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Si a Jimin le preguntaran sobre qué trataba la película no pudiera responder ya que no pudo concentrarse al estar pensando una manera de decir la información. Jimin estaba sentado en el sofá individual, mientras que Namjoon y Hoseok se encontraban en el de tres piezas, y Yoongi en el de dos. Por el rabillo de sus ojos podía ver a los humanos de vez en cuando brincar, en especial Hoseok, por el susto. O esa linda sonrisa que mostraba las encillas de Yoongi o los hoyuelos de Namjoon.

De estar sumido en sus pensamientos notó que los créditos de dicha película aparecían en la pantalla. Así que se sentó adecuadamente para terminar de comer las palomitas con sus orejitas escondidas.

—¿Todo está bien? —dejó de contemplar sus pantuflas para alzar la mirada y toparse con los felinos ojos.

¿De verdad Min Yoongi no era de su especie y de casualidad se había extraviado?

Jimin al no responder desvió su mirada haciendo que el humano se pusiera de cunclillas frente a él. Echó un vistazo a los demás más no los encontró, así que dedujo que fueron por más chatarra a la pequeña tienda a unas cuadras del hogar.

—Quince días.

—¿Qué? —Yoongi alzó su ceja.

—Me iré a casa, hyung. Mi familia está en camino para regresar con ellos.

Yoongi palideció, si es que eso fuera posible, sentía que su cabeza daba vueltas. ¿Jimin se iría por siempre?

—Eso... eso es bueno, ¿no? Es lo que querías desde un principio, gatito. —se forzó a sonreír.

—Usted mismo lo dijo, quería. Bueno, sí quiero pero... no.

—Ve al punto, pequeño. —Min buscó los avellanados ojos del menor.

—Quiero quedarme aquí... con usted... —Jimin sintió sus mejillas arder, su corazón no ayudaba al palpitar más rápido.

Tras un silencio, Yoongi dejó salir una pequeña risa, —¿Y qué te detiene?

Jimin lo miró con brillo en sus ojos. No podía creer que su hyung le dijera eso, no pasó por su mente quedarse pero tampoco parecía mala idea. Se había adaptado en las semanas que llevaba en La Tierra, entonces no sería tan malo.

—Así que conoceré a tus ¿hermanos? —dijo Yoon arreglando el desastre de sus amigos.

—No son de sangre, pero los veo como si fueran reales. Jungkook es el más pequeño mientras que Taehyung es menor que yo por meses. Aunque de mentalidad es al revés.

—Ya veo, y ¿quién es Jin? En tus llamadas siempre lo mencionas ¡n-no es que las escuche p-pero...!

Jimin sonrió mostrando sus pequeños colmillos. —Es como un padre para nosotros. Oh, su cumpleaños está cerca.

—¿Y cuántos años tiene, eh? —acomodó un cojín que andaba tirado por ahí.

—Uh... un año gatuno equivale a cuatro años humanos... —dijo pensativo, recordando sus clases de números— Tiene seis años gatunos.

La cabeza de Yoongi explotó por dentro, sonrió ladino haciendo cuentas en su mente. Al parecer SeokJin tenía 24 años humanos.

—¿Y tú, gatito?

—¡Yo tengo 5,25 años gatunos!

—...

—Oh, cierto... eh... serían 21 años humanos. —dijo pensativo.

—Pareces de 16 años, eres un bebé. Te gano por dos años, pequeñín.

—Tal vez sea porque soy un Glossie, mi raza no mucho envejece. Sí lo hacemos pero no es notorio. En cambio a usted sí se le nota.

Yoongi lo fulminó con su mirada y el timbre de la casa fue lo que salvó al castaño de una posible charla de respeto. De seguro eran sus amigos así que antes de abrir le susurró algo al mayor.

—¿Estás seguro de eso? —preguntó viendo como Jimin asentía nervioso.

—Cuando venga mi familia será imposible ocultarlo, es mejor que se preparen para la catástrofe. Y sí, me refiero a los menores, son unos revoltosos.

Min asintió y sin más dejó entrar al moreno y al azabache quienes dejaron varias bolsas sobre la mesa.

—Jimin, no encontramos los envases de leche que normalmente tomas, pero Hoseok propuso que probaras la chocolatada así que toma. —el menor agradeció y destapó el pequeño cartón para beber.

—¡Es delicioso!

Yoongi se acercó al castaño y con su pulgar limpió el pequeño bigote hecho de chocolate, sonrojando a Jimin.

—¿Vemos otra película? —Nam alzó el disco y sus amigos rápidamente negaron. No confiaban en el lugar donde el moreno alquilaba las películas.

—¿Entonces qué? —Hoseok abrió la bolsa de papitas dejando caer algunas al suelo.

—Jimin y yo tenemos que contarles algo importante. —dijo acercando al menor quien sostenía la chocolatada en sus manitas.

—¡Felicidades! —celebró Hoseok.

—Eso es después, primero deben decirnos y luego actuamos como si no supiéramos. —Namjoon corrigió al castaño.

Yoongi rodó los ojos, eso sería para otro día, por ahora estaba en comentarles lo de Jimin, no lo de ambos.

—Jimin no es lo que ustedes creen... —comenzó.

—¿Ya es tu esposo?

—Aún no. Pero no se debe a nada sobre esos temas. ¿Recuerdan el día de la fiesta en dónde nos preguntó qué éramos? Bueno, no lo decía en broma. Jimin no es un humano... —comenzó diciendo.

—En realidad soy mitad humano, mitad gato. —corrigió— Y-yo... soy un alienígena, como quieran llamarme. Vengo de Bughyu, un planeta en el Universo seis... —quiso ver a Namjoon pero estaba asustado que su vista seguía en sus pantuflas— Por accidente terminé en su mundo, pero mis amigos ya vienen por mí. Aunque no me iré... Les digo esto para que no se asusten y guarden mi secreto... Y-y porque somos amigos y entre amigos no hay secretos...

El silencio se hizo presente, Jimin estaba casi temblando por miedo al rechazo y Min subió su brazo hasta su cabeza para acariciar sus orejitas debajo del gorro. Hoseok comenzó a aplaudir desconcertando a los que yacían de pie.

—Qué gran escena, deberían ser actores. ¿Armaron todo esto mientras comprabamos? No es necesario tanta habladera para confirmar su amor.

—¡Lo digo en serio!

—Jimin, me fascina el espacio y lo sabes. Y yo sé muy bien que lo que dices es absurdo, ¿alienígena? ¿dónde está tu cola y orejas? No digas cosas que-...

Yoongi retiró de golpe el gorro que cubría la cabellera de Jimin. Al momento de hacer eso sus orejas se levantaron al sentirse libres, y sus mechones cayeron rebeldes por todas partes. Luego, el pálido deshizo un pequeño nudo que hacía con la cola para que esta no se desenrollara, y ahora también libre se movía de un lado a otro.

—Qué bueno que tengo cámaras en mi casa, sus expresiones están grabadas. —dijo Yoongi burlón.

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