Capítulo 8

1.9K 136 139
                                    

—Esto fue por ustedes —susurré, mis ojos fijos en sus cuerpos en el piso sin vida—. No descansaré hasta que todos los responsables paguen por lo que hicieron.

Sé que no es bueno disfrutar de la muerte de las personas, que la venganza rara vez trae verdadera satisfacción. Sin embargo, en mi caso, era diferente. Cada disparo que les di era un acto de justicia, una pequeña parte de la venganza que tanto había anhelado.
Había perdido tanto, y el dolor que me habían infligido era un peso que llevaba en el alma. La rabia que había acumulado a lo largo de los años se transformó en una fuerza imparable. Este momento, aunque oscuro, era una liberación. Cada vida que se apagaba representaba un paso más hacia la redención que buscaba, un intento de equilibrar la balanza de mi sufrimiento.

No se trataba solo de eliminar a mis enemigos; está era una forma de honrar la memoria de aquellos que ya no estaban. Mis hijos, cuyas risas habían sido ahogadas por la crueldad del mundo, merecían que su dolor se convirtiera en algo significativo. Y así, en medio de la tormenta de emociones, encontré un propósito en mi venganza.
Era un camino peligroso, uno que podría consumir mi humanidad, pero en ese instante, sentí que era lo único que podía hacer para recuperar un poco del control que me habían arrebatado. Esta era mi nueva lucha, una nueva forma de gritar al mundo que no había sido derrotada.

Levi me miró con urgencia. —Bien, mocosa, vámonos de aquí. Pronto llegará la policía... —Su voz era firme, pero pude detectar un rastro de preocupación.

Eché un último vistazo a los cuerpos inertes de Zeke y Annie, cuya sangre había teñido las baldosas de un rojo intenso. Mi cuerpo aún se sentía adormecido por los efectos del sedante, pero una extraña sensación de euforia me invadía al contemplar cómo sus vidas se apagaban frente a mis ojos. Por un momento, me desconocí; la sed de venganza que había consumido mi alma durante tanto tiempo parecía insaciable. Aún tenía un largo camino por recorrer para encontrar la paz que tanto anhelaba.

Levi me observaba con una mezcla de preocupación y comprensión. Sabía que lo que acababa de presenciar no era algo que se pudiera procesar fácilmente. El peso de lo que habíamos hecho pesaba sobre nosotros, pero en el fondo, ambos sabíamos que no teníamos otra opción. Era una cuestión de supervivencia, de justicia, de reclamar lo que nos habían arrebatado. todo.

—Qué va a pasar con los otros pacientes? Ellos también merecen ser liberados... Además, tengo que ajustar cuentas con el maldito cerdo de Erwin. Esa escoria también tiene que desaparecer de la faz de la tierra —le dije mientras poco a poco volvía en sí de mi trance, haciéndome volver a la maldita realidad que nos asediaba.

—Lo sé, eso déjamelo ahí... A ese maldito aún no le va a llegar su hora —sonrió perturbadoramente—. Deja a ese miserable cerdo que siga con vida un poco más; él merece tener una muerte lenta, llena de tortura, mientras poco a poco se desangra...

La verdad es que escuchar aquello no me pareció ni un poco reconfortante. La rabia burbujeaba en mi interior, y sabía que debía actuar pronto. Tenía que aniquilarlo con mis propias manos, cobrarle cada humillación, cada golpe, cada cochino dedo que había manchado mi cuerpo en contra de mi voluntad. La idea de dejarlo con vida era inaceptable; su existencia era un recordatorio constante de mi sufrimiento.

—No estoy de acuerdo... —dije, la determinación resonando en mi voz—. Ese maldito no puede quedar con vida un segundo más. ¡Debe morir!

Levi me miró con una mezcla de preocupación y frustración.

—No seas tonta... Mírate, apenas logras mantenerte en pie con mi apoyo, y aún así quieres arriesgarte a ir tras de él sola... No seas estúpida, mocosa. Pronto tendrás tu venganza; solo espera un poco más.

Dulce Venganza  (RIVAMIKA, ERWINMIKA, ARUMIKA, EREMIKA, REINERMIKA) Obra +🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora