14 | Bizcochito

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El sonido de la alarma de mi celular me indica que es momento de sacar los cupcakes del horno

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El sonido de la alarma de mi celular me indica que es momento de sacar los cupcakes del horno. Han quedado muy buenos y ahora solo me falta decorarlos y acomodarlos en la cajita que he comprado de manera especial para ellos.

—Estoy segura de que le va a encantar, eh —me dice Paula, dándoles un vistazo rápido.

Me quito el guante de cocina que he usado para sacar la bandeja y busco la manga pastelera en uno de los cajones de la alacena.

—Yo también —respondo con una sonrisa tímida—. Quizá no sea el mejor regalo que le puedan haber hecho, pero sí será algo diferente a lo que está acostumbrado a recibir.

—Y lo mejor de todo es que está preparado en exclusiva para él.

—Exacto. Eso lo hace un regalo especial, ¿verdad?

Paula asiente y eso termina de alimentar mi ilusión.

He ocupado mi tiempo de descanso en prepararle cupcakes a Arián, en agradecimiento por toda la ayuda que me ha brindado durante estos días. Por suerte, Paula me ha permitido utilizar el horno y las herramientas de la cafetería, sin embargo, yo he comprado mis propios ingredientes para no abusar de su confianza. Ella es un amor de persona y el hecho de que conozca a Arián, ha favorecido en la realización de esta sorpresa. No se negó cuando se lo comenté, al contrario, hasta se le iluminó el rostro y me sugirió que me diera prisa si quería tener los cupcakes a tiempo.

Son de sabor a vainilla y chocolate. En un principio había decidido prepararlos con sabor a chocolate y glaseado de fresa, no obstante, Paula me sugirió que lo hiciera de vainilla, porque sabe que es el sabor preferido de Arián. Así que hago un minucioso cambio al momento de decorarlos y le aplico un glaseado de vainilla y chispas de chocolate. Y no es por presumir, pero me han quedado muy presentables y por un momento me entra la tentación de comerme uno y llevarle solo cinco.

Mi horario de trabajo termina a las nueve, me despido de Paula y de mis compañeros antes de salir a la calle y tomar un taxi para que me lleve a la editorial Arnez. No veo la hora de llegar y sorprenderlo; quiero ver su reacción, la cual intuyo que será una sonrisa parecida a la que me mostró ayer al momento de despedirnos. Joder, es que tiene una sonrisa tan bonita que no sé cuántas veces la he venido evocando durante el día.

Miro la cajita de cupcakes que descansa sobre mi regazo y me pregunto si he hecho algo similar por un amigo mío. Mmm... creo que no. Bueno, a Andy en su cumpleaños le he regalado pasteles, porque es mi mejor amigo; no obstante, para otro amigo no. Y a eso hay que agregarle también que no tengo amigos hombres, claro. Arián es ahora mi nuevo amigo y presiento que el vínculo con él será fuerte porque me encuentro camino a su oficina para llevarle unos riquísimos cupcakes preparados por mí, cosa que no suelo hacer a cualquier persona.

Sin embargo, cuando llego a la editorial, la recepcionista del primer piso me informa que el ojiverde se ha retirado temprano. Mi decepción de seguro debe ser muy notoria porque me pregunta si deseo sacar una cita para mañana a primera hora, pero niego con la cabeza y le agradezco de manera educada antes de salir a la calle y tomar un taxi para ir a su apartamento. Espero encontrarlo allí, de lo contrario tendré que regresar a casa e intentarlo mañana.

ARIÁN © [Completa ✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora