Capítulo 22. Te amo

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Armando abrió sus ojos antes de que la alarma sonara, enseguida la apagó no quería despertar a Edith: sonrió viéndola dormir a su lado, estaba boca abajo con su espalda desnuda y su pelo largo que le caía como cascada por su cara y hombros; se veía tan bonita y sexy, tomó su celular para sacarle una foto, le dio un beso en su cabeza y salió de la cama, hoy solo trabajaría medio día le tenía preparada una sorpresa por la tarde.

Edith escuchaba la voz de Armando en segundo plano, comenzó a desperezarse estirándose por toda la cama; se sentó y lo observó, estaba afuera en el balcón hablando por celular mientras tomaba una taza de café, ¡estaba nevando!, pero él lucía relajado y guapo como siempre, no estaba de traje, llevaba un atuendo semi-formal con abrigo. Armando percibió la mirada de Edith, giró y le sonrió; se perdió viendo como su pelo cubría sus hermosos pechos. Caminó hacia ella sin colgar la llamada, cerró la puerta de vidrio rápidamente para que no entrara el frío.

—Ujum —confirmaba serio, mientras se agachaba para darle un beso.

Edith pensó en no dárselo pues no se había lavado los dientes, pero sabía que si se lo negaba iba a ser peor; así que juntó sus labios estirándolos hacia enfrente para él, sin abrir la boca. Armando le dio un beso corto en los labios y acarició su mejilla. Sus labios fríos le produjeron un escalofrío en todo su cuerpo poniendo sus pezones duros.

—Du weibt, ich wurde nicht zustimmen nicht, das ist kein spiel (Sabes que no estaría de acuerdo, esto no es juego) —cortó la llamada y se sentó en la cama contemplándola.

—¿También hablas alemán? —preguntó sin asombrarse.

— Sí, ¿tú también?

—Un poco —Armando deslizaba su mano por su cabello deteniéndose en sus pezones —. ¿Qué no es un juego? -. Preguntó y él levantó una ceja.

—¿Un poco eh? —expresó divertido —Invertir no es un juego amor, no se hace con cualquiera hay muchos estafadores —. Me voy a trabajar, desayuna bien pedí algo rico para ti —señalaba la mesa con comida. ¿Acaso no recordaba que hoy estaban cumpliendo un mes de novios? Su cara se llenó de desilusión —espérame a la 1:30 p.m. en el lobby y abrígate bien —le dio un beso en la frente de despedida, recogió su maletín de cuero y salió de la suite.

Se encontró con Miguel y Alicia en el elevador. Los dos estaban contentos.

—¡Bueno días Jorgito! —Miguel lo molestaba.

—¿Jorgito? —preguntó Alicia

—Jorge Armando Ibarra, tiene nombre de telenovela mexicana. ¿Posee el porte o no? —hoy su mejor amigo estaba en modo insoportable.

—¡Buenos días, sol de México! —respondió Armando —Después de la reunión necesito que me acompañen a un lugar —comunicó a los dos.

—¿Dónde? —pregunto Miguel sin verlo, le contesba a Renata por WhatsApp.

—Tiffany's —respondió Armando, acomodándose su bufanda negra. Miguel lo levanto su cabeza y lo miró estupefacto.

—¿Es lo que me imagino? —salían del elevador.

—Lo es hermano, lo es.

Edith terminaba de ducharse, se puso una bata de baño y una toalla en su húmedo cabello. Moría de hambre, casi sentía que salivaba; anhelaba una tarta de frambuesa, lo que le pareció tan extraño pues a ella no le gustaba mucho lo dulce, tenía predilección por lo salado. Destapó cada uno de los platillos y para su suerte había un pedazo de pastel de queso con arándanos, cogió la cuchara y se metió un pequeño trozo a la boca.

Torbellino de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora