ARIÁN © [Completa ✔]

2 | Ojitos bonitos

Me posiciono en el podio y dirijo la mirada hacia el público que me observa muy emotivo. Inhalo todo el aire que puedo antes de adoptar una postura erguida e iniciar mi discurso con seguridad.

—¡Hola! Esta noche quiero agradecer en primer lugar a mis padres que, por motivos laborales, no se encuentran presentes. Sin embargo, son mi principal motivación cada día para ir en busca de mis sueños. A mi mejor amigo Andrés, que está aquí abajo, acompañándome en esta noche tan especial. —Mis ojos recorren la subida al escenario, donde Andy está grabándome mientras se limpia las lágrimas con la manga de su camisa. Le sonrío y regreso la mirada al público—. A los organizadores de este evento que hacen posible que personas y grandes promesas de la literatura contemporánea, podamos comunicar a través de nuestras historias. De verdad, muchas gracias por este premio. Ha sido un año de mucho esfuerzo, de altibajos y hasta quizá hubo veces en las que quise abandonar la novela, pero mi motivación y mis interminables ganas de compartir esta obra que nació en la plataforma de Wattpad, me han traído hasta aquí. De nuevo, muchas gracias. 

Hago un asentimiento de cabeza antes de alejarme del podio con el acompañamiento de las palmas de los asistentes.

—Fueron las palabras de Celeste Serván, ganadora de la categoría Romance —interviene el presentador, tomando el micrófono.

La gente termina de aplaudir cuando bajo al encuentro de mi amigo, quien me espera con los brazos abiertos. Nos damos un fuerte abrazo a la vez que el presentador se despide del público y agradece a todos por haber asistido hoy, dando por culminado el evento.

Andrés seca mis lágrimas con sus dedos y no me faltan ganas de pedirle que me dé una bofetada porque sigo en shock a pesar de que acabo de dar un discurso de agradecimiento frente todo al auditorio. Todavía no asimilo que he logrado que mi libro salga pronto en físico.

Lo he logrado.

Esta ha sido mi noche. Una noche que será difícil de olvidar, pues he podido obtener un triunfo. No veo la hora de llegar a casa y darle la noticia a mamá para que me felicite con un beso y se sienta orgullosa de mí.

Todo, por más difícil que parezca, al final trae consigo su recompensa.

Los periodistas se acercan y comienzan a tomarme fotos, desprevenida. Le doy con el codo a mi amigo para que pose a mi lado mientras sonrío, enseñando a la cámara mi estatuilla de cristal. Luego corren hacia donde está Arián con otros directivos de la editorial y los flashes vuelven a dispararse sin piedad, resaltando el tono pálido de su blanca piel y el verde grisáceo de sus ojos. Él sonríe con la boca cerrada y posa como si fuera una celebridad llegando a una alfombra roja.

—A todos los ganadores y sus acompañantes, los invitamos a pasar a la suite principal del edificio —anuncia una voz masculina por los altavoces del lugar.

Me dirijo con Andrés a dicha suite, siguiendo a los demás ganadores que, al igual que yo, llevan una ancha sonrisa en el rostro y los ojos vidriosos después de haber llorado como Magdalenas. Ingresamos a un enorme salón, muy elegante, que se asimila a la recepción de la editorial. Las paredes son de color crema y del techo cuelga un hermoso candelabro de cristal que ilumina toda la sala. En el fondo hay un gran ventanal que ofrece una vista privilegiada a la Giralda (la torre de la catedral). Delante de él, hay una larga mesa con varias bandejas que contienen copas de cristal.