cae por su mejilla—. Me ibas a dejar sola con la bebé. No iba a poder hacerlo sin ti.
Está más que claro que ella me dejó con vida solo por Alessia. Joder.
Me disculparía, pero ya tenía en claro sus intenciones, no le iba a dejar que se saliera con la suya. Era un poco de lo que podía hacer con todo lo mal que ella me ha hecho.
—Me dolió que de hayas rendido así de fácil, que hayas querido darles el gusto a tus enemigos. A tu padre.
—No hablemos de eso —tomo su mano—. Lamento hacerte pasar por eso, yo...
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Senza Mafia © | ITALIA 2 |
Ficción GeneralTras un año del accidente, Alessandro Russo regresa como el ave fénix, pero con mucha sed de venganza y con más poder del que ya tenía. Solo quiere hacer caer a todos aquellos involucrados con su caída. No estará solo, a pesar de las circunstancias...