"Edith"
En cuanto me subí al avión, me sentía completamente vacía lo extrañaba demasiado... lo necesitaba. Pero tenía que pensar bien las cosas, si decido seguir con él debo aceptar su pasado y aceptarlo a él tal como es. Antes de que el avión despegara, le llamé a Renata explicándole un poco, pero obviamente no se quedó tranquila logré convencerla de que finalizará el viaje con Miguel.
Para todos fue una sorpresa mi llegada, me esperaban hasta dentro de cuatro días. Les di una breve excusa de que Armando tuvo que alargar su viaje y que tenía que ir a otros países, todos comprendieron.
Mi familia estaba feliz de mi regreso, especialmente mi nana quien no dejaba de consentirme y preguntarme por el viaje. Le conté de los momentos especiales, me di cuenta de que casi todos lo fueron y sentí que el pecho me dolía, no dejaba de pensar en él. Armando no me había llamado, ni mandado mensajes y esa noche me dormí llorando, lo extrañaba demasiado.
Los siguientes días no paré de trabajar en la hacienda y la planta de cardamomo. Tenía a Beto ya mareado con tanta tristeza y desolación, pero él muy comprensivo me escuchaba cada noche y me consolaba. Yo no era la misma, sentía que me había cometido el peor error de mi vida al alejarme de él.
Armando definitivamente se tomó al pie de la letra lo de darme espacio para pensar, pero cada vez que lo pensaba, me daba cuenta de que a pesar de todo lo amaba muchísimo, escuchar la canción "w/o u" de "GEMS" me hacía tener un collage mental de cada momento que disfruté a su lado.
Beto me decía que él era un buen hombre, aún con lo que le había contado, que no creía que esto iba romper con nuestra relación. Cuando Renata volvió, le pregunté por él me dijo que no volvió a verlo después de la gala, me paralicé; ¿a dónde se había ido?, ¿con alguna mujer?, ¡no! Armando no era así. No podía si quiera concebir que estuviera con alguien más. Le conté todo a Renata, Miguel ya le había hablado de ELAD, después de la cena le contó todo a lo mejor no quería correr la misma suerte de su amigo.
—¡Por favor, Renata no me lo digas! Sé que fui una tonta —dije dando vueltas como una loca por el establo.
—No lo fuiste, tuviste miedo y es normal.
—¿Y si lo pierdo? No me ha llamado, ni mandado mensajes. ¡Ya pasaron cuatro días! —ella suspiró.
—¡Tranquilízate! ¿Por qué no lo llamas tú?
—Había planeado hablar con él en persona, pensé que regresaría con ustedes —no podía disimular mi angustia.
—Yo también pensé que regresaría, pero cuando vi que no estaba en el aeropuerto, me sorprendí. Lo único que logré sacarle a Miguel fue un: "Me dijo que necesitaba quedarse para otras reuniones, su viaje se ha alargado". —Renata se veía preocupada por mí.
—¿Y si ya no quiere saber de mí? —mi cabeza estaba hecha un lío, ni que decir de mi corazón.
—¿Estás loca? ¿¡Cómo dices eso!? Ese hombre te ama. Él solo te está dando el espacio que le pediste —asentí triste.
—Le llamaré ahora —tomé mi celular y con manos temblorosas marqué su número, pero al instante se fue a la contestadora. Intenté tres veces más y fue igual, le marqué por WhatsApp, pero no hubo respuesta. Por último, le dejé un mensaje donde le pedía hablar con él.
Renata me miró con inquietud, sin poder retener mis lágrimas comencé a llorar y a maldecir el por qué me había ido de su lado. Él era el mejor hombre que había llegado a mi vida, en todos los aspectos y él único al que me había entregado.
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Torbellino de amor
Roman d'amourEdith es una mujer joven dedicada a su familia y a su hacienda. Nunca le intereso conocer el amor, sin embargo, cuándo este toca su puerta no imaginó que su vida se convertiría en un torbellino. Armando es un médico prodigio y millonario, pero el a...