Laito lloraba al principio.
Laito odiaba que ella estuviera cerca.
Laito se acostumbró a eso.
Laito encontró a alguien que curaría sus heridas.
Laito perdió a esa persona.
¿Acaso volverá a ser feliz alguna vez?
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Raito corrió al gimnasio, al club de natación.
Allí estaba un Reiji furioso y un Subaru con rabia también, rodeados de rosas desparpajadas. Kanato tenía un vestido blanco, manchado de rojo en las manos.
Pero lo primero que vió fue el agua teñida de rojo, y a un pelirrojo dentro del agua y a cierta morena.
—¡Maldito Ayato!—
Raito no lo pensó y se lanzó a la alberca a rescatar a Ana.
¿Pero cómo habian llegado a esá situación?
Horas antes
Ana se dirigió cómo siempre al jardín, ese día estaba lleno de trabajo, seria la presentación de los equipos deportivos, y ellos estarían encargaros de la decoración.
Subaru, Yumma y Ana armaban guirnaldas y coronas de flores.
Aunque no quisieran, era momento de trabajar en equipo.
Era hora de llevaelos al gimnasio una ves que estaban listos.
Ella apenas y podía con un arreglo mientras que Subaru y Yumma llevaban varios.
En el gimnasio se dispusieron a colocar las girnaldas, Subaru subió a Ana a sus hombros, mientras que Yumma regresaba por más flores.
Los deportistas llegaron ensayar sus muestras y el club de cocina acomodaba el servicio de catering, Reiji acomodaba junto a Ruki una piramide de copas de jugo de arandano.
Había demasiada movimiento en el lugar.
Mientras tanto, Raito se dirigió al jardín a bscar Ana, Yumma lo envío al gimnasio, tras él venía Shü para evitar que hiciera una locura.
—¿A dónde lo mandaste?–dijo Shü con insistencia.
—Al gym, busca a Ana.
—¡Lo hubieras detenido!
—Yo también voy para allá, ayudame con esto.–Yumma le dió un arreglo.
En el gimnasio,derrepante, Kanato llegó corriendo con un blanco vestido hasta donde estaba Ana.
—¡Nesecito que te pruebas esto!—dijo a la chica.
—Espera, estamos trabajando —le respondió ella.
—¡Tu vas a entregar los reconocimientos!—insistió.—¡No vas a pasar toda lleba de tierra!
El albino dió un paso atrás, y se resbaló con el vestido y cayó contra la torre de copas, y Ana fue a dar al agua.
Ana no sabía nadar, y empezó a ir al fondo.
Ayato que estaba con los de basketball, al ver lo sucedido se lanzó a salvarla.
Raito entró al gimnasio, al club de natación.
Allí estaba un Reiji furioso y un Subaru con rabia también, rodeados de rosas desparpajadas. Kanato tenía un vestido blanco, manchado de rojo en las manos.
Pero lo primero que vió fue el agua teñida de rojo, y a un pelirrojo dentro del agua y a cierta morena.
—¡Maldito Ayato!—
Raito no lo pensó y se lanzó a la alberca a rescatar a Ana.
—¡Espera Raito!—gritó Shü entrando tras él.
El castaño arrebató a la chica de los brazos de Ayato forcejeando con él.
—¡Eres igual que ella!—exclamó con enojo Raito.
Raito salió del agua con Ana en brazos, seguido de un Ayato desconcertado.
Ana estaba en el suelo tosiendo y sacando el agua en sus pulmones.
—Nada de lo que ves es lo que parece — Ayato fue hacia ellos.
—¡Cierra la madita boca!—Raito le dijo amenazante.
—¿Qué está pasando aquí?—Reinhart, el medico del instituto llegó al lugar.
—¡Tu tampoco la toques!—exclamó Raito abrazandola.—¡Tu nunca has ayudado en nada!
Todos miraban la escena desconcertados.
—¿Que están mirando?¡Todos fuera de aquí!—dijo Reinhart.
