5.

1.1K 104 35
                                    

Hurt.

Pov Omnisciente.

Arthur volvió a la realidad cuando Merlín entró a la habitación acompañada de Meliodas y Elizabeth, también venía un hada de cabellos cafés y un chico de cabello blanco, al ver la marca del chico peli blanco se sorprendió.

— Tu eres Ban, el zorro de la avaricia, ¿no es así? —habló Arthur emocionado, a lo que el cobtrario sonrió de manera orgullosa—.

— Claro que soy yo, no hay otro igual a mi —dijo aun con su sonrisa—.

— Eso quiere decir que usted es King, el oso de la pereza, ¿no?.

— Parece que sabes mucho de nosotros, ¿Tu le has dicho todo sobre nosotros, Merlín? —preguntó el Rey Hada mirando a la hechicera—.

— Tiene razón, me reconociste durante la batalla contra Hendrickson, ¿O no pequeño Arthur? —miró al joven rey quiere se sonrojo debido a la vergüenza de que recordará eso—.

— Desde que conozco a Arthur, el siempre los ha admirado, nunca nos ha visto como los traidores de Liones, inclusive me ha hecho contarle historias de nuestras aventuras juntos —aclaró Merlin—.

— ¡Merlín! —dijo nervioso el chico aun con un leve sonrojo por sus mejillas—.

Durante unos minutos, el joven rey le reclamaba a la hechicera por contar cosas tan vergonzosas sobre él, esto le pareció lindo a Meliodas, al fijarse en ese pequeño rubor en sus mejillas lo hacía ver adorable y no dudo en tomar sus mejillas y aplastarlas un poco, lo que tomó por sorpresa a todos.

— Tranquilo pequeño Arthur, me alegra que nos admires y nos apoyes —Ban río un poco mientras el sonrojo en las mejillas de Arthur subía—.

— Al capitán le gusta tener admiradores pero prefiere a las admiradoras -mencionó Ban, Meliodas soltó las mejillas del muy sonrojado Arthur y miro al pecado del zorro—.

— Estoy muy bien con Elizabeth —miró a la joven quien se puso nerviosa con su comentario—.

King quién ya se había cansado de estar ahí, habló de manera seria.

— Disculpa Arthur, nos gustaría saber si el Rey y sus hijas pueden quedarse aquí un tiempo, en lo que el castillo vuelve a ser reconstruido —dijo el joven hada mirando atentamente a Arthur—.

— Claro, Pueden quedarse lo que gusten, en Camelot son bienvenidos cuando gusten —sonrió y llamó a una sirvienta del palacio— Disculpe, señorita.

Una sirvienta se acercó e hizo una pequeña reverencia hacia su rey y los presentes.

— Estoy para servirle su majestad —miró a su Rey de manera amable y como una gran sonrisa—.

— Hola, necesitamos que preparen 3 habitaciones —dijo Meliodas—.

— Por favor —completó el joven Rey juntando sus manos— ¿Y ustedes donde se quedarán?.

Miró a los pecados que estaban detrás de él, Merlín sonrió debido a cómo todos veían sorprendidos que Arthur no daba órdenes si no que el pedía de favor las cosas, algo muy raro en los reyes.

— Nosotros nos concentraremos en arreglar Liones lo más que podamos, la mayoría del reino está un poco destruido —sonrió nervioso el capitán—.

— Fue una dura batalla, era casi imposible que no hubieran daños mayores, si necesitan mi ayuda pueden llamarme, llegaré lo antes que pueda —dijo Arthur—.

— Tienes razón pequeño Arthur.

El chico miró un pequeño reloj que estaba en la mesa de noche de la habitación donde se encontraban, aún era algo temprano y tenía que verla, quería saber si estaba bien

— Si me disculpan, iré a mi alcoba, debo hacer un par de cosas, con permiso —el joven rey se retiró ante la atenta mirada de todos—.

— Capitán —habló Merlín tomando toda la atención de Meliodas— Siento que algo no anda bien con Arthur, ¿Podrías ayudarme?

— No lo sé Merlín, no conozco a Arthur lo suficiente.

— Vamos señor Meliodas, tal vez hablar con alguien que admira le haga subir los ánimos —habló Elizabeth—ï.

— Esta bien, Elizabeth, lo haré por que tu me lo pides —el rubio le sonrió a la chica—.

Mientras tanto, Arthur se quitaba la armadura y la ropa que tenía para ir a darse un pequeño baño, al momento de entrar en la bañera sintió sus músculos relajarse, todavía no acababa el día y ya estaba cansado, sin embargo, no podía dormir, en su cabeza rondaba Angélica, necesitaba verla, saber que estaba bien.

— Definitivamente tengo que saber si esta bien o no podré esta tranquilo.

Después de 20 minutos en los que estuvo pensando sobre todo lo ocurrido, hasta que por fin decidió salir de la tina, por su trabajado cuerpo caía toda el agua, tomó una toalla y la puso en su cintura, para después tomar otra y pasarla por sus hombros. Escuchó la puerta de su habitación fue golpeada levemente, seguido de una voz familiar.

— Pequeño Arthur, ¿estás aquí? —habló Meliodas desde el otro lado de la puerta—.

— En un momento salgo pero antes, ¿Podrías esperar afuera mientras tanto? —mencionó Arthur algo nervioso—.

Por un momento hubo silencio, el ojimorado no se había movido ni un poco por pena a que Meliodas entrará.

— Esta bien, pequeño Arthur —el pelianaranjado soltó un suspiro de alivio— Venía a hablar contigo.

— Claro, pero creo que no estamos en la mejor situación para hablar, le agradecería que me esperará en mi oficina, iré dentro de un rato —contesto Arthur—.

— Está bien, te esparé un rato en tu oficina para poder hablar —y así Meliodas se alejó de aquella habitación—.

El corazón de Arthur latía muy rápido, se sentó en su cama pensando en lo que acababa de ocurrir, se arregló rápidamente para evitar seguir pensando en aquella vergonzosa escena, sin que nadie se diera cuenta, salió por el balcón de su alcoba y se dirigió a las caballerizas para tomar su caballo y salir a buscar por el Reino a la dama en la que había pensado todo el día.

— Que alegría volverte a ver, Angélica —habló Arthur, deteniendo su caballo frente a la chica, quien al verlo no pudo evitar llorar un poco—.

— Arthur... —sus miradas se encontraron una vez más, igual que en aquel entonces, en las afueras de Camelot, muy cerca del atardecer—.

Les tengo grandes noticias, en primera es que avanzo rápidamente en la correcciones de la historia y la segunda es que el final quedará abierto para que ustedes decidan si esta historia tendrá una secuela o quedará en un solo libro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Les tengo grandes noticias, en primera es que avanzo rápidamente en la correcciones de la historia y la segunda es que el final quedará abierto para que ustedes decidan si esta historia tendrá una secuela o quedará en un solo libro.

Sin mas que decir...

¡Sayonara!.

Forever yours (Meliodas y Arthur) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora