I.

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H A R L I E

Yo no sé en qué momento yo le dije a mi mamá que me quería cambiar de ciudad, ni siquiera sé por qué se empeñó tanto en hacerlo, sólo calmaba mis interrogativas diciendo que la universidad donde estudiaría me brindaría una excelente educación e incluso una posible independencia de mis progenitores.

Por eso no protesté tanto, lo admito.

Miraba mi habitación con cierta nostalgia, después de todo, había vivido allí toda mi vida, y ni siquiera había tomado en cuenta que en algún momento tendría que irme y empezar desde cero, pero supongo que ya era hora de hacerlo y tomar las riendas de mi vida, o al menos, en el ámbito de que dejara el nido.

Suspiré y seguí empacando mis prendas de ropa en la gran maleta que se hallaba sobre mi cama, mamá estaba guardando en otra maleta mis cosas de aseo personal y también cosas que necesitaría ahora que ya no estaría en casa.

Me iría. Y lo peor es que aún no podía creerlo.

Había estudiado mis años de secundaria en un colegio de alto prestigio que quedaba cerca de donde habitaba, pero cuando mis padres decidieron separarse hace un año y vivir cada quien en una ciudad diferente, mi mamá decidió que era hora de que mi padre tomara un poco de responsabilidad a parte de pagar mi manutención mensual y optó por mandarme a vivir a la ciudad donde vive actualmente mi padre, pero no con él, si no en una fraternidad, y yo, como quería irme de aquí y empezar a vivir de manera independiente, no puse mucho pero.

Aunque jamás me imaginé que mi madre me mandaría lejos sólo por molestar a mi papá.

Fui hace dos semanas a presentar el examen de admisión, y me quedé con mi padre unos días, y debo decir que disfruté mucho ese tiempo, extrañaba demasiado pasar tiempo con mi papá, y hasta esos días que pasé a su lado no me había dado cuenta de ello. Y bueno, hace tres días me dieron la respuesta a mi prueba y me aceptaron, por lo tanto, estudiaré medicina en la universidad Lamberd y me iré en dos días.

La puerta se fue abriendo poco a poco y vi a mi mamá entrar a mi habitación, me sonrió en una mueca y le correspondí, en sus brazos hallándose la maleta con mis cosas para luego dejarla en el piso cerca de mi cama.

— ¿Quieres salir a comer? Me recomendaron un restaurante nuevo en el centro de la ciudad. — Habló mientras sacaba prendas de ropa de mi clóset y las doblaba para luego meterlas en la maleta que yo estaba arreglando.

— Supongo que sería una buena idea. — Me encogí de hombros porque realmente me daba igual.

— ¿Quieres invitar a Charlotte? Sé que se irá del país, y supongo que pueden aprovechar estos dos días para verse antes de que te vayas.

Charlie. Mi mejor amiga desde que tengo uso de memoria. Crecimos juntas ya que nuestras familias son muy unidas y nuestros padres son socios en una de las tantas sucursales del negocio que mi papá tiene en el estado, y bueno, nuestras madres son compañeras de compras. Se iría a Italia a estudiar abogacía, y si le gustaban las cosas por allá, se quedaría a residir.

Nos separaríamos, después de tantos años juntas lo haríamos, y creo que es una de las cosas que odio de que tenga que irme tan pronto, porque ella se iría en dos meses, mientras que yo me iría pasado mañana.

Asentí ante lo que mi mamá me propuso y mordí el interior de mi mejilla mientras la observaba salir de mi habitación silbando alguna canción de esas instrumentales que lo que provocan es dormir el tiempo que duren.

Fallen Angel | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora