~13~

245 30 12
                                    

-Ohayo~ - canturreó el mayor de los trillizos al entrar al salón de clases acomodándose la ropa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Ohayo~ - canturreó el mayor de los trillizos al entrar al salón de clases acomodándose la ropa.

-Pase a su lugar, Sakamaki-san-lo reprendió el maestro.

El castaño se sentó tratando de llamar la atención de Ana, pero ella solo rodó los ojos y siguió dibujando en su cuaderno.

-Si no te gusta la clase, ¿Por qué no vienes conmigo?-susurró Raito.

-¡Estoy poniendo atención!-ella se giró con la paciencia ya colmada, a lo que él solo río y se mordió el labio.

La clase transcurrió y el chico buscó otra chica a la que molestar, pero su atención estaba en Ana.

En la mansión más tarde Raito se fue directo a su habitación dándole vueltas a su ansiedad y obsesión, y los demás bajaron a cenar como siempre.

-¿Alguien sabe dónde está Raito?-cuestionó Reiji.

-Tal vez esté suplantando a Jack el destripador-dijo con desgano el mayor mientras jugaba con la comida.-Porque desde que regresé no he visto a una novia de sacrificio aquí.

-O robó mi última muñeca-respondio Kanato.

-Yo creo que regresó por la nueva pastelillo del salón.-rió Ayato.-¿Cómo se llamaba...?

-Cierto, probablemente sepa dulce como chocolate-dijo su gemelo- se llamaba...

-Que haga lo que quiera, pero que no traiga a una de esas rameras baratas aquí, aunque son guapas, son sucias.-Dijo el de lentes-Sigan cenando, por cierto, la mujer del mayordomo ha muerto, y probablemente...

-¡Cierren la boca!-interrumpió el menor de todos- ¡Todas las mujeres están locas y deberían estar muertas!

Salió azotando la puerta rumbo a su jardín.

Tratando de relajarse cortó una rosa con su daga y mientras iba caminando entre el laberinto, quitaba las espinas de las misma.

Un gruñido, un suspiro, sacudir la cabeza para disipar su ira.

Hasta que escuchó un ruido, pensó que era alguna rata o murciélago.

Caminó más rápido hasta que dió con el intruso.

Unos ojos brillaron entre la oscuridad.

-¡¿Qué haces aquí? Ésto es propiedad privada! -exclamó Subaru.

-Guarda silencio.

-¡No, cállate tú!-se tiró sobre el intruso acorralandole contra el césped y tapándole la boca.

De repente algo saltó sobre la espalda del albino, pero él estaba perdido en esos grandes ojos.

-Tú....-las palabras brotaron como un susurro-Te conozco de alguna parte....

El perro que estaba en la espalda del chico comenzó a rascar su espalda mientras la chica agitaba las manos.

Subaru subió las manos y quitó al perro de sobre él mientras que ella se incorporaba.

-Espera un momento-tomó la mano de la chica y el perro empezó a lamer la cara del joven. - deja de hacer eso-revisó la placa del can-¿Sammy?

-¿Ya podemos irnos?-dijo ella.

-¡Sammy no es tuyo mujercilla!

-Si lo es.

-Acaso tú....-descubrio completamente el rostro de ella retirando sus cabellos.

-Sammy es mío Subaru-Ana tomó sus frías manos.

-¿Qué haces aquí?-el joven se sentó en el suelo a su lado.

-Mi madre ha muerto y volví con mi padre, y al instituto... -Ana tenía la vista baja-Pensé que ya lo sabían...

-No, creo que ninguno de nosotros lo sabía.

-Por favor-le miró a los ojos- no le digas a los demás, ¿Quieres?

Subaru acarició su rostro y la acercó a su pecho.

-No lo haré-le dijo contra su cabello- Será nuestro secreto. Eres la única mujer que he querido.-Se quitó la llave de su cuello y se la uso a ella.-Ven, duerme a mi lado.

-Será otro día, mi padre se preocupará por mí.-ella se levantó.

-Me alegra que estés de vuelta.·una leve sonrisa se dibujó en sus labios.

El sol comenzaba a salir cuando ella se alejaba al lado de su perro, mientras Subaru se quedaba dormido observandola entre las blancas rosas.

Lost innocence • Raito Sakamaki #BloodyClanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora