27

9 0 0
                                    

Narra Meg

- Silencio -le dije a Charly, quien me había seguido después de un rato, estaba en la plaza viendo a dos personas, oculta detras de unos arbustos.

- ¿Sabes lo que es esto? ¿Lo que esta pasando Jack? -dijo la tía Sam a lo lejos, estaba molesta creo, o al menos eso parece, el tío Jack solo nego y trato de sobarle el brazo pero ella se alejo y se volteo dándole la espalda- es solo que hace mucho que no los veo y los extraño mucho, no quiero que me odien -escuche que se le rompio la voz- y me van a odiar, es inevitable -dijo ¿llorando? ¿La tía Sam llorando? Imposible. El tío Jack la abraza por detrás.

- ¿Qué esta pasando Meg? -susurro Charly, lo vi.

- No puedo espiar a mis tíos, eso pasa, lo que hago esta muy mal y no seguiré haciéndolo -me puse de pie y me fui a otra dirección, siempre en la plaza pero al otro lado donde no pudiera toparmelos.

¿Porqué los tenía que espiar? ¿En qué estabas pensando Meg? Me di una bofetada mentalmente. ¿Qué me pasa? Me odio a mi misma, ¿espiar a quien te enseñó casi todo lo que sabes en tu vida? Caí muy bajo. Muy bajo.

Llegué a una tienda de postres, sonreí sin gracia, la tía Sam me enseño a usar el horno y el tío Jack me enseñó a hacer un pastel, la tía Sam probaba que estuvieran bien hechos. Entre a la tienda y compre galletas de avena, las galletas favoritas de los tíos. Fui a la casa luego de eso, tenía la copia de la llave oculta bajo una cerámica de la grada que esta antes de la puerta trasera. Charly se había ido, tenía entreno de basketbol, bueno, si lograba entrar al equipo aunque espero que no lo haga, es mi amigo con Chris, pero si entra al equipo de basket espero que no se haga amigo ni burla de esos basketbolistas descerebrados y tontos, no quiero que le hagan daño.

Como sea, entre a mi cuarto y cerre la puerta con llave, saque la cadenita con el dije de llave, Chris me la dio para que estuviera segura, abajo de mi cama movi un pedazo de madera y adentro tenía una caja de metal, es mi cofre desde pequeña, una vez le vi uno a mi tía Sam en el sótano de su casa, ahí guardaba papeles, pero yo guardo otras cosas, aquí tenía fotos de cuando éramos pequeños, siempre me gusto la fotografía y estas son algunas fotos que tomé de pequeña y las guardé en una USB y que al mudarnos aquí, en la escuela nueva las imprimí sin que nadie se diera cuenta.

Tomo una fotografía de una niña a mi edad, era rubia. Era la tía Sam, lo sé por sus dos lunares en su mejilla izquierda, esos que me recordaban a las estrellas de Peter Pan y por sus ojos negros.

Al ver la foto, de tan solo verla, puedo sentirme mal porque sé que la tía Sam y papá no pasaron una infancia feliz después de que los abuelos se separaran cuando aún eran muy pequeños, sé que el abuelo se porto mal con ellos, los obligo a hacerse cargo de la casa y no les daba tiempo libre para ser niños pero que aún así intentaba arreglar las cosas con mi tía Sam pero al final murió por un tumor cerebral. A todo esto no sé si la abuela sigue viva o no, nunca la he visto, ni en foto la he visto, nunca hablan de ella, no sé nada de ella, ni estoy segura de cual es su nombre, ni sé con cual letra empieza su apellido. Lo sé, podría toparme con la abuela sin saber quien es, pero que yo sepa la abuela es rubia, ya que la tía Sam era rubia de niña y Chris ha salido rubio, mi papá tiene el pelo negro pero es natural y mamá tiene el pelo café oscuro.

Estaba en la cafetería del colegio, debía estar segura de algo. Me había metido al area de solo personal autorizado, era la cocina. Escuché a hablar gente detrás de mi, iba cuidadosamente cuando los vi, en la cafetería, en el area de comedor, estaba la psicologa del colegio y unos maestros más. Esto es raro, más un lunes, a esta hora no debe haber ni un maestro desocupado. Pero tengo un punto a favor con la psicóloga del colegio, es mi amiga. Reviso rápidamente cada armario de aquí para ver si la llave pertenece a este lugar pero no, le tome copia a la original que tengo guardada en casa, ni en la casa ni aquí abre una puerta, ¿ahora que haré? Al intentar irme choco con una mesa y se cae la tapa de una bandeja de comida, alertando a los maestros pero la psicóloga los entretiene, yo agarro la tapa y la pongo en su lugar, arg, sopa, no me gusta la sopa.

Confía2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora