33

3 0 0
                                    

Narra Sam

Llame a Meg y le dije que la recogería en la playa, que por esta noche me tenía que acompañar y quedarse conmigo, pues ya son tipo nueve de la noche y aún no sé donde se va a quedar, no sé donde es que vive el tío de Charly ni nada, y obviamente debo saber en donde se quedará puesto que si los papás no saben, es mi deber como tía actuar como su mamá en caso de que su mamá no pueda o no sepa, y en estos momentos yo soy lo mas cercano que tiene a una figura materna, por eso debo meterme en el papel. Meg dijo que Charly se quedaría con su tío así que eso me quito un peso de encima, no hay tantos cuartos de invitados en la cabaña y no los iba a dejar pasar la noche en un solo cuarto.

Pase por Meg y nos fuimos a la cabaña, que quedaba como a diez minutos de aquí, en la playa es todo mas cerca porque lo turístico esta únicamente en la playa. Meg y Becca se llevaban muy bien, y a Becca le agradaba Meg, solo espero que no le diga nada de su apellido ni de su verdadera identidad como que su nombre es Alana y no Rebecca.

- Bien, llegamos, Meg de seguro de acuerdas de aquí, ¿cierto?, te traje dos veces, eras pequeña, la última vez tenías casi diez.

- La verdad no recuerdo mucho de aquí Sam -dijo Meg- solo recuerdo un poco.

- ¿Sabes donde están los cuartos y el baño? -Meg asintió- bien, suficiente por mi, sino pregúntale a Becca, yo estoy rendida, me voy a la cama, duerman cuando tengan sueño -dije y me fui al cuarto a dormir.

Me gustaba dormir, Jack dice que soy una gran dormilona. En unos días iríamos a quedarnos unas noches a la casa de mi hermano, resulta que Jack me sorprendió con unas vacaciones a unas ciudades de aquí, solo que tuve que irme por dos días al enterarme de los planes de Meg y aquí estoy, con Becca y con Meg. En fin tengo sueño y creo que ya me estoy durmiendo, adiós gente voy a mimir.

Narra Meg

- ¿Es normal que sea tan dormilona aún? -le pregunté a Becca.

- Créeme, duerme como una marmota en invierno, ella hiberna -dijo y yo reí un poco- además tuvo un día ocupado.

- ¿Dónde estaba ahora?

- Estaba por el otro lado, lejos de esta playa, estaba por el Golden Gate -dijo.

- ¿Qué tan lejos es eso? -pregunte por cualquier cosa.

- Como a dos horas, casi, mas o menos a eso o quizás como a tres horas si hay tráfico ¿por?

- No, nada en especial, solo que cuando llego por nosotros cerca de la parada de buses tardo casi dos horas en llegar y cuando nos venimos para acá a la playa tardamos casi dos horas en llegar, el mismo tiempo casi -dije, es que es mucha coincidencia.

- Pues que raro, ¿Quieres ver mis compras de hoy?

- Claro -dije porque si quería ver la ropa que se compraba.

Estaba sentada en la sala, Becca salió de su cuarto con una gran bolsa, me mostro un sobre todo color verde vivo.

- Wow, eso esta genial -dije al verla con eso- deberías ser modelo -note que se vio incómoda- te queda muy bien, te luce, deberías ser modelo o algo así todo el mundo te conoce y...

- No pienso ser modelo o famosa -dijo seria y se sentó a mi par- mira Meg, eres una jovencita bella y muy lista -sujeto mis manos, de pronto sentí que no hablaba con alguien de treinta- en la sociedad no esta bien visto a gente morena como yo, es algo extraño y me van a discriminar si hago algo como eso.

- ¿Jovencita? ¿Porqué... habla así? -dije confundida y poco a poco retrocedí un poco.

- Eres lista -dijo- yo crecí en una casa que me hacían hablar así, con mucha educación, no podía hablar de tu o de vos, sino solo de usted, mi mamá murió cuando estaba naciendo yo así que toda mi vida crecí con mi madrastra -hizo una mueca- ella es o era blanca y desde que era muy pequeña me maquillaba tanto con maquillaje para piel blanca, y luego en vez de enseñarme a pintar o cocinar me enseñó a ocultar el color moreno de mi piel, en todas partes, cuando ya no quise hacerlo me obligaba a hacerlo y mucho tiempo después hui, pero ella tiene un gran poder, tiene a mucha gente así que tuve que dejar de maquillarme y me hice un cambio de look, ahora me maquillo pero para piel dos tonos mas morenos que yo, y por eso no soy modelo, para que mi madrastra no me encuentre ni lastime a los que quiero -dijo- tu tía es una gran amiga mía y si mi madrastra se entera de que me veo con ella, le podría pasar algo malo -suspiro- por eso compro tanta ropa normal, supongo que no debí comprar este verde pero me gusta la moda y así me puedo camuflajear por aquí, yo soy mayor que Sam pero ser morena me hace ver más joven de lo que soy.

- ¿Sabes? Yo creí que eras otra persona -dije de un solo- ni sé porqué te cuento esto, pero me agradas y te tengo una confianza que es raro porque hoy te conocí, hace unas horas, pero creo que te puedo decir algo... -Becca asintió y me hizo una seña de que guardaría el secreto- hace unos años encontré en la casa de mi tía Sam una caja, en un escondite en el suelo, parecía como un secreto pero igual lo vi, y dentro había una hoja naranja, había una carta color naranja ahí, pero fue hace tantos años que solo recuerdo el nombre de quien fue quien la escribió, solo eso, pero no sé quien es -dije pensando- y hace unos días encontré una llave en mi sótano, no sé quien la dejó ahí, pero siento que esa carta y la llave están conectadas, o no lo sé, ¿tu conoces a alguien que se llama Alana Campos? -dije viendo su reacción, ella se veía un poco pensativa pero cuando dije el nombre se sorprendió- ¿dije algo malo?

- No, no, es solo que no sé de lo que hablas -su voz sonó un poco diferente entonces y tosió un poco- ¿no tienes sueño? -dijo normal- tienes una gran imaginación, me recuerdas a alguien de pequeña, imaginaba cosas al tener sueño.

- Bueno, entonces si iré a dormir -dije, nos despedimos y nos fuimos a diferentes cuartos a dormir hasta mañana.

(#)

Al siguiente día, en la mañana estaba comiendo con tía Sam y Becca en un lugar a la orilla de la playa, yo llevaba pantalón blanco y una blusa celeste con tirantes y puntos blancos, Becca llevaba su sobre todo verde y Sam llevaba ropa negra, ella es así, siempre de negro, nunca cambia. Al rato llego Charly, tenía short beige y camisa blanca.

- Buenos días -dijo a todas, luego me vio a mi y se quitó los lentes de sol que cargaba y me sonrió- Meg, ven quiero enseñarte algo -yo sonreí sin poder evitarlo y al ver de reojo a mi tía Sam asentir disimuladamente yo baje de la silla y lo seguí.

Caminamos un tiempo en silencio y luego de quizás quince minutos llegamos a un muelle en el que habían botes y personas buceando. Yo vi a Charly y él solo sonrió y siguió caminando, lo seguí por supuesto.

- Aquel de allá es mi tío, es el dueño de esto -dijo mientras me señalaba a un hombre canoso y al lugar- ahora te traje aquí porque al otro lado te tengo una sorpresa, ¿traes traje de baño abajo?

- Por supuesto, no vendría a la playa sin uno -dije yo, me dijo donde me podía cambiar y donde estaría él, luego de cambiarme llegue a su par y vi mucha gente con tablas de surf.

- ¿Quieres que te enseñe a surfear Meg? -dijo Charly mientras extendía su mano hacia mi, yo sonreí y la tome, aprendería a surfear.

Confía2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora