Capítulo 16

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Al borde del abismo, lista para cruzar la línea, me enfrento a la gran cueva, pero, el que no arriesga no gana.



Jugadores y espectadores.

(Luna)

Mi corazón no paraba de latir frenéticamente, mis pensamientos se transformaban en nudos todo giraba muy rápido.

La pregunta se repetía una y otra vez.

¿Que está pasando?.

— ¿Y si solo se confundió de persona? — La pizca de preocupación de Gabriel iba aumentado conforme contaba lo sucedido.

Mi plan no era entrometerme en asuntos que no nos corresponden, pero esto,¡malditasea!, esto alimentaba mi enfermiza curiosidad.
Se que esto sobrepasaba la línea de peligro, esto era el borde de nuestra muerte, mi muerte, solo tenemos que dar unos cuantos pasos y caemos al abismo.

Algo en mi palpitaba por saber si yo estaba involucrada, si yo por una extraña razón si lo estaba, tendría que alegarme de mis amigos y si esto empeoraría, de mi familia.
Todo lo que a sucedido, por alguna razón no tiene explicación, o talvez si la tenga y solo es un juego donde los jugadores se matan estre si y los expectadores apuestan.

Pero, ¿quiénes son los expectadores?, peor aún, ¿quiénes son los jugadores?.

Si quiero entrar a este juego nesesito más información, más pistas, mas cartas, encontrar a los jugadores.
Tendría que encajar entre el tablero de ajedrez, donde los reyes ganan y los peones mueren.

Mis manos temblaban de la impotencia de saber más, pero algo me detenía, algo muy valioso, lo único que tengo.

Victoria y Gabriel.

A ellos no los pondría en riesgo, y si alguien de nosotros tendría que morir para salvar a otro, primero me matarían a mi.

— Entonces, ¿estamos involucrados? — La rubia se encontraba sentada en el asiento de la esquina, mientras yo me encontraba sentada en el suelo con las piernas cruzadas.

— Luna tiene razón. Si las autoridades no hacen nada, ¿que esperamos? — Gabriel apoyaba los codos en el capó del piano.

Los tres teníamos la mirada perdida, el ambiente se ponía cada vez más tenso, y la verdad Gabriel tenía razón, ¿que esperamos? .

Tenemos un límite, solo tenemos que ser cuidadosos, no tocarlo ni atravesarlo.

— Vamos a la biblioteca del pueblo, talvez encontremos algo aunque sea tenemos que intentarlo — Me puse de pie lista para salí por la puerta del estudio, lista para it al pueblo, donde la vibra es más fuerte y un poco oscura.

— Espera, voy contigo — Gabriel se levantó de su sitio mientas se ponía el saco de la escuela — ¿Vienes? — Esta vez le dirijo la palabra a Victoria, quien hizo una mueca con sus labios como si estuviera pensando.

— No tengo opción.

— ¡Victoria, carajo, apúrate, solo dijiste dos minutos! — Gabriel estaba desesperado y yo ya comenzaba a impacientarme.
Tuvimos que esperar a la señorita afuera de su habitación, por que se quería cambiar de ropa.

Por fin los tres nos aproximabamos a la salida del internado, teníamos que pensar en una buena excusa para que nos dejen salir, recordando el protocolo de la escuela, solo nos dejarán salir si es una emergencia.

ENFERMOS [Hasta el lado oscuro tiene colores]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora