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Otro día en aquel colegio

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Otro día en aquel colegio.

¿Por qué tenía que asistir allí?
Ni siquiera era de esa élite, era solo la hija de un mayordomo.

–Si.... Ya sé que es tarde– dijo con desgano a su padre que la esperaba con un bento.

–¿Pasó algo en el colegio ayer?–preguntó el hombre.–Pensë que estarías feliz de ver a tus amigos de nuevo.

–No, no pasó nada–respondió cortante y tomó el almuerzo.

Ana salió de aquel lugar azotando la puerta, dejando a su padre.

–Extraño verla sonreír....–dijo para sí él, bueno, también para Sammy que se quedó triste.

Ya en la escuela ella se dejó caer el su pupitre, todos la miraban.

–La clase comenzó hace 5 minutos, señorita–el profesor continúo con la clase.

Ella echó la cabeza para atrás para tomar aire.

–Hola–cierto pelirrojo que se sentaba tras ella habló a su oído–Así que la nueva se porta mal como yo, ¿eh?

Ella rodó los ojos y se acomodó hacia delante, pero el comenzó a jugar con los rizos de ella.

–Si quieres podemos salir de este aburrido salon–canturreó como si no estuviesen en clase.

–Cierra la boca Ayato–respondió ella, a lo que todos voltearon, nadie se había atrevido decirle algo, ni siquiera los profesores.

–¡A Ore-sama nadie le da ordenes!–el chico se levantó y armó uno de esos numeritos de niño rico, sin embargo, fue para ocultar su desconcierto, ¿Por qué sabía su nombre?, Y, esos ojos, esos ojos los conocía de antes.

El profesor seguía con lo suyo, así era aquella escuela llena de niños que se creían reyes. Pero alzó la voz, y la atención de los alumnos volvió, a escepción de Ayato y Raito, el cual seguía tratando de descubrir quién era ella.

Al terminar la clase, Ana de nuevo se quedó ordenando sus cosas, sus apuntes estaban llenos de garabatos de flores y mariposas, aún había algo de alegría en ella.

Afuera del salón Raito detuvo a sus hermanos.

–Esa chica...–les dijo él–Esa chica ¿La conocen de otro lado?

–Espero no sea otra sorpresita de Esa Persona–respondió Ayato–Porque está muy buena. No me digas que no es por eso que preguntas.

–No, no es eso, bueno, no lo niego, está presiosa , pero hay algo más en ella.

–Teddy piensa que la conocemos de antes–Kanato agitó a su oso ladeando la cabeza.– Pero también queremos probarla, huele muy dulce.

–¿Que no puedes ser un adolescente normal?–Ayato negó con la cabeza–Shhh, allí viene.

Ella salió, y los chicos la rodearon.

–¿Cómo sabes mi nombre?–Inerrogó el mas pelirrojo.

–Con permiso, tengo que ir a otra clase.–ella trataba de escapar de ellos.

–No irás hasta que nos respondas quién eres–Raito la acorraló aún más.

–Soy Ana mucho gusto– tomó su mano y la estrechó agitandola rápidamente–ahora con permiso.

Les empujó y fue corriendo a su siguiente clase.

ANA

Ese nombre resonó en sus cabezas, pero fue cómo si cayera al fondo de un presipisio, no había, algún referente a ese nombre pero a la vez sonaba en un eco.

Ana.

Solo se voltearon a ver, y suspiaron, probablemente solo era una chica linda más.

Los trillizos (y el oso) continuaron con su día de clases, ya habría oportunidad de investigarla.

Lost innocence • Raito Sakamaki #BloodyClanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora