Sinopsis

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flash-forward


Correr, eso era lo único que podía pensar, correr lo más rápido posible para poder escapar de ese lugar tan perturbador que tan solo pensar que yo, nosotros estuvimos ahí, me hace estremecerme.

La luz de la luna recorría cada rincón del bosque, el viento de octubre arrasaba con todo alborotando mi cabello ondulado pegándose a mi cara, gruesas lágrimas de pavor se deslizaban en mis mejillas rojas por la falta de oxígeno, mi respiración era un desastre, solo se escuchaba el danzar de los árboles y el susurro del viento . Mis pies ardían por haber corrido descalza por todo el bosque, aproximadamente había corrido unos dos kilómetros.

No se que era mas aterrador, si ver a una chica corriendo como loca bañada en sangre espesa y viscosa o haber estado en esa casa que a la luz del día se veía tranquila y abandonada pero en la noche es cuando los monstruos salen a dar inicio a la función.

Me detuve recargándome en un árbol, mi pie sangraba por haberme encajado una espina pero eso no me importaba, mi respiración era un verdadero desastre, jadeaba por recuperar el oxígeno.
Pisadas, pisadas apresuradas, con solo escuchar el crujir de las hojas me hizo salir de mi pequeño trance, otro respingón di cuando escuché voces y sollozos, cuando puse mas atención supe de quien se trataban Victoria y Gabriel mis dos mejores amigo que ahora por mi culpa están metidos en este gran lío, se aceraban a mi con la respiración agitada peor que las mía.
Se detuvieron enfrente de mi, con solo de ver sus caras supe que tampoco habían tenido una experiencia agradable.

Victoria murmuraba cosas que por un momento pensé que estaba delirando.

— Vámonos de aquí . . . P‐por favor — Lo último fue casi un susurro, Victoria con la cara pálida, los labios temblorosos y ojos rojos de tanto llorar del miedo nos suplicaba que nos fuéramos.

— Fue un grave error — la voz aguda y silenciosa de Gabriel se hizo eco por todo el bosque, su cara antes rosada llenas de pecas ahora está pálida con manchas de sangre que por alguna razón se veía bien pero al parecer el no se sentía cómodo y sus labios antes rojos ahora están secos y pálidos.

— Estoy cubierta de S‐sangre... — aquello que dije fue casi un susurro chichón, que no reconocí mi voz. Victoria y Gabriel que al parecer no lo habían notado, al momento que me encararon soldaron un gran bocado de aire.

— Por favor ya no quiero estar aquí, siento que me voy a desmayar— Victoria comentó controlando la respiración.

— Pero tu mochila la deje allá — inquirí.

— ¡¡Al diablo con la mochila ya no quiero estar aquí !! Ya tenemos lo necesario — dijo Gabriel alterado y algo tenso tratando de controlar su respiración

— Pero ahí está la lint. . . — me detuve de golpe cuando escuché pasos, pasos muy cerca de nosotros, nos miramos entre sí con caras preocupadas . Me tense más cuando escuché aquella voz rasposa que me erizaba la piel.

Salgan, salgan ya de donde quieran que estén mis pequeños ratoncillos — lo ultimo que dijo se me detuvo el corazón, por un momento me sentí halda, Victoria con ambas manos se tapaba la boca para que así no se escucharan sus sollozos apegándose al regazo de Gabriel.

— Tenemos que correr lo más rápido para llegar al internado — dijo Gabriel apenas en un susurro.

— No no no no, ya no hay escapatoria, mis pequeños, yo necesito cerebros frescos — dijo aquella voz tan espeluznante que provocó un escalofrío que me recorrió cada parte de mi cuerpo.

Sin tan solo no hubiéramos entrado.

Lo peor era saber lo que se encontraba en aquella casa, aquellos expedientes y aquella foto de aquel chico. . .

Sin darnos cuenta habíamos entrado a la boca del lobo.








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ENFERMOS [Hasta el lado oscuro tiene colores]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora