Capítulo 1

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Villa oscura.


Alguna vez se han puesto a pensar porque a los pueblos les ponen nombres raros, de vez en cuando les ponen nombres acogedores, para que así tengan visitantes.

Bueno, este pueblo no tiene visitantes ni mucho menos un nombre acogedor, Villa oscura, sí, así se llama ese lugar ¿porqué? la verdad no sé.
Tal vez sea por su historia tan horrible y oscura.

Hace tres años salió a la luz unos casos tan turbios que hasta la actualidad no se ha concluido muy bien, dicen las autoridades del pueblo que se encontraban cuerpos humanos, ¡si!, cuerpos humanos descuartizados, sin cerebro, ojos ni peló. Hicieron pruebas de ADN pero no hubo huellas ni rastros, al parecer era como un crimen perfecto, pero claro, tarde o temprano tendrían que encontrar al responsable.

(...)

Una noche llovía a cántaros, en la carretera del pueblo tan desierta como siempre, detuvieron a un auto que manejaba a máxima velocidad.
Los oficiales se bajaron de su patrulla y Se abrieron paso hacia el auto, el conductor bajo la ventanilla, aquel sujeto estaba delirando, al parecer estaba drogado, se reía maniáticamente los policías se miraron entre sí. Trataron de sacar al piloto cuando de repente el sujeto sacó un arma y se disparó...

Aquellos oficiales se quedaron en shock, la sangre de aquel sujeto había salpicado las caras de aquellos oficiales, sin perder el tiempo los oficiales pidieron refuerzos.
Cuando llegaron las patrullas junto con un grupo de criminólogos empezaron a cerrar el perímetro y a tomar fotografías, los grupos que trabajan con cuerpos sacaron a la persona con el cráneo destrozado, lo pusieron en una camilla y lo subieron a la ambulancia.

Los grupos de criminólogos empezaron a buscar objetos, huellas e incluso ropa pero nada, no había rastro más que la sangre del sujeto, todo habían revisado excepto la cajuela del auto.

Cuando trataron de abrir la cajuela notaron que estaba con candado, consiguieron una pinza que abriría la cajuela y lo que vieron los dejó estupefactos...

Cuando abrieron la cajuela soltó un olor nauseabundo que impregnó todo el lugar en segundos, pero lo que liberaba ese olor tan asqueroso eran partes, partes humanas.

Riñones, pulmones, ojos en pequeños frasco con líquido, junto con unas bolsas de cabello. Lo peor de todo, era saber que, las partes estaban frescas e intactas, con suma delicadeza se apresuraron a retirar todo lo que contenía la cajuela y se marcharon al laboratorio.

Tres días después hicieron pruebas de ADN y dieron positivo a la misma sangre que había en el asesinato ocurrido dos días antes de una familia.

Las autoridades e investigadores se alarmaron más al descubrir que, junto a los rastros contenían bolsas pequeñas con drogas y sustancias tóxicas, Pero no eran cualquier droga ni sustancias, era morfina y fentanilo, que son medicamentos analgésicos narcóticos, que claramente no se debe de consumirse en exceso.

(...)

Cómo les explicaba, cuando aquella noticia salió a la luz, los habitantes del pueblo se alarmaron y cerraron absolutamente todo. Establecimientos, restaurantes, casas e incluso Iglesias, después de las seis de la noche nadie, absolutamente nadie ni un alma se atrevía a salí a la calle, porque si salían tenían por seguro que no iban a regresar a sus casas.

Todas las noches las patrullas hacían un recorrido por todos los vecindarios y calles para asegurar que todo estuviera en orden.

Días, semanas, meses, años transcurrieron tan lentamente qué hicieron que aquella historia tan escalofriante se hiciera un rumor y luego se convirtió en una leyenda, después de tanto tiempo ya nadie creía si era verdadero o falso.
Así que, el pueblo retomó sus actividades matutinas reabrieron restaurantes, locales y iglesias, los niños ya podían salir a los parques y los adolescentes podian salir a bailar.




Así que, el pueblo retomó sus actividades matutinas reabrieron restaurantes, locales y iglesias, los niños ya podían salir a los parques y los adolescentes podian salir a bailar

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(N)

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