Fallen Angel | Harry Styles

XXXI.

H A R L I E

Los días fueron pasando demasiado rápido a tal punto de que ya teníamos las semanas de vacaciones de invierno a tan sólo un día de alcance. Fueron semanas donde el estrés de la univerisdad no nos dejó pensar con claridad, la ansiedad y la frustración fueron en aumento con cada examen, exposición o evaluación nueva, pero al final logramos salir ilesos de todo ello, menos Zayn claro, ese tiene pinta de que se llevará más de una materia a reparación o a repetición, pero bueno, apartando ese hecho, todos estábamos casi eximidos en todas nuestras materias, incluso Harry que la mayoría del tiempo estaba fuera de las aulas haciendo no sé qué, aunque sea su novia todavía no he tenido el derecho y la confianza como para que él sea sincero conmigo y me diga qué es a lo que se dedican él y su familia, al igual que los chicos, que por lo visto también están involucrados en los negocios de la familia Styles.

Todo esto me daba mala espina, el estómago me daba brincos cuando los chicos se encerraban juntos en el estudio de la hermandad, o cuando se iban de sus aulas correspondientes y no los veía hasta la hora del receso, o incluso habían días en los que no los veía ni siquiera rondar por los pasillos hasta ya bien entrada la tarde, casi noche, así que de verdad que todo este embrollo me hacía pensar que los negocios de la familia de Harry no eran para nada limpios, y con cada día que pasaba, analizaba mejor la situación de siquiera ir a UK a pasar navidad con ellos, además de que no quería dejar a mi padre solo.

Desde que mis padres se divorciaron y cada quien agarró su propio camino, la noche de navidad la pasaba con mi madre, y luego los días de año nuevo viajaba a casa de mi padre para pasarlos con él, pero este año sería diferente porque no estaría con ninguno de los dos, pasaría navidad y año nuevo con mi novio, mis amigos y la familia de Harry, que al principio me había parecido una gran idea, porque no soy una persona insegura de lo que le pertenece, si Harry quiere hacer algo fuera de la línea, pues él será quien me pierda a mí, es decir, a lo mejor que le ha pasado en la vida. Mi ego no me permite ver que yo lo perdería a él en tal caso de que la relación no funcione, más bien, él sería quien perdiera a lo mejor que le pudo haber pasado. 

En fin, sacando el hecho de que tengo un ego muy grande, ahora que lo pensaba mejor, no estaba muy segura de ir a ese viaje, me sentía algo nerviosa cada que los chicos hacían planes de salidas donde me incluían obviamente, pero yo no me sentía extraña por ellos, era por la familia de Harry, en especial porque no sabía qué haría  en cuanto tuviera en frente al hombre que quiso acabar con mi papá, que su plan era dirigido a matarlo y a quedarse con todo lo que mi papá había trabajado por años para conseguir, por ende, la sola idea de tenerlo en frente me ponía ansiosa por no saber cómo reaccionaría ante él, o cómo reaccionaría él al tener en frente a la hija del hombre con el cual quería acabar. 

Tragué saliva con fuerza cuando Harry se arrimó más hacia mí, pudiendo sentir cómo su erección mañanera se acomodaba contra mis glúteos, y sin haberlo previsto, ya mi vagina estaba húmeda de tan sólo pensar en el buen sexo mañanero que hemos estado teniendo desde que nos hicimos novios, literal parecemos unos conejos, no tenemos llenadero de estar juntos tan intimamente, tenemos sexo cada que es posible y sabemos que podemos tener nuestro tiempo para unas cuantas rondas seguidas en distintas posiciones, y aunque sé que esta trama no es sobre algo similar a cincuenta sombras de Grey, les debo decir que las escenas de sexo no faltarán porque yo no me canso de mi novio ni él de mí. 

La vida es buena. 

Tenía alrededor de media hora despierta, había tenido un sueño donde unos ojos verdes me miraban con enojo y rencor, como si pudieran ver a través de mí, mis pensamientos, mis miedos, mis frustraciones, lo que me provoca ansiedad, absolutamente todo, como si yo fuera una lámina de cristal por donde pudiera ver sin conflicto alguno. Al despertarme me sentí como la primera vez que vi los ojos de Harry, que los admiré desde la distancia sin observar su cara por completo, donde todo su rostro fue borroso para mí menos sus ojos, aquellos que me veían con arrogancia, suficiencia, altivez, pero sobre todo con el vacío reinando en ellos, el misterio llamándome a investigar qué los hacía lucir tan vacíos, pero a la vez tan defensivos.