XI.

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H A R L I E

Louis nos miraba con una mueca que no supe cómo descifrar en su boca mientras que sus ojos desprendían un aire de diversión que tampoco supe interpretar. Niall y yo nos miramos y supimos que estábamos perdidos, porque, aunque fuéramos amigos, eso no nos garantizaba que Louis se fuera a quedar callado ante lo que había visto.

Esto era una completa mierda.

— ¿Nos delatarás? — Niall cuestionó yendo al grano mientras que se cruzaba de brazos y cambiaba su peso de una pierna a la otra.

— Sabes que no, Niall, son mis amigos, y además, tampoco quiero meter en problemas a mi hermano. — Habló él rodando los ojos.

¿Su hermano?

— ¿Tu hermano? — Obviamente no me quedaría con la duda.

Louis abrió su boca para hablar, pero los pasos de alguien acercándose nos hicieron alarmar, así que apreté mis labios en una delgada línea apretando mis nalgas con fuerza, pero al ver que era el resto de los chicos que se aproximaban, solté un suspiro de alivio, pero no del todo.

El primero en hablar fue Liam. 

— ¿Qué hacen aquí? — Tenía su ceño fruncido.

— Har se sintió un poco mal y Niall la encontró aquí intentando respirar algo de aire fresco, y bueno, yo vine porque Niall me mandó un mensaje para que les ayudara. — Louis mintió totalmente, pero eso me hizo saber que podíamos contar con su silencio.

— ¿Te sientes bien, Har? — Harry se aproximó a mí junto a Zayn y Liam,, quienes me miraban preocupados.

Asentí. 

— Ahora sí, no se preocupen. — Sonreí falsamente.

— Entonces nos vamos. Ya es tarde, debemos regresar a la fraternidad, y de paso, así descansas. — Determinó Zayn, por lo que asentí en acuerdo.

Caminamos hacia el carro de Liam volviendo a subirnos en el orden en el que habíamos llegado. Harry abrazó mi cintura y me atrajo hacia él, por lo que volví a cerrar mis ojos y a inhalar su delicioso aroma dejándome llevar. Llegamos al rato a la fraternidad, Liam estacionó el auto y nos bajamos del mismo, entramos a la casa y saludamos a algunos chicos que se hallaban en la cocina junto a Lincy, una de las chicas que también se quedaba en la hermandad, los saludamos y subimos a nuestras habitaciones.

Entré a mi habitación y pude reconocer la silueta de Aliah en la oscuridad, la cual se encontraba recostada contra su cama, pero sentada en el suelo en posición fetal. Rápidamente me aproximé a ella con la preocupación carcomiendo mi interior, toqué su hombro y ella levantó la cabeza tan rápido que me preocupé porque hubiera podido dislocarse. Sus ojos estaban rojos y sus mejillas eran cubiertas por vestigios de lágrimas, pero en cuanto su mirada se posó sobre la mía, soltó un sollozo y se abrazó a mí, por lo que rápidamente correspondí a su abrazo y me senté junto a ella en el suelo.

— ¿Qué te pasó, Ali? — Había decidido ponerle ese apodo unos días después de conocernos.

— Todo es una mierda, Har. — Sollozó.

Pude comprender que quizás estaba así por lo que habían estado comentando los chicos en la cena, pero no hice ningún comentario ni ninguna pregunta, porque quizás no estaba dispuesta a hablar o quizás no estaba en condiciones de hacerlo.

Fallen Angel | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora