Capítulo 26. Te elijo

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Luego de dejar a Edith en su hacienda, Armando se fue directo al hospital. Tenía mil cosas que hacer, Alicia no dejaba de llamarle. Llegó a su oficina, donde ella ya se encontraba trabajando en la computadora.

—¡Buen día! Tienes tres reuniones; la primera comienza en quince minutos, este es tu café —Armando miró hacia el escritorio, el café emanaba vapor de lo caliente que estaba.

—Eres la mejor asistente que he tenido —dijo sorbiendo un poco —. Pero ¿por qué tantas reuniones? He estado respondiendo los correos y dando autorizaciones —Alicia hizo una mueca de "ni modo".

—Al parecer hay un nuevo inversionista, está interesado en que este hospital sea el mejor de Centroamérica —informaba sin verlo, estaba muy entretenida en la pantalla de su laptop.

—¿Sabes quién es? —preguntó curioso.

—Claro, en esa carpeta azul que tienes en tu escritorio está toda la información —Armando tomó la carpeta.

—Definitivamente, la mejor —concluyó.

Al abrir la carpeta, no esperó encontrarse con lo que leía. La nueva inversionista era Samantha Mitchel; una exnovia de la universidad de la creyó haberse enamorado cuando hacia su residencia. Samantha era una excelente médico, pero no porque haya nacido con la destreza de serlo tuvo que esforzarse el doble que los demás, pues era su sueño y como dicen: la práctica hace al maestro.

Armando la quería mucho por su madurez y nobleza, pero ella tenía claro que lo primordial era su carrera. Así que antes de sacar la especialidad, decidió terminar la relación, algo que lo cogió por sorpresa pues él pensaba que estudiarían la especialidad juntos. No le reclamó y la dejó ir.

—¿Listo? —preguntaba Alicia, sacándolo de sus recuerdos.

—Vamos! —cogió sus cosas y caminaron a la sala de reuniones.

Al entrar, ya todos estaban allí incluido Miguel, quien platicaba con ella amenamente. Armando colocó sus cosas en el extremo principal de la mesa como uno de los líderes.

"Samantha"

Cuando su asistente Marco le comentó acerca de un nuevo hospital que punteaba con convertirse en uno de los mejores de Centroamérica, de inmediato capturó su atención. Le dio la nota de una revista de internet para que la leyera, decía que, gracias a dos inversionistas médicos el hospital se había convertido en unos de los mejores del país, con médicos especialistas de primera. Siguió leyendo entretenida, al leer el nombre de "Armando Ibarra" se atragantó con su té, al finalizar la nota decía que el hospital buscaba más inversionistas interesados en convertir este hospital en el mejor de Centroamérica.

Armando fue su único gran amor, pero ella en ese momento tenía claro que su carrera estaba primero. Así que, cuando salió su beca en Canadá no dudó en terminar la relación e irse, aunque años después ya no estaba segura si esa fue la mejor decisión. Estaba interesada en invertir, así que esta era la oportunidad de hacerlo y quien sabe, quizá para el amor también, no dudó en decirle a su asistente que hiciera el contacto y posteriormente los preparativos para el viaje.

Lo más importante en la vida de Samantha era su trabajo, aunque tenía muchos pretendientes por su obvia belleza, pero luego de unos días se aburría y los dejaba, le demandaban tiempo y su tiempo lo dedicaba a operar. Era uno de los mejores cirujanos plásticos de Canadá. Hace unos meses había regresado a México y pensaba quedarse allí, pero luego de leer la nota sus planes habían cambiado.

"Hospital"

Al verlo, a Samantha se le paralizó cada parte de su cuerpo, él lucía imponente y mucho más bello de cómo lo recordaba, estaba más fornido que antes. Ninguna mujer en su sano juicio hubiera dejado ir un hombre así, no sólo por el físico, Armando con su forma de ser nunca le hubiera impedido su crecimiento profesional, la hubiera apoyado, pero ella simplemente no lo tomó en cuenta en su vida en ese entonces.

Torbellino de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora