Capítulo 19

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— No tengo por qué darte explicaciones.
Murmuré suavemente, sintiendo una cálida oleada de emoción recorrer mi ser. La seguridad en mis palabras me llenaba de una confianza renovada. Pieck se acercó con un objeto que despertaba en mí una mezcla de curiosidad y deseo, colocándolo justo en la entrada, como si jugara con la anticipación que me invadía. Cada segundo se sentía como una eternidad, y mi corazón latía con fuerza, ansioso por lo que estaba por venir.

— Dime... ¿con quién estás en la cama, Mikasa? —su voz temblaba con preocupación, como si cada palabra fuera un intento de desentrañar un misterio que lo consumía. Podía ver en sus ojos la lucha interna entre la preocupación y el deseo de control. Esa mezcla de emociones me hizo sentir poderosa; sabía que tenía su atención y disfrutaba del juego.

— ¿Y qué te importa? Ya te dije que no tengo por qué darte explicaciones... —respondí, dejando escapar un susurro que revelaba mi creciente emoción. Cada movimiento era una danza entre lo que anhelaba y lo que él no podía comprender. La tensión entre nosotros se podía cortar con un cuchillo; disfrutaba del juego.

— ¡Mikasa! ¡No te acuestes con nadie más, no te lo permito! Eres mía—insistió, su voz cargada de una posesividad que me hacía sonreír. Había algo intoxicante en su desesperación; me encantaba saber que aún tenía ese poder sobre él. La forma en que sus palabras resonaban en el aire era un recordatorio de lo que había entre nosotros, aunque yo intentara ocultarlo.

— Ja, supongo que esto es una broma, ¿no? —le respondí, esbozando una sonrisa desafiante mientras sentía cómo la adrenalina corría por mis venas.

La risa burbujeante dentro de mí contrastaba con la seriedad de su tono; había algo liberador en jugar con sus emociones.

Puse mi celular en modo fuera de línea, bloqueando cualquier distracción externa. Necesitaba estar completamente presente en este momento, disfrutando de la compañía de mis propios pensamientos y sentimientos. Este acto era un símbolo de mi deseo de desconectar del mundo exterior y sumergirme en mis emociones sin interferencias.

Le pedí a Pieck que capturara algunos instantes especiales, confiando en que sabría cuándo era el momento adecuado para hacerlo. Con un suspiro profundo, me levanté lentamente de la cama, sintiendo cómo cada movimiento despertaba mis sentidos. Sabía exactamente lo que buscaba: un objeto que siempre había amado y que me hacía sentir viva. Abrí uno de mis baúles, revelando su familiar silueta; era como si ese objeto tuviera el poder de transportarme a momentos más felices.

Me acerqué a Pieck y se lo entregué con una sonrisa cómplice. "Déjalo en la cama", le susurré con un tono insinuante. Ella asintió, entendiendo la importancia del momento y el simbolismo detrás de ese gesto. Observé cómo colocaba mi tesoro en el centro de la cama, como si fuera una invitación a sumergirme en el placer que me esperaba.

Tomé una respiración profunda, preparándome para lo que vendría. Sabía que una vez comenzara, no habría vuelta atrás; pero en este instante, no había nada más que deseara que entregarme por completo a la sensación que este objeto me provocaba. Pieck se posicionó, lista para capturar cada segundo de mi éxtasis.

— Grábame mientras juego con esto —le pedí con un tono casi juguetón. Pieck sonrió y comenzó a grabar. Tomé el objeto y lo llevé a mis labios, disfrutando de cada instante como si fuera un ritual sagrado de alegría y liberación. Mis susurros se volvían más intensos; por un momento, imaginé que todo era real, que la persona a quien deseaba estaba allí conmigo...

Mi Levi, oh, mi Levi... La experiencia era sublime; cada sensación era un torbellino envolvente que me atrapaba por completo. Pero mientras disfrutaba del momento presente, una chispa de traición encendía mi corazón. No pude evitar marcar el número de su celular; deseaba que escuchara lo bien que me sentía y que supiera que había encontrado a otro hombre —uno que me hacía sentir viva— aunque sabía muy bien que era solo una mentira para herir su orgullo.

En el fondo, aún lo extrañaba con una intensidad sorprendente; su ausencia era un eco constante en mi mente y corazón. Sin embargo, la rabia por cómo me había utilizado crecía dentro de mí como un fuego incontrolable. Esa contradicción me atormentaba; cada segundo sin él era un recordatorio doloroso de su manipulación y control sobre mí.

— ¡Responde el celular! ¡No me cortes, por favor! —gritó desde el otro lado de la línea; su desesperación resonaba como música disonante en mis oídos. Pero yo ignoré su súplica; mis susurros eran la única música que quería escuchar.

— Oh, por Dios, sí... —exclamé dejando escapar un gemido suave mientras dejaba que la sensación me envolviera como un abrazo cálido y acogedor.

— Ya verás, Mikasa; cuando te encuentre... —Su amenaza resonaba en el aire como un eco distante; solo podía reír suavemente ante su desesperación y disfrutar del momento sublime.

Había algo electrizante en su desesperación; esa chispa de emoción me hacía sentir viva y poderosa al mismo tiempo.

— ¿Y qué harás, Levi? ¿Matarme? ¿Ponerte a llorar? —Desafié con una sonrisa burlona; sus reacciones solo alimentaban mi deseo por jugar con sus emociones.

— Te mataré... pero en un lugar mucho mejor, mocosa insolente; ya verás cuando te agarre y te tenga en mi cama —su voz era amenazante pero también cargada de deseo reprimido.

— ¿Cómo te atreves a regalarle a otro todo lo que me ofreciste? Me dijiste que me amabas —su voz se tornó desafiante y llena de reproche; sin embargo, yo ya había decidido mi camino. Nuevamente corté la llamada sin pensarlo dos veces y envié un mensaje con lo que había grabado.

Perrito

De: Tu dueña

"Para que te hagas una buena paja a mi nombre, cariño".

Escribí esto imaginando la reacción explosiva de Levi ante mis palabras provocativas; visualizaba su sorpresa y la chispa ardiente del deseo encendiéndose en sus ojos. Sin embargo, la respuesta que recibí no fue exactamente la reacción esperada; su respuesta era más intensa y apasionada de lo anticipado.

Mocosa caliente

De: Tu dueño

"Mira lo que hice con el rico videíto que me enviaste".

Era una eyaculación perfecta; su esencia se veía espesa y cargada de deseo ardiente. Salió disparado con tal intensidad explosiva que sentí mariposas revolotear en mi estómago; esa mezcla inesperada entre sorpresa y excitación hizo estremecer cada fibra de mi ser. La calidez envolvente provocó una oleada vibrante dentro de mí; cada latido resonaba con fuerza mientras anhelaba explorar cada rincón de esa pasión desenfrenada.

Dulce Venganza  (RIVAMIKA, ERWINMIKA, ARUMIKA, EREMIKA, REINERMIKA) Obra +🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora