Capítulo 9

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Te extraño.


(Luna)

La comprensión, la pena se hizo presente en el aura que se formaba, comprendí su sentimiento, comprendí la decepción de ella misma. Sin poder evitarlo me senté con ella pasando un brazo por sus hombros, dándole pequeñas palmadas a su espalda.
Gabriel también pareció comprenderlo, sus manos se encontraban en sus bolsillos.

— Todo va a estar bien, estaré aquí con tigo — No sé si yo podía garantizar estar a lado de ella, a mi me habían dicho lo mismo, pero estaba segura que. Si ella confiaba en mi yo la protegería.

Nunca pensé estar al lado de una persona consolandola en especial a ella, parecía tener un vacío en su interior, podía ver los golpes de la vida que llevaba de pequeña. Yo nunca tuve a una persona que me aconsejara cuando yo estaba desesperada, yo nunca recibí un abrazo en forma tranquilizante. Después de la muerte de mi hermana todo se volvió catastrófico.
Entonces la ví, a través de sus ojos, su manera de actuar su comportamiento era una forma de protegerse, de estar siempre a la defensiva, comprendí que que ella solamente se ocultaba de las malas personas, comprendí por que siempre contra atacaba en cualquier discusión, conforme ella vivía la vida hizo una protección, como si fuera una barra invisible protegiendo la de los golpes.

— ¿Que es lo que quieres hacer? — Pregunté para saber en qué podía ayudar.

— Quiero enbriagarme como si no hubiera un mañana — Tan típico de ella — Pero primero quiero comer — Estaba de acuerdo con ella.

— Cualquier cosa estaremos para ti — El chico estaba mirando al piso pero se podía apreciar el color rojo de sus mejillas.

— Pero si me encuentro con esa perra la golpearé —

Y claro que lo hizo, en el pasillo de la escuela, en forma de círculo se encontraba rodeado de alumnos mirando el gran espectáculo. Melany se encontraba de bajo de Victoria pataleando en forma defensiva, el cabello de las dos chicas se encontraba revuelto hecho nudo.
Cachetadas, jalones, rasguños se veían lanzarse las dos, parecían dos gatos peleando por su ratón.

— ¡Que haces ahí parada!. Ayúdala — El chico parado al ado mío se encontraba desesperado ante la escena.
— Espera un poco, se lo merece — Me causaba gracia como se peleaban. Uno, dos, tres, empezé a contar mentalmente.

— Okey, ¡ahora! — Rápidamente me dirigí hacia Victoria agarrando la por la cintura tratando de separarla, mientras que Gabriel se encontraba agarrando el brazo de Melany.

— ¡Ya verás maldita, mi padre te expulsará de la escuela! — Melany habló mientras intentaba zafarse.

— ¡Ven y inténtalo tarada, pechos operados! — Las dos ya estaban insoportables.
— Victoria ya tranquilizate. Por favor, en menos de veinte minutos vendrá la supervisora y el director — Yo decía la verdad, no falta mucho para que llegue y nos expulsen.
La dos ya estaba un poco tranquilas y yo solo esperaba que llegase el director, pero eso nunca pasó.

Un sonido de micrófono agudo resonó en los pasillos llamando la atención de los alumnos que se encontraban observando.

— Alumnos reportarse en la cancha de básquetbol, repito, todos los alumnos reportarse en la cancha de básquetbol — Aquella voz era de la sub secretaria de el colegio.

Los presentes se miraron entre sí, algunos ya se estaban encaminado a la sala indicada.
— ¿Que habrá pasado esta vez? — Musité para mi. Sin perder más tiempo los tres ya nos encontrábamos caminado rumbo al salón.

Me encontraba en la tercer grada de la cancha, Victoria y Gabriel se encontraban en la sexta, ha lado mío se encontraba un grupito conformado de tres y a la derecha un chico rubio muy peculiar.

ENFERMOS [Hasta el lado oscuro tiene colores]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora