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Los alumnos y maestros se empezaron a amontonar en los pasillos debido a que el horario de clases finalizaba. El chico esperó en el aula hasta que se calmara la situación, no le gustaba ser empujado mientras trataba de caminar. Tomó su mochila de un tirante y salió de la clase con su semblante cansado, sus ojos se pintaban por debajo con una sutil sombra, las ojeras que comenzaban a aparecer. Bostezó una vez llegó a la puerta principal. Y se sorprendió al ver frente a él un vaso de café de los que venden en la cafetería de la universidad.

—¿Cómo te fue?

Yoongi sonrío cambiando a una sonrisa pequeña aceptando el café. Revolvió los cabellos castaños claros que salían del gorrito con ternura.

—Bien. Al fin entregamos el proyecto. ¿Me esperaste mucho?

Jimin negó con su cabeza. —También acabo de terminar mis clases, hyung.

Yoongi le extendió su mano para salir juntos e irse a casa. Sin embargo en el camino uno de ellos recibió una llamada. El humano distraído no podía notar el nerviosismo del gatito. Jimin saltó al volver a la realidad, donde era llamado por su novio.

—Era Hoseok. —Jimin se volvió torpe y le siguió la corriente.— Dice que tiene algo por mostrarme por la tarde, ¿estás ocupado?

—Pero hyung, solo te preguntó a ti. Ha de ser algo confidencial —rió— te esperaré para la cena.

De regreso, saludaron a Yugyeom como todos los días quien ahora era trabajador de la pequeña tienda de conveniencia. El pequeño perro asustador, tenía una pequeña casa afuera del lugar donde esperaba a su nuevo dueño hasta que terminara su turno. Los vecinos le daban caricias y se sentían bien recibidos por su presencia, ya no daba miedo.

Yoongi dejó a su pareja salvo en su hogar, para dirigirse donde su amigo. Entre más rápido regresara, más tiempo para dormir con Jimin tendría, esto porque se sentía muy cansado y abrazar al gatito lo llenaba de energía.

—¿Dónde estás? —decía en llamada.

—Oh, Suga~ me moví un poco de donde acordamos. Ve a la derecha y encontrarás unas luces, aquí estaré.

Yoon refunfuño. Su plan de dormir más era retrasado cada vez, no solo le había tomado tiempo encontrar la primera dirección que ya se empezaba a oscurecer debido al invierno. Vio al cielo, por simple capricho de admirarlo. Pareciera que se apreciaban más, además de sentía como si las estrellas lo vigilaran. No pudo evitar sonreír al pensar en un planeta en especial, si alguien más lo viera pensaría que le sucedieron buenas noticias. Aunque no todo estaba alejado de la realidad, desde ese día que siguió a la estrella fugaz su vida cambió. No es como si diera un giro total, pero sí su corazón, se sentía más cálido.

Jimin. Sacado de un cuento de hadas de los que cuentan las madres a sus hijos. De las historias aprendidas en el colegio sobre los alienígenas. Una mezcla de lo que siempre quiso en el fondo de su corazón, encontrar a alguien que lo quisiera. Aunque Park Jimin superaba sus expectativas ¿quién pensaría que amaba ser recibido por un beso al regresar a casa?

Yoongi se golpeó con sus palmas las mejillas, se había ruborizado en recordar a su novio. Negó la cabeza para seguir caminando, podía ver unas luces que Hoseok había mencionado. Se acercó más deslumbrando la silueta del mencionado.

—¿Para qué me llamaste en medio del parque? Está empezando a hacer más frío, Ho.

Hoseok sonrío cómplice. —No eres un gato para hacer esa mueca. Ni siquiera Jiminie lo hace.

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