XXI.

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H A R L I E

No es que se me hiciera incómodo dormir con Harry, después de todo ya lo habíamos hecho antes, dos veces, pero sí lo hicimos, y estaba segura que esta vez estaría más confiada ya que nos teníamos mucha más confianza que para ese momento, así que estaba tranquila por ese lado, lo que me estaba incomodando era estar en el baño del rizado a punto de darme una ducha para quitarme el jodido y asqueroso semen de Niall de encima, una toalla a mi lado junto a una muda de ropa que pertenecía a mi rizado amigo.

Suspiré y me quité la ropa manchada de semen dejándola en el suelo, para después meterme en la ducha y restregar con fuerza mi cuerpo, frotando cada poro de mi piel con rudeza, enjabonando después con el jabón de Harry hasta que me sentí completamente limpia. Salí de la ducha y envolví alrededor de mí la toalla después de secar mi cuerpo, me miré al espejo un momento y noté algunas ojeras que antes de llegar aquí no estaban, pero que atribuía a la falta de sueño gracias a la universidad y a las noches de juegos junto a los chicos. Apliqué un poco de la loción de Harry que tanto me gustaba sobre mi piel amando de inmediato el olor que desprendía, para después colocarme la ropa interior que había ido a buscar a mi cuarto (qué vergüenza) y un hoodie que me prestó intentando compensar la idiotez de Niall. Pasé el gran suéter por encima de mi cuerpo notando que me llegaba un poco más arriba de la rodilla y que desprendía el delicioso aroma característico del rizado.

Joder, me encantaba.

Sequé un poco mi cabello con la toalla y después salí del baño, observando a Harry acostado en su cama con su teléfono en las manos escribiendo ágilmente sobre la pantalla. Levantó la mirada conectándola con la mía, pero no mantuvimos demasiado el contacto visual ya que de manera instantánea bajó sus ojos por mi cuerpo detallando cada zona de mí haciéndome sonrojar en demasía. Carraspeé llamando su atención y él volvió a conectar nuestras miradas regalándome una sonrisa suave.

— ¿Estás bien? — Cuestionó mientras dejaba su teléfono sobre la mesa de noche que estaba al lado de su cama.

— Sí, pero aún no dejo de sentirme algo traumada.

El rizado rió y estiró su mano invitándome a que me acercara, así que así lo hice, sujetando su mano con la mía en cuanto estuve lo suficientemente cerca, sintiendo un escalofrío recorrerme de pies a cabeza, y pude observar que él notó mi reacción, así que tragué saliva y me subí a la cama haciéndome la desentendida. Harry se hizo a un lado para hacer más espacio, por lo que me acosté del lado derecho de la cama dejando mi mirada sobre el techo con mis manos cruzadas sobre mi abdomen, viendo de reojo a Harry hacer lo mismo.

El silencio era cómodo, simplemente podíamos escuchar nuestras respiraciones y el aire acondicionado hacer su ciclo de descanso, afuera de la habitación escuchándose voces y risas, pero simplemente estábamos en nuestro mundo por ahora.

— Har, quiero que seas sincera conmigo.

Al escuchar su voz hacer presencia mi mirada viajó rápidamente hacia su rostro, detallando cada detalle del mismo y viendo en sus ojos un brillo que me hacía querer sonreír de inmediato.

— ¿Qué quieres? — Nunca planeaba sonar brusca o agresiva con él, pero al parecer, ese era mi tono de voz para todos.

Lo vi tragar saliva con dificultad para después bajar y subir su mirada de la cama hacia mí varias veces.

— Sé que terminaste lo tuyo con Niall por mí.

Sentí un abismo abrirse paso bajo la cama, me sentí caer en caída libre mientras escuchaba su voz hacer eco en mi cabeza una y otra vez, repitiendo esa frase y provocando que mi corazón se acelerara a sobre manera.

Fallen Angel | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora