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Al salir los estudiantes, Reinhart se transformó, luego de auxiliar a la chica

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Al salir los estudiantes, Reinhart se transformó, luego de auxiliar a la chica.

–Reiji, ve por su padre, por favor –Dijo el monarca de los vampiros.

Reiji salió del lugar rumbo a la mansión.

—¿Me pueden explicar qué pasó aquí?–Cuestionó el Albino.

–So... Solo fué un..... Accidente.... Señor Sakamaki–dijo un chico de boina tartamudeando.

–No te preguntė a tì, pequeños Azusa–dijo el mayor. –tú no eres un involucrado directo.

–Ana no se quería poner el vestido que tu dijiste–explicó Kanato– y entonces....

–Quiero que Raito y Ayato me lo expliquen–interrumpió Karlheinz– a ellos me refería.

Los hermanos sólo callaban y le miraban fijamente, resguardando a la joven.

–Vamos, ¿no van a hablar? –Prosiguió– Ana ya está bien, les estoy hablando yo. ¿Qué es todo ésto? ¿Eh? ¿No les importa exponerse ante los demás?

–Eso..... eso no es sangre–le respondió el pelirrojo.

–¡Ya sé que no es sangre, Ayato, no nací ayer! –dijo molesto– se diferenciar entre jugo de arandano y sangre.

Las miradas de los vampiros estaban sobre ellos, mientras que Ana se encogia asustada.

–Sakamaki-sama...–entró la secretaria–los estudiantes....

–Dije que no quería molestias–le respondió el hombre–Ruki encargate, o tú Shū, en lugar de solo estar mirando, que los alumnos se vayan a casa.

Al salir el rubio, Sammy corrió a acurrucarse con la chica.

–Pensé que Ayato la habia... –al fin dijo Raito.

–¡A eso me refiero!–agitó las manos con molestia el vampiro–Ya sé que se odian entre ustedes, yo tampoco quería a mi hermano, pero ¡carajo! Al menos fingimos frente al mundo, además, dudo que ustedes se traicionaran como él a mí.....¿o sí?–suspiró– No debieron involucrarla en sus cosas.

–Padre, todo es un malentendido–repuso Subaru.

–Cállate, estoy hablando yo, cuando te pregunte algo, respondes–prosiguió– Jurė a su padre que no le pasaría nada, Edward es más que el mayordomo que vigila el orden en la casa, por siglos los ghoul siempre han sido nuestra mano derecha, y ėl ha sido como mi verdadero hermano. ¿Quė cuentas le voy a dar de su hija?

–Yo estoy bien, Kokuō Heika*–dijo Ana inclinando el rostro, era verdad lo que decía, pero no era culpa de los chicos–Si me lo permite, puedo explicar, yo me involucrė con ellos....

El padre de Ana llegó al lugar junto a Reiji y los dos mayores.

–No es culpa tuya, no trates de disculparte, en primer lugar Reiji no debió ponerte a trabajar, estarías en la casa como uno más de mis hijos, incluso, pensé en adoptarte cuando tu madre murió pero eso ya sería un exeso.

–Un exeso de hijos –murmuró Koū,  a lo que recibió un codazo de Yumma.

–Ya lo sé, pero no me refiero a eso–repuso el vampiro monarca con una leve sonrisa que después desapareció–En segundo lugar, no debiste involucrarte sentimentalmente con ella, Raito. La vas a lastimar.

–¡Lo dice el hizo lo mismo con nuestras madres! –respondió Raito envalentonado.

–Ni siquiera las menciones, ellas no son víctimas aquí, a lo mucho podíamos compadecernos de Christa, pero tú mejor que nadie sabes como fue Cordelia–respondió su padre–¿No ustedes mismos se deshicieron de ella? Así que ni las menciones, estamos hablando de Ana y de la relación diplomática ancestral con los ghoul, y del escándalo público que se va a armar con los humanos por la escuela.

Karlheinz fue hasta Ana y le ayudó a ponerse en pié caballerosamente, y fue hasta donde su padre.

–Ruego me disculpes–hizo una reverencia ante el ghoul–ella está a salvo, me aseguraré de que ésto no se repita.

–Acepto sus disculpas–hizo una reverencia el hombre–pero son jóvenes, conozco a sus hijos, nunca le han puesto una mano encima.

–Lo sé... – miró a cada uno– pero deben de comprender la seriedad del mundo en el que nacieron.

Era verdad, ninguno, ni siquiera los más responsables aquilataban la responsabilidad de ser nobles.

Solo se miraban mutuamente asimilando todo.

–Ya, todos fuera, no quiero que se vuelva a repetir el asunto–el vampiro suspiró y sacudió su cabeza– Todos a casa, los veré pronto.

El albino rey desapareció del lugar y cada uno se fue en silencio a su respectiva mansión.

*Su majestad.

Lost innocence • Raito Sakamaki #BloodyClanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora