Capítulo 27

1K 67 132
                                    

—¿Ya terminaste? —pregunté, sintiendo cómo la descarga de placer bombardeaba cada fibra de mi ser mientras se desbordaba dentro de mí. Habíamos estado en esta misma posición durante alrededor de una hora, y el tiempo parecía haberse detenido, cada segundo estirándose en una mezcla de deseo y satisfacción.

— Si —susurró, acariciando mi sudada espalda—. Estuviste increíble, aguantaste más de lo que yo creí que lo harías.

Mando otra palmada a mi trasero, que ya estaba adormecido por el ajetreo. Sentí un vacío tremendo en el trasero cuando lentamente sacó su verga.

— Hermoso —agregó, observando hacia el interior de mi ano—. Le tomaré unas cuantas fotos para tener de recuerdo.

Sacó su celular y enfocó mi aún parado y abierto culo, mientras una mezcla de emoción y vulnerabilidad recorría mi cuerpo. La luz tenue del cuarto resaltaba cada curva, cada detalle, y sentí cómo la anticipación se intensificaba.

— Quiero capturar este momento —dijo con una sonrisa traviesa—. Quiero que recuerdes lo que somos capaces de hacer juntos.

Mientras él tomaba las fotos, su mirada estaba llena de deseo. Cada clic del obturador era como un latido en mi pecho, recordándome lo que significaba estar expuesta y a la vez completamente deseada.

 —Estúpido —bufé, aún molesta—. ¡Ya quítame estas esposas de mierda!La frustración burbujeaba en mí, y solo quería volver a darme un baño, sentir el agua caliente acariciando mi piel.— Tsk... Ya deja de quejarte, mocosa —dijo con una sonrisa burlona, mientras tomaba mis brazos. Con un giro ágil, encajó la llave en el interior de las esposas y, finalmente, me liberó. Mis brazos y manos estaban entumecidos, pero la sensación de libertad era revitalizante.

— Estúpido, te odio —exclamé, abofeteando su rostro con fuerza, desquitándome por todo lo que me había robado. La acción fue impulsiva, pero en el fondo sabía que había algo más que rabia en mi corazón.Él se quedó mirándome, sorprendido por mi reacción. Pero en sus ojos brillaba una chispa de desafío..

— ¿De verdad me odias? —preguntó, acercándose lentamente. Su voz era baja y seductora, y sentí cómo la tensión entre nosotros se intensificaba.

— Quizás un poco... —respondí, sintiendo cómo el ardor de la rabia se mezclaba con una extraña atracción.

 — Mocosa insolente —murmuró, apretando mi muñeca y obligándome a acercarme a él. Sus labios se encontraron con los míos en un beso voraz, su lengua explorando mi boca y derribando la muralla que había intentado construir en mi contra.

— Me amas, te vuelvo loca —dijo entre besos, su voz cargada de confianza. La pasión me envolvía como un manto ardiente, y sus labios quemaban los míos con cada roce.Una parte de mí quería gritarle todo lo que sentía.

Lo amaba tanto que a veces creía que mi vida dependía de él. Pero sabía que amarle me volvía débil, vulnerable. En el fondo, comprendía que él nunca me amaría de la manera en que yo deseaba; debía aceptarlo de una buena vez.

— Eres mía —afirmó con una seguridad que me hizo temblar. Era como si pudiera leer mi mente, desnudando mis pensamientos más íntimos y dejándome indefensa en segundos.

Me odié por ser tan estúpida y evidente, por dejar que mis sentimientos se mostraran tan claramente en mi rostro. La lucha interna era feroz: quería liberarme de esa atracción, pero cada palabra suya me ataba más a él.

— No puedo... —susurré, aunque mis labios aún buscaban los suyos, traicionando mi propia resistencia.Él sonrió, un destello de triunfo en sus ojos. Sabía que tenía el control y eso lo hacía aún más irresistible.— Sí puedes —respondió con un tono suave pero firme—. Solo déjate llevar

Dulce Venganza  (RIVAMIKA, ERWINMIKA, ARUMIKA, EREMIKA, REINERMIKA) Obra +🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora