Capítulo 17. 🥃

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Mal

Te mandaría al infierno, pero que culpa tiene el diablo. -Anónimo.



Gianna

Tuve que tomarme más de diez minutos para respirar, para meter en mi cabeza que Matteo solo es el enemigo y toda su familia debe pagar por sus pecados y por los de su padre. Tuve que mentalizarme de que lo único que importa soy yo, mi hija y mi esposo. Que toda mi mente debe estar centrada en ellos.

Lloré y no sé por qué lo hice, Leo me dio algo de agua cuando parecía que me desvanecía. Tuve que insistir mucho para que él no diga nada a Alessandro y que venga en mi rescate por esto. No quiero que me vea débil una vez más, no quiero colapsar por la interferencia de mis sentimientos. No quería que siga dudando de que esto lo hago por nosotros y ya no solo por qué quiero hacerlo feliz.

Joder, Alessandro me utilizó, pero ya quedó todo en el maldito pasado. Solo quiero que todo esté bien por nuestra hija. Ella nos merece a los dos juntos. No quiero que ella crezca al igual que yo, con una madre ausente o como mis hermanos que apenas saben que Ángelo es su padre.

Quiero lo mejor para mi hija, y eso es a sus padres felices y juntos. Quiero esto por nosotros.

Una vez entré, Cordelia me mira como Matteo lo ya hecho por estas últimas semanas, como una completa desconocida, pero ella nunca conoció a esa Gianna que es jefa de una mafia poderoso. Ella solo vio a una que tuve que crear por el bien de Matteo. Que puedo decir, era toda una niña buena cuando estaba con ellos.

Talvez me estoy dejando llevar demasiado por las cosas que Alessandro quiere, pero me gusta esta versión mía. Dónde me temen y me respetan.

La mujer sigue llorando, solo que está vez no se escucha mucho de sus sollozos debido a la mordaza de su boca. Matteo por otro lado solo tiene los ojos rojos, está calmado y mirándome con pena junto con ira. Y ya no tiene una mordaza.

—Si tan solo hubieras hecho caso —digo desde mi cómoda silla hacia la madre e hijo.

Me sorprendo de lo fría que puedo llegar a ser. Pero esto es lo que la gente desobediente provoca en mí.

—¿Y si a tu hermana le hicieran esto? —pregunta en voz baja, pero cargada de ira.

—Al contrario de Paula, mi hermana tiene más seguridad que el presidente. Jamás lograrían ponerle un dedo encima. Quizá Paula no debió quedarse para hacerte compañía, de todas formas, ahora estuviera con tu madre en este mismo lugar.

—Deja a mi madre en paz —suplica—, los problemas son conmigo.

—Y con tu padre y yo sé que a él le molesta que tú madre este en este lugar. Lo que le hice a Paula no es por ti Matteo. Todo es por tu padre.

—¿Qué hizo ese bastardo?

—Se respetuoso con el hombre que te ha criado. No finjas que lo odias Matteo. Yo sé todo.

—Y a la vez no sabes nada.

—Quizá, pero puedo enterarme de muchas cosas. Debiste hacerme caso cuando te dije que te alejaras y dejaras de averiguar cosas. Yo solo quería que estés bien, yo quería protegerte de mi esposo. Yo le advertí también a tu padre cuando amenazó con matar a mi madre. Le dije que si lo hacía yo mataría a Cordelia y vendería a tu hermana. Ya cumplí una parte. —me levanto despreocupada.

Senza Mafia © | ITALIA 2 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora