Laito lloraba al principio.
Laito odiaba que ella estuviera cerca.
Laito se acostumbró a eso.
Laito encontró a alguien que curaría sus heridas.
Laito perdió a esa persona.
¿Acaso volverá a ser feliz alguna vez?
♥ Trama original, por favor usa tu pro...
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Cada día era un tormento para Raito, los celos lo consumían.
Recordaba haber tenido ese sentimiento cuando Cordelia llevaba a sus amantes a casa, ver cómo disfrutaba de otros hombres, así como lo hacía con él.
Pero ahora, ahora no se sentía igual, ésta vez era peor.
No era esa enferma sumisión y codependencia a su victimaria, ni era ese síndrome de Estocolmo hacía su agresora.
Ésta vez era una necesidad natural del ser humano de afecto, de amor y empatía.
Pero él solo era ignorado y recibía antipatía, mientras que sus hermanos tenían amor y atención.
Raito solo los miraba sonreír, incluso, se llegaban a reír, pero él, él recibía menos atención que cualquier objeto de la mansión.
Su estómago se anudaba cuando la veía jugar con Sammy y Shü en el jardín, cuando cocinaba con Reiji para que Ayato comiera con una sonrisa.
No podía pegar un ojo a la hora de dormir escuchando los murmullos de Subaru y ella en el ataúd, ni cuando la oía comer galletas mientras Kanata peinaba sus rizos.
¡Y hasta con los demás del instituto jugueteaba! Ella llenaba de girasoles todo su paso, pero él, él solo recibía su sombra.
Raito solo nesecitaba oír sus palabras reconfortantes una vez más, sentir sus cálidos brazos que lo hacían calmar, ver su sonrisa y escuchar ese: "Todo va a estar bien, Raitito", de nuevo.
