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El ambiente en la limusina era incómodo, bueno lo era para Ana y Laito, porque el ignorarse unos a otros, ya era costumbre entre ellos.

–Anita, ¿Quieres cargar a Teddy? –preguntó Kanato colocando al oso sobre las piernas de ella.

–"Anita" ya es muuuy madura para esas cosas, Kanato– le dijo Laito.

–Claro que si, Kanato–Ana tomó al oso, ignorando a Raito.

El de el sombrero solo se cruzó de brazos y se giró a la ventanilla.

–Etto.... ¿Por qué pesa tanto?, Pensé que era más mullido.....–dijo la chica al cargar a Teddy.

–Mejor no preguntes–dijo Shū abriendo un ojo.

–A Teddy no le gusta que pregunten sobre el tesoro que guarda– el pelilila le arrebató el peluche.

–Hermanos, por favor guarden la compostura.–Les regañó Reiji aclarando la garganta.

Después de un rato llegaron a la escuela y se dispersaron de inmediato.

Al terminar las clases Ana fue al club de cocina, su conciencia le atormentaba por lo sucedido en la mansión.

Llegó al club dispuesta a disculparse con Reiji, pero no estaba allí, en cambio, unos elegantes ojos azules la recibieron.

–¿Vienes por comida?– le cuestionó – Sakamaki-san la fue repartir al club de química, dónde se debería quedar, en fin.....

–De hecho.... –dijo la chica–¿Y los demás integrantes del club....?

–Solo somos él y yo, a menos que a los comensales también los contemos como integrantes del club –rió el joven sin perder la compostura.

–Venía por una receta... –dijo mientras observaba una pila de libros en una mesilla.

–Pues es el lugar indicado. ¿Que receta buscas? ¿Ramen? ¿Sopa Pomodoro? ¿Sopa minestorne?

–No, quiero la del Spaghetti Carbonara, y.... ¿Esos libros son recetarios?–inquirió sin despegar la vista de los libros.

–No, no son recetarios, pero tienes suerte, porque justo iba a preparar esa receta ¿Quieres ayudar?

–Si.... ¿Y son tuyos los libros?

–Son de la biblioteca de la escuela, pero en casa también tengo una biblioteca, ¿Por qué tu interés?–dijo mientras le daba un delantal.

–Es que me gusta leer, y ya he leído todos que hay en casa, y me aburro de leerlos......

–No me digas, ¿Y tú qué haces aquí?–dijo un joven de lentes entrando al lugar, sin dejarla terminar la frase

–Vino a cocinar, ¿Crees que es solo tú espacio?– respondió Ruki retandolo.

–No te pregunté a tí, además¿Desde cuándo te gusta cocinar pasta?

–Desde que ella me lo pidió.

–Wow, así que la señorita no quiere cocinar en su mansión, pero aquí si–Reiji aplaudió con fastidio.–Ademas de despreciar los libros del Rey vampiro.

–Así que eres su... ¿Hermana? ¿Novia? ¿Eres la nueva novia de sacrificio? ¿Acaso eres Eva?–Ruki se acercó a ella olfateandola.

–¡Alejate!–Ana lo apartó.–No soy nada de eso, además soy un ghoul, no sirvo de alimento.

–Ana, baja la voz– dijo Reiji.

–Ya me hartaron con eso de Eva, no sé de qué hablan–prosiguió la chica – ¡Y ese spaghetti es para ti!

–¿Alguien aquí tiene comida?–un pelirrojo entró al lugar.

–¡Cierra la boca!–regañó Reiji a su hermano.

–Pero si hay reunión familiar.....–dijo Ruki burlón.

–Tu también cállate y termina de hacer ese spaghetti.–Reiji se fue azotando la puerta.

–Bueno, ¿tienen comida o no?–preguntó Ayato.

–Vamos a terminar ésto, los comensales esperan–Ruki suspiró y se puso manos a la obra.

Entre el molesto silencio y el apuro de Ayato, termiron el platillo.

Ruki sirvió un plato al ojiverde, el cuál lo devoró de inmediato.

–Gracias Ana, ya sabes prepararlo, hazlo en casa de nuevo–dijo Ayato con un guiño y se fue.

–Bueno, llévale un plato a ese gruñona sea lo que sea de tí.–0el de ojos azules le dió un bento a Ana.–Vuelve cuando quieras, podemos cocinar, o te puedo prestar algún libro.

Ella agradeció al chico y prometió volver.

Ana se dirigió al lugar donde ese vampiro mandón podía estar, la biblioteca.

–Reiji.....–ana tocó su hombro, pues estaba sentado en el suelo con la cabeza metida en un libro.

Reiji alzó la vista

–Siento lo sucedido hoy, ésto es para tí.–ella le entregó la comida con un poco de vergüenza.

–Yo soy quien se tiene que disculpar, yo fui el que malinterpretó todo.

Ana se sentó con él.

–¿Quién es el que está leyendo libros que no son los del Gran Rey Vampiro?–Ana rió.–Esos libros no me aburrían, si los leyera con alguien otra vez.

–Lo sé.... Yo fuí quien te hizo leer la biblioteca de la mansión.

Así los dos pasaron la noche hasta que fue hora de ir a casa, bueno, hasta que el bibliotecario los corrió por sus risas.

Lost innocence • Raito Sakamaki #BloodyClanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora